Punto de partida: Pancho Varona y los Beatles

Autor:

pancho-varona-29-07-15-a

“Cuando Miguel se iba, yo agarraba ‘Sgt. Peppers’ y lo abría como quien abre un cuento de hadas. Recuerdo estar deseando que se fuera mi primo para entrar a escondidas en su cuarto y escuchar una y otra vez el disco mientras leía las letras de las canciones y miraba esos trajes extasiado”

 

“No es un comienzo original, pero tengo un recuerdo tan bonito…”, dijo Pancho cuando le invitamos a escoger el disco que le cambió la vida. La propuesta le pilló en algún rincón de Cádiz, pero en cuanto llegó a Madrid trasteó entre su colección de vinilos y la aguja corrió hasta su infancia.

 

the-beatles-29-07-15

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

The Beatles
Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band
PARLOPHONE, 1967

 

 

Texto: PANCHO VARONA.

 

 

Yo tenía unos diez años.

La que menos entendía del disco era ‘Within you, without you’ (tenía diez años…), pero justo después venía la que más me gustaba, que era ‘When I’m sixty four’ (¡tenía diez años!).

España era un país en blanco y negro. O en franco y negro. Yo veraneaba con mi madre y mi hermana Gloria en Coruña, en una casa llena de felicidad, muchos primos, algunos tíos, y Agripina, la señora que nos cuidaba a todos.

pancho-varona-29-07-15-b

De repente llegó a casa ese disco, supongo que comprado por mi primo mayor, Miguel, que ya andaba por los 17 o 18 años, y tenía cómo y con qué comprarlo. Cuando Miguel se iba, yo agarraba “Sgt. Peppers” y lo abría como quien abre un cuento de hadas. Os recuerdo que era un disco elepé sencillo pero con carpeta doble. Y cuando abrías la carpeta aparecían los cuatro con esos trajes maravillosos sobre ese fondo amarillo precioso. Todo un mundo de color y de música. Recuerdo estar deseando que se fuera mi primo para entrar a escondidas en su cuarto y escuchar una y otra vez el disco mientras leía las letras de las canciones y miraba esos trajes extasiado. No estaba equivocado –pese a mi edad– respecto a la belleza de lo de dentro y de lo de fuera de ese álbum prodigioso.

Pasado el tiempo, ese disco me sigue oliendo maravillosamente a Coruña en una de las épocas más felices de mi existencia: aquellos días en que la vida empezó a ser en color.

Anterior entrega de Punto de partida: Álvaro Urquijo y Stephen Stills.

Artículos relacionados