“Presenting the fabulous Ronettes featuring Veronica” (1964), de The Ronettes

Autor:

OPERACIÓN RESCATE

 

“Un disco marcado, evidentemente, por la grandeza de ‘Be my baby’, la que para muchos es la mejor canción de la historia de la música popular”

 

Eduardo Izquierdo recupera el único elepé que publicaron The Ronettes: el álbum “Presenting the fabulous Ronettes featuring Veronica”, repleto de clásicos del pop producidos por Phil Spector. El momento perfecto para hablar del trabajo de Ronie Spector, que este sábado 16 arranca su gira española en Santander (Escenario Santander), antes de pasar por Barcelona (18, sala Apolo), Santiago de Compostela (21, Sala Capitol) y Madrid (22 y 23, Matadero).

 

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The Ronettes
“Presenting the fabulous Ronettes featuring Veronica”
PHILLES RECORDS, 1964

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

Ahora que Ronnie Spector está a punto de pasar por España por primera vez en su carrera, no es mal momento para recuperar el único larga duración que publicaron The Ronettes. Un disco marcado, evidentemente, por la grandeza de ‘Be my baby’, la que para muchos es la mejor canción de la historia de la música popular. Uno de ellos es Brian Wilson, que posee una jukebox en la que permanentemente puede oírse sin interrupción la canción de marras. Aunque empecemos un poco más atrás.

 

 

The Ronettes fueron el gran capricho de Phil Spector. Lideradas por Veronica “Ronnie” Bennett, mujer de Spector durante varios años y del que adquirió su apellido artístico, además de una vida personal marcada por los malos tratos psicológicos, The Ronettes no acabaron de lograr el éxito hasta que sus vidas se cruzaron con la del famoso productor neoyorquino. El grupo, completado por Nedra Talley y Estella Bennett, hermana de Ronnie, entra en contacto con Spector por mediación de esta última que consigue una audición en los estudios Mira Sound. Tiempo después, el productor confesó que ya las conocía y le fascinaban.

En aquel momento, Spector quiso contratar solo a Ronnie, pero su madre, por entonces manager de las chicas, le advirtió que o contaba con el grupo entero, o nada. Tras una jugarreta a su compañía de discos, Colpix Records, asegurándoles que dejaban la música para romper su contrato, The Ronettes firmaron con la compañía de Spector, Philles Records, para emprender su camino discográfico.

En un primer momento grabaron cuatro canciones que se incluyen en el álbum “The Crystals Sing The Greatest Hits, Volume 1”. Sí, sí, no me he vuelto loco. Spector graba a las Ronettes y las hace pasar por las Crystals en un extrañísimo y psicópata movimiento que a día de hoy nadie ha logrado entender. Tras el extraño suceso, eso sí, llegará la canción con la que lograron fama internacional.

 

El triunfo de ‘Be my baby’

Grabada en julio de 1963 y publicada un mes después, ‘Be my baby’ se convierte en un rotundo éxito y llega al puesto número dos de las listas, algo sorprendente para un grupo de chicas de color en los Estados Unidos de los sesenta. Un tema eterno sobre el que Ronnie habló así en The Telegraph: “Nunca me canso de cantarlo. Siempre estaría cantando ‘Be my baby’, esa soy yo”.

La canción se incluirá como principal reclamo en “Presenting the tabulous Ronettes featuring Veronica”, el primer y único disco largo del grupo. En sus treinta y seis minutos y treinta y cuatro segundos se resume la perfección hecha música. No solo es ‘Be my baby’; también nos vamos a encontrar entre sus doce canciones ‘Walking in the rain’, ‘Baby, I love you’, ‘Do I love you?’, ‘So young’ o la espléndida versión del ‘What’d I say’ de Ray Charles.

 

 

El disco está tocado por un equipo de músicos insuperables. Ahí están Darlene Love, Bobby Sheen, Cher, Leon Russell o Sonny Bono, entre muchísimos otros. Un trabajo inconmensurable cuyas copias originales tiene un valor incalculable en el mercado de coleccionistas. En 1975 fue reeditado y nueve de sus canciones (solo tres no entraron en el lanzamiento) fueron incluidas en la caja recopilatoria sobre la figura de Spector, “Back to mono (1958–1969)”, publicada en 1991. Una prueba más de la grandeza de un disco absolutamente irrepetible.

 

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Anterior entrega de Operación rescate: “Mother’s milk”, de Red Hot Chili Peppers.

 

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