Placebo: El pop de negro

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El grupo inglés se encargó de firmar tres discos excepcionales antes de caer en la repetición y el tedio. Ahora que regresan con un nuevo disco, Battle for the sun, aprovechamos para repasar las claves fundamentales de la banda, haciendo parada en sus obras más significativas.

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

FORMACIÓN

Placebo ha conocido tres formaciones distintas, con los baterías bailando alrededor del cantante y guitarrista Brian Molko y el bajista Stefan Olsdal (ambos multiinstrumentistas en las grabaciones de estudio e imagen de la banda). Pese a que el primer largo del grupo fue grabado con Robert Schultzberg a las baquetas, este pronto sería sustituido por Steve Hewitt, que puede considerarse como el batería clásico de la formación, recientemente sustituido por Steve Forrest. La banda se formó en Londres aunque es multicultural, siendo  Molko belga, Olsdal sueco y Forrest estadounidense.

 

CLAVES SONORAS

El sonido de Placebo es un rock indie influido por Sonic Youth y Nirvana aunque con muchos elementos del pop y la new wave. Guitarras rasgadas con furia o melancolía dotaron a los dos primeros discos del trío de una potencia que colisionaba con la andrógina y delicada voz de Molko. Poco a poco, los teclados y la electrónica se unieron a la fórmula añadiendo matices y arreglos que dimensionaron el sonido de la banda aunque contando con un instrumentista más en directo.

Las líneas vocales de Brian Molko son el elemento más reconocible de la música del grupo, pues suelen estar dominadas por la aflicción incluso en los temas más festivos, que son pocos, la verdad. La taciturnidad alimenta cada una de las canciones de Placebo, que disfrutan del dramatismo aunque equilibran la sensibilidad con una base musical musculosa, lo cual es una de sus señas de identidad. Parte del recio sonido del grupo viene dado por el omnipresente bajo de Olsdal, quien también apoya en los coros a su camarada.

Pero Placebo solo fueron capaces de trabajar unidireccionalmente, por lo que poco a poco la fórmula se agotó hasta la auto-parodia. A partir de Black market music, su disco de 2001, la producción de la banda cayó en picado hacia el aburrimiento. No obstante, hasta el citado álbum, e incluyéndolo, los de Molko grabaron una trilogía inicial de órdago.

 

LÍRICA

La ambigüedad sexual no solo puebla la imagen y la actitud de Placebo (Brian Molko es bisexual y Stefan Olsdal gay), sino también sus letras. Son varias las canciones que tratan la homosexualidad, como “Nancy boy”o “Taste in men”, aunque el principal leitmotiv de cada uno de sus discos es la melancolía (“The crawl”), la soledad (“Without you I’m nothing”) y el lúgubre romanticismo (“Days before you came”), temáticas que les han permitido conectar con un público joven. Ya se sabe, el lamento adolescente que tan bien recogen en “Teenage angst”. No obstante, limitar la música de Placebo a la pubertad es inadecuado, pues no juegan con tópicos pueriles sino que han sabido crecer disco a disco tratando lo sentimental de forma acorde a su edad. Pese a reflejar tímidamente alguna que otra inquietud social (“Slave to the wage”), no se puede decir que la formación inglesa eche mano de un amplio abanico temático.

 

DISCOGRAFÍA SELECCIONADA

PLACEBO
(Elevator/Virgin, 1996)

Potente debut del grupo, pocas aristas y matices y mucha energía concentrada. Aún no dominan la refinada suavidad (“Lady of the flowers” y “I know” son aburridas), pero la eficaz “Come home” y las explosivas “Teenage angst” y “Nancy boy” elevan la nota del disco hasta casi el notable. Se muestran toscos pero, a la vez, esa falta de miramientos es uno de lo puntos álgidos de un disco joven, que pone sobre la mesa la androginia rockera con talento. La voz de Molko ya muestra personalidad, aunque aún tendría que ganar ímpetu.

WITHOUT YOU I’M NOTHING
(Elevator/Virgin, 1998)

Bowie posa sus ojos sobre ellos e incluso llegan a colaborar juntos. El grupo se acerca al estrellato con energía. Without you I’m nothing es su mejor disco, en el que alcanzan la plenitud y sobre el que trabajarían hasta llegar al tedio que se cernió sobre su carrera. Si hay un disco que define a Placebo es este, precisamente el mejor para comenzar a escuchar al grupo. Por fin dominan la delicadeza (el tema título es conmovedor) y lo combinan con canciones firmes y dinámicas, que hacen de la distorsión una violenta arma. “Brickshit house” destila una actitud que la mayoría de los grupos indies no han conocido en su vida, mientras que “Every you, every me” era el single definitivo del grupo. Melancolía y nostalgia para un disco completo, perfectamente rematado. Molko firma las mejores letras que jamás escribirá, breves y concisas.

BLACK MARKET MUSIC
(Elevator/Virgin, 2000)

El último aliento de una banda que explota definitivamente la fórmula de su éxito, que se verá incapaz de superar su trilogía inicial. En Black market music juegan su última baza, la electrónica, la cual les permitirá ampliar sus horizontes en un tercer disco que casi llega a la altura de su predecesor. “Taste in men”, el single de adelanto, jugaba con una hipnótica melodía, apoyándose en teclados y creando una amalgama sónica de última generación a medio tiempo. Pero esa no era la tónica del disco, sino que Placebo vuelven a jugar con la lenta intensidad (“Peeping tom”) y la velocidad de melodías intachables (“Days before you came”). Si su imagen y declarada sexualidad ya generaban polémica de por sí, ahora también aludían directamente a las drogas en la animada y excelente “Special K”. Pero el premio al mejor tema del disco se lo llevaba “Spit & malice”, una fusión entre el sonido del grupo y el hip-hop con la colaboración del rapero Justin Warfield.

PALEFACED MOMENTS
(The Swingin Pig, 2000)

Ya que el grupo no editó ningún disco oficial en directo que recogiera su mejor época, nos permitimos rescatar un pirata de gran calidad editado por el sello The Swinging Pig. Palefaced moments recupera un concierto íntegro grabado en el Bizarre festival del año 2000, aparte de siete temas de propina que se reparten entre remixes y versiones ajenas. Pero lo que importa son los 12 temas recogidos con excelente calidad antes de que se editara Black market music, aunque ese hecho no les impide rodar hasta cinco temas del citado trabajo. Muy buen repertorio, ejecutado con energía.

ACTUALIDAD

Tras agotar la formula en sus últimos dos trabajos, Placebo retornan a la actualidad con Battle for the sun, del cual se ha avanzado “For what  it’s worth” a modo de single. Este nuevo trabajo es fundamental para la banda de Molko y Olsdalf, pues habrá que ver hasta que punto son capaces levantar su carrera artística, pese a gozar ya de un nombre a nivel internacional. Por lo pronto, este single gana en sucesivas escuchas y, pese a repetir fórmula (bajo decidido en estrofa y estribillo con guitarras y teclados), disfruta de un dinamismo y empuje que hacía tiempo no se escuchaba en un disco de Placebo.

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