Patricia Kraus: Andando su propio camino

Autor:

«Ha habido épocas en que he podido hacer más cosas y otras que menos, pero siempre lo he intentado porque, al fin y al cabo, soy músico, soy cantante y tengo que estar ahí, en la pelea. Lo he hecho como he podido, esa es la verdad»

Con «Vintage Fun Club» Patricia Kraus se da el gusto de, entre algunos temas propios, versionear canciones ajenas que forman parte de su recorrido vital. Un disco con sabor de club y de música negra, en el que se impone su impresionante voz.


Texto: JUAN PUCHADES.


Patricia Kraus (nacida en Milán en 1965, aunque de origen canario), ejemplifica a esos músicos que, aunque conocieron los focos en algún momento (ella en sus comienzos), viven alejados de los grandes titulares y van trazando una carrera completamente a su aire, haciendo lo que quieren y en lo que creen. En el caso de Patricia, apegada a esos temas cargados de intensidad negra que tan bien le sientan a su prodigiosa garganta, a una de las más bellas y expresivas voces del rock español. Y a la voz ha consagrado «Vintage Fun Club», un disco (por el momento sólo se vende en iTunes), en el que rinde homenaje a algunas de las canciones que más le han emocionado, de vocalistas como Nina Simone, Ray Charles, Billie Holiday, Aretha Franklin o Mina. Además, cuatro estupendos temas propios redondean una grabación que es un placer para los sentidos. Como ella misma dice, «Ha salido un disco muy fresco, y muy auténtico».

Creo que habéis grabado el disco tocando todos a la vez y a una sola toma, ¿es así?
Sí, de hecho, tengo un estudio de grabación, y entre la sala y la cabina hay un espacio de dos puertas, y yo me metía ahí, mientras ellos grababan en un lado la batería y demás, y en la cabina estaba el teclado. Ensayamos una semana y lo grabamos.

¿Entonces, metiste la voz al mismo tiempo que ellos, porque lo habitual es tocar juntos pero registrar las voces aparte?
Sí, grabé a la vez, porque estaba hasta las narices de ese método, quería hacer un disco prácticamente en directo. A estas alturas si no sabes tocar, no sabes tocar, y si no sabes cantar, no sabes cantar. Tenía muchas ganas, puesto que somos gente que llevamos muchos años juntos, que eso se viera. Realmente, si vas a tocarte este tipo de versiones, qué cosa tan absurda es hacerlo por separado. Sólo hay un tema en el que no pudimos salvar mi toma porque se metía mucho ruido de la batería y repetí la voz, fue en el de Nina Simone, ‘Ain’t Got No’.

Habéis logrado transmitir un sonido muy de club.
Sí, pero con calidad, y eso mola.

¿Cómo elegiste el repertorio, los temas a versionear?
Bueno, yo habría metido más versiones pero por presupuesto no pudo ser. Son cantantes que han sido muy importantes a lo largo de mi vida, desde muy pequeña, y son temas que me mueven mucho, que me gustan mucho. Por ejemplo, ‘Georgia’, siempre que lo canto para mí es supermágico, o el de Nina Simone, no sé por qué, pero me siento muy identificada, aunque la letra no tiene nada que ver conmigo, a lo mejor de una manera artística sí, y siempre que lo canto me mola mucho. Tenía muchas ganas de cantar un tema que hubiera cantando Billie Holliday, pero de otra manera y cogí está versión, ‘Fine and Mellow’, porque también la cantaba Nina Simone, que me encanta su versión, más blues. Aretha Franklin porque siempre ha sido mi heroína, tenía una voz que a nivel de tesitura es muy parecida a la mía, y quería hacer una versión un poco diferente, más blues, un poquito más «cool».

¿De pequeña escuchabas estas músicas, no escuchabas música clásicas, yo qué sé… arias?
No, escuchaba esto, pero, por ejemplo, yo escuchaba mucho a Bessie Smith porque mi padre [el tenor Alfredo Kraus] tenía una colección de discos de espirituales y de pequeña los escuchaba. Y como siempre me ha gustado mucho la voz y la técnica vocal, escuchando a toda esta gente, Sarah Vaughan, Bessie Smith, me quedaba muy flipada.

El tema que quizás más sorprende de este repertorio, pero que encaja muy bien, es ‘Parole’.
Sí, porque Mina es otra de mis debilidades, a pesar de que Mina es excesiva para determinadas cosas, me gusta mucho, quizás es la cantante latina que más me gusta.

Con una carrera muy larga, variada y extraña.
Sí, en eso encuentro ciertos paralelismos [risas].

El disco respira mucho blues, mucho jazz, mucho soul, ¿es la música negra tu debilidad?

Es que es lo que me ha gustado siempre, y lo que siempre he querido hacer, pero muchas veces por circunstancias no he podido hacerlas. Ahora, que con los años ya he aprendido a estar en un estudio, a saber qué es lo que quiero, qué es lo que tengo que usar para ecualizar mi voz… ahora puedo autoproducirme y puedo meter en un disco lo que yo quiero que se oiga de mí. Ya es como que me dejo de tonterías y hago lo que quiero.

¿Te sientes cómoda autoproduciéndote?
Sí, es lo que te digo, me ha costado años descubrir qué era lo necesario, tienes que saber si metes esta reverb o esta otra, qué previo quieres, cuál es el micro con el que quieres grabar, y eso son años de estar observando y trabajando en el estudio, no soy superexperta, pero lo que es a nivel de voces lo tengo muy claro.

Hablas de cuestiones técnicas y, sin embargo, la mayoría de vocalistas viven ajenos a ellas.
Sí, pero en mi caso ha sido purita necesidad. No porque yo tenga mucho interés en eso, pero me interesa porque he estado muy descontenta con muchos discos. Hay muy pocos discos míos de los que yo realmente esté contenta, porque siempre me encontraba con la figura del productor que, curiosamente, nunca lograba que se pusiera de mi lado. Pero he aprendido de ellos, de los productores, por supuesto que sí, pero necesitaba que mi voz sonora como yo quería que sonora, como es.

En este disco vuelve uno de los colaboradores que más tiempo han estado contigo, el batería Daniel Assante, ¿cómo ha sido?
Sí, a Daniel lo he recuperado para este disco porque estaba perdido por Cádiz. Le llamé para que se viniera, porque es muy artista tocando la batería y yo necesitaba un punto de vista personal para poder hacer estas versiones, para no hacer un cover sin más, quería hacer versiones desde otra perspectiva, desde otro punto de vista, y necesitaba músicos artistas, y los tres que usado lo son.

Hay que dejar claro que este no es sólo un disco de versiones, incluye también canciones tuyas, alguna tan fantástica como ‘Ni palante ni pa atrás’. Pero, ¿te sientes cómoda como compositora?
Me siento cómoda, pero necesitaba explayarme un poco como vocalista y, evidentemente, a nivel interpretativo me siento, quizá, a un nivel más alto que como compositora, y lo digo sin ningún tipo de prejuicios, es así. Como compositora siento que no alcanzo tanto el nivel que como intérprete; me gusta hacer canciones, pero ahora selecciono mucho más las canciones que hago y si tengo diez temas, elijo cuatro o cinco que creo que están altos de nivel. Y en este disco, ya te digo, tenía ganas de explayarme como vocalista y de los temas que escribí, estos cuatro son los que rescaté.

Antes hablabas de que has tenido malas experiencias con productores, ¿cómo recuerdas tus primeros discos, los de los años 80, el primero, el estreno?
Lo recuerdo desde la inconsciencia [risas]. Te metían ahí, y, «¡venga, haz esto!». Recuerdo que los 80 fueron duros para mí, porque siempre he tenido claro lo que podía dar como cantante y como artista y otra gente quizá no, y he tenido el handicap de que han querido usar mucho mi apellido, como para tratar de pegar un pelotazo.

Incluso con el primer disco te llevaron a Eurovisión.
Claro, claro. Todo eso ha ido en detrimento del artista que hay en mí, por decirlo de alguna manera. Es algo de lo que me costó mucho librarme en los 80, ahora sólo por pesada la gente ya me considera de otra manera.

Hace mucho tiempo que no lo escucho, pero aunque se ve la intención que había ahí detrás, me parece que era un disco muy digno.
No, claro, dignos todos, yo no creo que haya hecho ninguna cosa extremadamente tremenda, porque al final siempre estaba ahí peleándome. Pero no son los discos que yo hubiese querido sacar, pero esto al final nos pasa a todos, que tú vas descubriendo y sabiendo imponer tu manera de hacer, y yo siempre he sido muy rebelde.

Te debía de fastidiar mucho que quisieran tirar del carro del apellido.
Sí, y sobre todo es que eso, de verdad, me ha impedido muchas cosas, y desde el principio las compañías se empeñaban en esto.

En el segundo disco, en «De animales y de selva», firmabas sólo como Patricia, sin apellido.
Sí, porque luego estaba lo contrario, vinieron y dijeron, «ahora sin apellido». Y yo decía, si da igual, si soy la misma, me llamo como me llamo. Ha sido curioso, porque en ese sentido, las compañías estas se comían mucho el coco.

¿Conscientemente, te quisiste alejar de aquella imagen, porque la mayor parte de tu carrera ha sido, y es, independiente?
Siempre lo ha sido, cuando vi que las compañías grandes no sabían por dónde ubicarme, que tenían ese tipo de rollos, decidí que no, que yo era cantante, y he hecho muchos bares, he hecho mucha furgoneta y mucha carretera. Soy cantante y si hay que cantar en un bar, canto en un bar, nunca me he cortado y siempre he tratado de mantener la independencia artística, que tiene su precio, evidentemente.

Sobre todo en los años 90, durante el cambio de siglo, estuviste en una etapa muy experimental, incluso formaste el grupo Wax Beat, probando la electrónica.
Siempre he sido muy ecléctica, y me encontré con Juan Belda que es un músico canario con el que coincidimos en un disco de Daniel Assante y mío, que hicimos batería y voz –que era un disco durísimo, francamente–, y ya empezamos a mezclar un poquito la electrónica, a partir de ahí Daniel se retira un poco y yo coincido más con Juan Belda y comenzamos un proyecto juntos y de ahí se forma Wax Beat y empezamos a trabajar, a mí me gustó ese rollo de ambientes musicales y la electrónica, un poco entre Morcheeba y Massive Attack, y la verdad es que estuve trabajando muy a gusto.

Esta es una etapa muy rupturista en tu carrera.
Sí, estaba muy cansada y decidí hacer lo que me apetecía. Es que entre los 80 y los 90 estaba muy difícil para las mujeres lo de la industria y dije, no, yo no voy a estar aquí, voy a andar mi camino como artista. Siempre me he planteado mi carrera como mi camino.

Y con valentía.
Bueno, lo que he podio, porque ha habido épocas en que he podido hacer más cosas y otras que menos, pero siempre lo he intentado porque, al fin y al cabo, soy músico, soy cantante y tengo que estar ahí, en la pelea. Lo he hecho como he podido, esa es la verdad [risas]. A mí me hubiese encantado que me contratara una multinacional, pero no ha sido así.

De niña tuviste formación clásica, ¿te ha servido?
De mucho, sobre todo vocalmente, la técnica para mí ha sido fundamental para poder mantenerme, para poder disfrutar muchísimo en los directos, he podido desarrollar al máximo mi instrumento, eso te da muchísima libertad para poder trascender esa técnica y poder hacer cosas como batería y voz, o poder cantar cosas tipo Aretha Franklin, que tiene tesituras bastante especiales.

¿Pero, una voz como la tuya, uno se la encuentra o la consigue modelándola?
No, yo me la encontré. Desde pequeña tenía voz, tengo dos hermanas y ellas tienen también bastante voz, pero ninguna ha sacado la voz que he sacado yo, pero en Canarias, como en el País Vasco, es una tradición que haya gente que tenga voces. En mi familia hay más gente con voces, mi tío, mi tía. Yo me la encontré y luego me la tuve que currar muchísimo, porque, claro, tener una voz grande, también supone tener grandes dificultades, y me la tuve que currar bastante.

Una de las cosas que transmite bien «Vintage Fun Club» es que disfrutas.
Sí, mucho, eso es lo que hemos intentado que transmitiera. Ya que vamos a hacerlo, vamos a pasarlo bien.

¿Se ha puesto a la venta en formato físico o sólo está en iTunes?
De momento está en iTunes, y se sacará fisícamente en breve.

Yo tengo una copia física, o sea, que sí que existe.
No, estas copias las hemos sacado para los medios, pero se hará copia física, digamos, oficial.

¿Vas a salir a presentarlo en directo?
Sí, este mismo formato lo tenemos con banda y sólo a piano y voz. Tenemos algunas actuaciones para el verano y también me voy a Panamá y a Santo Domingo. Vamos a tocar con el grupo, a unos festivales de jazz, también está Roma y queremos ir a Chicago y Argentina el año próximo. Tengo una pequeña productora con una amiga y vamos sacando cosas. También doy clases de técnica vocal, en la escuela de Cristina Rota, por ejemplo. Me muevo mucho, que hay que vivir.


Desde aquí puedes acceder al Myspace de Patricia Kraus.

Y si quieres comprar «Vintage Fun Club», de Patricia Kraus, desde aquí puedes ir a iTunes.

Artículos relacionados