“Os Amigos dos Músicos”, de Os Amigos dos Músicos

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DISCOS


“Es música de pequeño calado, luminosa y oxigenante, de esas horas de entre luz y noche en que todo conserva aún la primera ilusión”

 

os-amigos-dos-musicos-25-04-17

Os Amigos dos Músicos
“Os Amigos dos Músicos”
GRAN DERBY RECORDS

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Las tierras de Orense parecen estar moviendo música sobremanera en los últimos tiempos, y de forma afortunada en los resultados. Estos pequeños puntales de creatividad local siempre suelen tener un caldo de cultivo callado en locales y relaciones entre artistas, por eso no es de extrañar que los siete componentes de Os Amigos dos Músicos, a pesar de ser este su primer disco, lleven ya un tiempo largo ajustando su proyecto y un tiempo aún más largo como músicos reconocidos en varias bandas locales.

Precisamente la canción que abre el disco se titula precisamente así, ‘A banda’ y en lo escueto de su letra deja claras las intenciones, una orquesta que llega a una aldea y se envuelve de un caramelo folkie. Es música de pequeño calado, luminosa y oxigenante, de esas horas de entre luz y noche en que todo conserva aún la primera ilusión. Además, viene de una adaptación de una canción de Suso Vaamonde cuyo título primigenio es ‘O afiador’.

Es uno de los grandes activos del disco, este maridaje actualizado entre el pop y el lirismo. Canciones coloristas, alalás y aturuxos, detalles preciosistas mínimos y un buen engarce con el pasado. El año 1975, el cantante gallego Luis Emilio Batallán publicó un disco –a reivindicar– llamado ‘Ahí ven o maio’, en el que adaptaba letras de poetas gallegos a texturas pop. La canción que le daba título era un poema de Manuel Curros Enríquez que aquí Os amigos dos músicos reincorporan, revitalizan y hacen que todavía estremezca. La receta es muy sencilla: la tradición enxebre y el contenido social con un sonido más actual, pero sin alejarse demasiado de los propósitos de la tercera vía de cantautores de los setenta.

Deriva este arraigo con la tradición de pop gallego en el feliz ensamblaje con el Andrés do Barro más lírico, parecen del malogrado cantante de los setenta ‘Fora do meu control’ o ‘Sonhos’, puro pop intimista, esta última bien trabajada en los arreglos hasta convertirse en la banda sonora de una fantasía primaveral. Y sobre todo, bien marcada en la guitarra, una guitarra presente en todo el disco pero con diferentes andaduras. Increíble el cuerpo leve que da a ‘As pantasmas’, la presencia del toque de J.J. Cale en ‘Todo medre’ o la lentitud de las cuerdas en la  balada ‘Son o último’.

No es un trabajo del todo folk, sin embargo; esas cuerdas que destacábamos se vuelven más densas y duras en ‘O dourado’ o en ‘Outono’, que empieza, sin embargo, con el aire tranquilo de los Milladoiro más evanescentes. Lo que sí posee el proyecto es un fantástico optimismo terrenal, un gusto por la sensualidad y las sensaciones delicadas, por la amplitud, que hace que tras su escucha el mundo parezca mucho más completo.

Anterior crítica de discos: “Residente”, de Residente.

 

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