Operación Rescate: U2

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Operación Rescate: U2

U2
Zooropa
ISLAND/UNIVERSAL, 1993

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

Qué importante es acudir a un concierto de los actuales U2. Hay luces, gran sonido y un grupo clásico como anfitrión del evento más “cool” del año. Por cierto, ¿alguien se acuerda cuando estos tipos grababan verdaderas obras maestras y arriesgaban su estatus artístico a cada paso que daban?

El último gran álbum de U2, no hay dudas, fue este Zooropa, un trabajo originalmente pensado como un EP que creció hasta el formato de un disco en toda regla. En 1993 los irlandeses se encontraban en pleno Zoo TV, el tour de presentación de Achtung baby, una de sus mejores obras, sino la mejor, en la que habían mezclado su sonido clásico con influencias europeas industriales, noise y casi dance. En mitad de gira y en el breve espacio de seis semanas, Bono y compañía comenzaron a trabajar para registrar una nueva colección de canciones que suponían unos cuantos pasos por delante de su aclamado predecesor, un acercamiento al futuro sonoro, una fantasia cyberpunk aunque muy real en su filosofía, inspirándose en la joven Europa y su clima político. Con unos dos años de diferencia respecto a su predecesor, Zooropa golpeó el mercado musical en 1993.

Si las corrientes experimentales europeas como el Krautrock o la dance music habían hecho mella parcialmente en Achtung baby, en Zooropa tomaban el timón sonoro sin mirar atrás, con ritmos mecánicos y avanzados tratamientos sónicos, dejando un gusto cosmopolita para las canciones más orgánicas, que dentro de su clasicismo sonaban tremendamente modernas a nivel de producción (ese reverberante piano de “The first time”, el bailable rimo de “Stay (far waya, so close!)”). Un single de avance como “Numb” dejaba claro que U2 no iban a ponerle las cosas fáciles a su fans, pues se trataba de un primer sencillo cantado por el guitarrista The Edge, con Bono limitándose a los coros y un ritmo maquinal y automático fundido con unas guitarras sintéticas e industriales, casi inexpresivas, con los teclados añadiendo los matices más melódicos. ¿Dónde están ahora esos U2? En el pasado. ¿Dónde están los fans que disfrutaron de la vertiente experimental de la banda? Ni idea.

El tema título de apertura no solo navegaba sobre un colchón sonoro etéreo con la susurrante voz de Bono como guía, sino que se trataba de una canción con un alucinante cambio de tempo y estructura, un emocionante volantazo en su recta final que daba paso al melancólico medio tiempo “Baby face”, una de la composiciones más logradas de la banda que nadie parece recordar. Hay un sentimiento de hermosa tristeza en Zooropa, un espíritu de nostalgia que sobrevuela todo el disco y que se hace aún más patente en la lenta “Stay (Far away, so close!)” –grabada para la película de casi el mismo nombre de Wim Wenders– y en la sosegada “The first time”. Pero esa melancolía no solo recaía sobre los temas más pausados, sino que también abarcaba el espíritu ya directamente bailable de “Lemon”, un segundo single difícil pero genial, con múltiples cambios vocales a cargo de un Bono que domina los tonos más altos a la perfección y una fantasmagórica guitarra de The Edge que encajaba con un contenido musical francamente inspirado. El guitarrista coprodujo el álbum junto a Brian Eno y Flood, mostrándose mas interesado en la creación de ambientes que en el protagonismo de las seis cuerdas. ¡Ese es precisamente el gran valor de The Edge!, el de investigador musical que hoy día parece haber abandonado.

En la segunda mitad, “Daddy’s gonna pay for you crash car” sonaba industrial e irónica (con socarrona letra política incluida), mientras que la batería de “Somedays are better than others” aportaba la nota experimental a una melodía pop. La ya citada “The first time” daba paso a “Dirty day”, una canción oscura y decadente, de liquido riff y actitud rockera que contaba con una fantástica coda final. El cierre de Zooropa era tan interesante como el resto de su contenido, pues era “The wonderer” la encargada de finalizar la colección, una canción mayúscula, un western futurista cantado por un pletórico Johnny Cash.

Las canciones de Zooropa se incorporaron al set list del Zoo TV tour encajando muy bien con el resto del repertorio y aunque el disco no tendría un elevado éxito comercial sí se editarían diversos sencillos. Un disco a recuperar, especialmente ahora que U2 parecen cómodos en su posición de estrellas poco innovadoras.

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