Operación rescate: “Ramoncín y WC?” (1978), de Ramoncín

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«Siempre ha sido muy bueno describiendo paisajes y animales urbanos, pero en este primer disco casi roza el terror. No es broma»

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Ramoncín
“Ramoncín y WC?”
EMI, 1978

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

El primer disco de Ramoncín fue, sencilla y llanamente, espectacular. Personalmente, mi favorito siempre será “Arañando la ciudad” (aunque a su propio autor le parezca demasiado limpio), pero seguramente iría seguido de este “Ramoncín y WC”, un álbum perfecto de principio a fin, con la actitud del punk británico y el rollo arty del estadounidense, pero especialmente con un componente cultural español que es el que le ortorga originalidad. Sigue siendo actual, moderno y apocalíptico. De hecho, escuchar “Ramoncín y WC” en un paseo nocturno era toda una experiencia. Me refiero a que Ramón siempre ha sido muy bueno describiendo paisajes y animales urbanos, pero en este primer disco casi roza el terror. No es broma. El único momento más distendido es ‘Rock and roll dudua’, una reinvención brutal del rock and roll cincuentero a ritmo de puro nihilismo. Era el momento menos letal pero a la vez una de las mejores canciones del álbum, en la que parecía que el mundo se iba a hundir aunque en realidad diera igual que tal cosa sucediera. Ahora, entrando en faena, el tipo vicioso que entonaba ‘Cómete una paraguaya’ daba miedo, parecía huido de un manicomio, ¿y qué decir del psicópata que comete atrocidades en ‘Noche de cinco horas’ o del extraño ‘Loco de la calle larga’. No era un paisaje tranquilo, no, sino de oscuridad y luces artificiales, de ciudad perdida.

Es 1978, el punk ha explotado en Inglaterra el año anterior y ahora llega a España pero en lugar de volverse una vulgar imitación encuentra una identidad propia gracias a un pionero como fue Ramoncín. Después, llegarían otras bandas para dar su visión del fenómeno, pero él fue de los primeros, pese a quien pese. E imponía mucho. Hoy es un señor cultivado con historia y carrera, pero entonces no era nadie y desde la mítica portada de este “Ramoncín y WC?” (disparada por Martín J. Louis) parecía una bestia parda dispuesta a comerse vivo al que se acercara. Y quieras que no, eso es lo que ocurre cuando haces sonar el disco y te atrapa entre sus garras.

Anterior entrega de “Estigmas”, de El Fantástico Hombre Bala.

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