Operación rescate: “¿Qué hay de nuevo viejo?”, de Desperados

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«Debería estar en casa de cualquier fan del rock español, se tiene la sensación de estar escuchando una piedra preciosa recién descubierta en una excavación arqueológica»

 

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Desperados
“¿Qué hay de nuevo viejo?”
WARNER, 1986

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

Creo que somos muchos los fans de Guillermo Martín para los que es interesantísima cualquier grabación en la que el difunto guitarrista dejara su huella. A muchos nos conquistó por primera vez como segundo espada de Andrés Calamaro, tanto en vivo como en sus discos, posteriormente su trabajo con Jaime Urrutia apenas dejó registro –lo que hace aún más mítico el haber presenciado alguno de los shows del tour de “Patente de corso”– aunque en sus últimos años pudimos disfrutarlo en álbumes en vivo de Loquillo, siendo especialmente emotivo el que regalamos digitalmente en EFE EME por nuestro décimo aniversario.

Pero antes de todo ello, Guillermo Martín tenía una trayectoria sumamente interesante en la que su marca, su estilo stoniano, tan imperfecto y a la vez perfecto, se dejó sentir con tanta intensidad como junto a Calamaro, Urrutia y Loquillo. Ahí está su enorme trabajo a las seis cuerdas en el disco en vivo de La Frontera “Capturados vivos” o al bajo en el debut de Los Rodríguez, por ejemplo, pero para sentir su pulso lo mejor es escuchar a Desperados, su banda por derecho propio, llena de canciones de calidad, de puro y simple rock and roll, en la que compartía protagonismo junto a su hermano Fernando, encargado de las voces.

Sería fantástico que toda su discografía se reeditara integralmente, pero por ahora ha sido su segundo trabajo, “¿Qué hay de nuevo viejo?”, el que ha vuelto a visitar los estantes de las tiendas. Cualquier seguidor de los Martín sabe lo que se va a encontrar en él, rock de miras amplias. Por ejemplo, ‘La llave maestra’ un country de raíz irlandesa que era seguido por el rock cincuentero de ‘Una ocasión’, o el cierre del álbum con el genial swing de ‘Baile (solo parejas)’ que era antecedida por el rock stoniano de ‘¿Dónde aparqué?’. Por supuesto, no se puede dejar de citar su enorme versión de ‘Mi calle’, de Lone Star, resuelta con una voz de inimitable fraseo madrileño.

“¿Qué hay de nuevo viejo?” es uno de esos discos que pese a su actitud popular, le hace a uno sentirse miembro de la élite rockera. Es un sentimiento breve que se va pasando canción tras canción, cuando uno vuelve a repetirse una y otra vez que el disco debería estar en casa de cualquier fan del rock español, pero en ese ínterin se tiene la sensación de estar escuchando una piedra preciosa recién descubierta en una excavación arqueológica. A lo mejor habría sido más vistoso haber reeditado la recopilación “Por un puñado de temas”, pero es que “¿Qué hay de nuevo viejo?” tiene mucho poder.

 

Anterior entrega de Operación rescate: “Alivio de luto”, de Joaquín Sabina.

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