Operación Rescate: Proscritos

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«Una banda maldita, una más. De esas que sucumbieron ante la desidia de un público que quizá no estaba todavía preparado ni para este disco»

Proscritos
“Cosas sencillas”
INTERFERENCIAS, 1989

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

Formados en 1983, Proscritos permanecen en el imaginario rock como uno de los secretos mejor guardados de este país. Los de Binéfar (Huesca) pasaron por ser una de las primeras bandas nacionales en apostar por sonidos de raíz que provenían del otro lado del Atlántico. Formados por José Lapuente a la voz, Antonio Solano y Richard D. Robinson a las guitarras, Felipe Puy al bajo y José Luis Arilla a la batería, en su almohada duermen los retazos de gente como Bob Dylan, Neil Young o John Fogerty.

Ganadores del concurso de Pop Rock de Huesca, por delante de unos entonces desconocidos Héroes del Silencio, canciones como su versión en castellano del ‘Wild flowers’ de los Rolling Stones les valieron para ser fichados por el sello zaragozano Interferencias que pondría en circulación su primer larga duración, «Cosas sencillas».

Producido por Juanma “Elegante” apoyan su debut en ocho temas propios y tres buenas versiones en castellano, aspecto que empieza a convertirse en marca de la casa. Para la ocasión se inclinan por una inspirada ‘Lookin out my back door’ de la Creedence Clearwater Revival, un ‘Powderfinger’ de Neil Young traducida como ‘Pólvora en los dedos’, y quizá la mejor de las tres, y una más justita ‘Like a rolling stone’ que como ‘Como una bala perdida’ solo se hallaba disponible en single.

Pero tras una portada que recuerda a la estética del «Back in the USA» de los MC5 encontramos mucho más que versiones. Aunque muchos los tacharan de ser un mero revival de bandas evidentemente grandes, lo de los Proscritos es digno de destacar por la apuesta de estilo que suponían todas y cada una de sus canciones. Parapetados en una apuesta eminentemente acústica, en «Cosas sencillas» encontramos esa evidente influencia americana llevada al terreno patrio, algo en lo que el idioma tenía mucho que decir. Así lo aseguraban ellos mismos al declarar que “Es fundamental. Somos buenos lectores y en nuestras letras hay parte de esa literatura que nos gusta. Es necesario cantar en castellano para que te entienda la gente, aunque haya quien diga que, si los hiciésemos en inglés, seríamos el ‘hype’ de España”. Esa lírica hispana es la que se encuentra en los recovecos de excelentes canciones como ‘Cuéntame una historia’, ‘Un refugio’ o ‘Cuento contigo’.

Una banda maldita, una más. De esas que sucumbieron ante la desidia de un público que quizá no estaba todavía preparado ni para este disco ni para «Pobres sueños», su continuación en 1990 y «Hablando otras lenguas», el álbum que cerraba su trilogía vital. Cuando años después José Lapuente era entrevistado con el proyecto que surgió de la disolución de Proscritos, llamado Dos Lunas y a punto de girar junto a Steve Wynn y The Jayhawks, el paso del tiempo le dio la suficiente perspectiva como para definir perfectamente a una banda que pudo y debió reinar: “Sí, nos atraían Dylan, Neil Young y también Chuck Berry: la inmediatez del R&R primitivo y el cerebro del folk rock. Grupos como Ryan Adams, Wilco, Beachwood Sparks, REM –por supuesto–, Steve Wynn o Jayhawks, con los que mañana empezamos la gira española. Es la música que los yanquis llaman ‘alt country’, etiqueta de moda entre los críticos. Pero yo me río: en los ochenta ya teníamos a los Beat Farmers, Dream Syndicate o Long Ryders. Mientras haya sentimientos, existirá este tipo de música. Prefiero oír un disco de Gram Parsons que el último ‘hype’ (bombazo) de Londres”.

Anterior entrega de Operación rescate: Pistones.

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