Operación rescate: “Buena disposición” (1982), de Nacha Pop

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“‘Buena disposición’ presenta a una banda nervuda e intensa, firmemente imbricada en los sonidos de la new wave y adicta a las guitarras y al golpe instantáneo”

 

Nacha Pop
“Buena disposición”
HISPAVOX, 1982

 

Texto: JUAN PUCHADES.

 

Hay un cierto consenso a la hora de destacar el debut hómonimo de Nacha Pop como su obra más perfecta. Desde luego resultó sorprendente y refrescante cuando vio la luz en 1980, y hoy sigue siendo pieza inexcusable para saber de los mejores discos de la historia del pop español. Pero, puestos a quedarme con un álbum del grupo madrileño, por entonces un cuarteto, lo haría con el segundo álbum, “Buena disposición”, más sereno y meditado en sus intenciones pero igual de imbatible.

Producido por ellos mismos, “Buena disposición” presenta a una banda nervuda e intensa, firmemente imbricada en los sonidos de la new wave y adicta a las guitarras y al golpe instantáneo, al pop (tal y como lo concibieron los Beatles y lo comprendió el primer Costello) sin contemplaciones. Una formación a la que la bicefalia compositora le sentaba francamente bien: Antonio Vega aportaba los temas más introspectivos y Nacho García Vega los más extrovertidos, juntos, uno detrás de otro, daban lugar a repertorios (esto es una constante en Nacha Pop) que sumaban como lo mejor de dos mundos en perfecta fusión. De ellos se benefició, cómo no, “Buena Disposición”, en el que Antonio dejó gemas como ‘Reflejo de ti’, ‘Juego sucio’, ‘Brillo perdido’, ‘Día tras día’  y ‘Tragaluz’ y obras maestras del tipo ‘Quiero estar mejor’, ‘Alta tensión’ y ‘Atrás’, cuando todavía manejaba recursos narrativos diáfanos, alejados de la metáfora y el hermetismo que comenzaría a perfilar desde «Una décima de segundo más» y que marcaría gran parte de su obra posterior. Por su parte, el siempre acelerado Nacho ponía el contrapunto con joyas punzantes del calibre de ‘No mires atrás’, ‘Buque que no llega’ (¡de aires reggae!), ‘Qué hiciste conmigo anoche’ y ‘Visiones’. Y juntos, que a veces también se explayaban mano a mano, firmaron una sensacional ‘Sonrisa de ganador’, una de esas composiciones que parecen escritas para ser un clásico.

De tal magnitud compositora y tamaño despliegue de canciones redondas no puede quedar menos que un disco matador e incuestionable, de esos que no dejan lugar al descanso, pues si los temas más rítmicos te ponen en órbita, los más lentos, de tan intensos, te obligan a prestarles toda tu atención para no perder detalle. Y recordemos que la fórmula de Nacha Pop era bien sencilla: voces, guitarras, bajo, batería y aquí y allá algunos toques de teclado (los de Ana Curra en ‘Reflejo de ti’). Nada más, pop clásico al servicio de la canción resuelto con completa maestría. Solo eso.

Anterior entrega de Operación rescate: Dúo Dinámico.

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