Operación rescate: La Mode

Autor:

«No es un disco tan redondo como el estreno, más irregular, menos perfecto, más denso, pero solo ‘En cualquier fiesta’ merece el precio que haya que pagar por él»

La Mode
«1984»
NUEVOS MEDIOS, 1984

 

 

Texto: JUAN PUCHADES.

No hay duda, la obra maestra de La Mode es su primer elepé, «El eterno femenino» (1982), pero todos los discos (dos maxis y dos elepés) que el trío grabó durante su primera etapa, la liderada por Fernando Márquez «El Zurdo», fueron piezas de una extrañísima inspiración. Dechados de buen gusto, lecciones de «savoir-faire», con un Zurdo absolutamente inspirado, completamente en vena y lanzado, firmando sus mejores textos (con músicas propias o de Mario Gil, Antonio Zancajo o Álvaro de Cárdenas), resueltos con producciones deudoras de las vanguardias rock de los 70 pero puestas al día con la visión de los 80, mirando por momentos a los más vaporosos Roxy Music y con su inevitable punto «arty».

Si en «El eterno femenino» La Mode se mostraba como un grupo contenido, en «1984» se atrevían con la música de baile en ‘Negro y amarillo’, desarrollando la fascinación oriental que por entonces parecía seguir Márquez. Pero este es el tema menor de un álbum más oscuro que el precedente y que contenía piezas tan certeras como ‘La cólera’ (malvado tratado contra el buenismo, que tan dañino sería en años venideros), esa jubilosa ‘Erección’, de nada sutil título y explícito contenido: «Siente cómo se levanta un imperio / mira cómo se levanta hasta el cielo […] su ritmo asciende lento pero firme / y tú te sometes, tú no te resistes. / El diablo se cuela por todo tu cuerpo / la felicidad acaba con el tiempo.» O ‘La rata’, sobre una Lolita aburguesada e intelectual (los primeros versos son, sencillamente, inolvidables: «El flaubert / que leíste un día gris / te sentó / no muy bien, como verás»; o esos otros de «Anteayer vestías uniforme azul / las clases de BUP hoy son / poses de mujer fatal»). También destacan ‘Diálogo’, ‘Cuestión de gravedad’ o ‘Sueño ’84’, sublime menudencia cinematográfica con la que El Zurdo invocaba a sus adoradas Vainica Doble.

No, no es un disco tan redondo como el estreno, más irregular, menos perfecto, más denso, pero solo ‘En cualquier fiesta’ merece el precio que haya que pagar por él. Un tema inmenso, fascinante, tal vez de los mejores textos surgidos de la pluma del Zurdo, el más Roxy de todo el álbum, una canción desoladora sobre la que, sin embargo, gravita la (vana) esperanza tras el final, y es que a todos nos gusta mentirnos:  «Cuando todo se acabe / y nadie nos recuerde / seguro que nos vemos / en cualquier fiesta. […] Yo me acercaré a tu mesa, / te preguntaré si bailas / y daremos vueltas por la pista vacía. / Tú me mirarás sonriendo / con una expresión cansada, / será en cualquier fiesta, / una noche cualquiera. […] Cuando nuestra riqueza / sea solo la memoria / seguro que nos vemos / en cualquier fiesta». ¡Qué canción!

Anterior entrega de Operación rescate: Andrés Calamaro.

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