Objeto de Deseo: Caravaca

Autor:

Caravaca
«En la carretera»
LP: NOVOLA, 1978

VALOR: 30 Euros


Una sección de VICENTE FABUEL.


Un disco más a contracorriente. Otro disco más ignorado y engullido por el abismo. De todo lo que podía interesar en la España de finales de los 70, la propuesta del trío Caravaca era quizás la menos pertinente. Se duda que en 1978 pudiese importar un bledo cualquier cosa que ahondara un poco más en eso dado en llamarse la (fallida) tercera vía del pop español. Finiquitada esa corriente pop-rock que años antes explicaron como nadie los Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán ante ese escaso quórum popular que la historia debería contemplar avergonzada, por momentos pareció revivir de la mano de un productor solvente, Pablo Herrero, el ex Relámpagos y afamado compositor todo terreno capaz de cualquier cosa y el padrinazgo del sello Novola, probablemente embaucado en esta historia porque el año anterior los Eagles habían despachado de su “Hotel California” cerca de quince millones de copias. Todo lucía buena pinta para este grupo novel, realmente todo un grupo nuevo porque apenas nada previo de ellos se conocía.

Pero aunque de poco les sirviera, el trío Caravaca tenía un leve pasado. A la voz principal y compositor de buena parte del álbum estaba Cecilio Sánchez, uno de los cantantes del grupo Dulces Años, delicada formación de sunshine pop adolescente (las edades de sus miembros no sobrepasaban los 14 años, e incluso a uno de ellos no le permitieron sus padres salir fotografiado en la portada del single), que en los primeros años 70 llegaron a publicar cinco cordiales singles con desigual acogida salvo el inicial y ligeramente exitoso ‘Almudena’. En 1974, y bajo el nombre de Cecilio, lo intentaría en solitario con el igualmente recomendable single ‘Dime’ / ‘Ven te esperaré’ (La Corrida), si cabe de aún más subterráneo eco, de modo que pensó que a la tercera podría venir la vencida. Lo que vino fue Caravaca.

El álbum “En la carretera” dejaba a las claras que su propuesta versaba sobre pop-rock de corte electroacústico sostenido básicamente por bonitos empastes vocales, a menudo algo lastrados por servir a textos discretos con cierta tendencia al almíbar. Aunque de corte algo estándar, la producción no impedía la rotundidad del single que daba título al disco ni de otros notables cortes, ni mucho menos que el grupo declarase loables intenciones rescatando el entonces por aquí desconocido “Muchacha” de los argentinos Almendra. Más allá del agradecido reencuentro, el laudo parece obvio: un disco sugerente al que la falta de nitidez obligaba a situarlos tan cerca de Solera o Tílburi como, ya en escala menor, de los mallorquines Falcons. No dieron más. Su único disco, nadie les daría una segunda oportunidad. Un disco valioso, tozudo y a contracorriente.


Anterior entrega de Objeto de Deseo: Buenas Noches Rose.

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