Novedades Carminha: Retratos sociales en bailes sin-vergüenzas

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“Queríamos volcarnos más en el ritmo, pero sin perder nuestra melodía y la importancia de las letras”

 

El trío Novedades Carminha publica su cuarto disco, “Campeones del mundo”, donde trabajan a conciencia el ritmo, mientras disfrutan de una etapa dulce de popularidad. Una entrevista de Sara Morales.

 

Texto: SARA MORALES.
Foto: LINO ESCURIS.

 

Sucede con este trío que la guasa es tan de víscera que no le es fácil a uno descodificar cuándo su verborrea bromea y cuándo no. Es la forma que tienen Novedades Carminha de encarar la vida, y su música, al fin y al cabo, no es más que un espejo de ese carpe diem rock and rollero y verbenero que evangelizan desde hace ya casi una década, entre pitos y flautas. Desvergonzados e irreverentes, a caballo siempre entre Santiago de Compostela y Madrid, van en serio. De hecho, nunca han ido tan en serio como con este cuarto disco, «Campeones del mundo» (Ernie Records, 2016). En él se desenganchan del código punk garagero desplegado en sus trabajos anteriores para arrimarse a otros terrenos a priori inverosímiles en los que tampoco patinan. Esta es la historia de cómo Carlangas (guitarra y voz principal), Jarri (bajo y voces) y Xavi (batería y voces) pasaron del punk ochentero a ponerle morritos sexys a la cumbia, el funk y la Motown. Eso sí, sin apartar la mirada de las dos premisas que los mantienen firmes, constantes en su pálpito: el rock and roll como Biblia y unas letras deslenguadas y socarronas que, mirándote a los ojos o entre líneas, tienen mucho que decir.

 

Os habéis alzado como «Campeones del mundo», permitidme que os pregunte: ¿en qué?
Es una cuestión de actitud, muy punk por cierto. Hacemos lo que nos sale del pito cuando nos sale del pito, en eso sí que somos campeones del mundo. Hacer lo que te da la gana y sentirte bien, sentirte campeón.

 

Este no es precisamente vuestro disco más punk.
Este es, sin duda, nuestro disco más punk a nivel conceptual, el álbum más macarra que hemos hecho. Podríamos haber sido más conservadores y seguir la línea de «Juventud infinita» que nos funcionó muy bien, habría sido la apuesta más segura. Sin embargo, vimos necesario volcar otras cosas que teníamos en la cabeza y hacer lo que nos salía de los cojones. Y en eso somos «campeones del mundo» (ríen). No nos apetecía que nuestro público comiese todos los días lo mismo, así que le hemos dado otro plato. Ahora que ellos elijan.

 

Pero en el plano sonoro, ¿estáis de acuerdo con que el giro ha sido sustancial? Vuestro deje punk garagero ha dejado paso a otros géneros.
Sí, hay de todo, ahora en este álbum hay rock and roll como siempre, pero también hay funk, hay cumbia, hay detalles de hip hop… Es una amalgama de estilos que no había en otros trabajos. Nuestros discos anteriores tienen un componente vintage más marcado, pero «Campeones del mundo» también tiene algo de eso, al final somos Novedades Carminha y esto es una continuación.

 

¿Prima ahora lo contemporáneo en vosotros?
En este disco buscamos sonar contemporáneos en todo momento. Aunque estemos haciendo rock and roll o tirando de discos del rock de los años 70, hemos buscado sonar a 2016. Creemos que suena a hoy, es un disco de este tiempo, hecho e interpretado en 2016. Aunque haya influencias del pasado, el conjunto del paquete es de aquí y de ahora. En esto hemos sido muy honestos, ahora somos así, pero sin olvidar que hacemos rock and roll.

 

También hay más pop que nunca, como por ejemplo en ‘La mejor de Europa’.
Sí, claro, también hay mucho pop en el disco, es verdad. En la canción ‘De vuelta de todo’ también lo hay. Pop viene de música popular, y Novedades Carminha es un grupo de música popular en el amplio sentido de la palabra. Nuestro público es muy amplio, no pertenecemos a ninguna escena, ni a ninguna tribu social.

 

¿Cuál es la faceta de Novedades Carminha más reveladora en este disco de 2016?
El baile, el ritmo. En este álbum está muy trabajado el ritmo. No es que en nuestros discos anteriores no lo estuviera, pero no le dábamos tanta importancia. Hemos querido mantener esa melodía a la que siempre le hemos dado prioridad, pero ahora hemos querido aportarle ritmo. Este disco nació bajo la premisa de hacer bailar a la peña en clubes.

 

 

A pesar de estar concebido como un álbum para la pista de baile, las letras siguen manteniendo un gran peso y no abandonáis ese lado canalla y desprejuiciado de siempre, ¿es otro de vuestros pilares como banda?
¡Claro! Queríamos volcarnos más en el ritmo, pero sin perder nuestra melodía y la importancia de las letras. Siguen siendo igual de importantes para nosotros, es donde hablamos de las cosas que vemos. A veces pasados de rosca, otras veces con más humor o más surrealistas, pero siempre intentando describir la realidad, la que nosotros vemos. Este es nuestro hilo conductor y el patrón que intentamos seguir desde el principio.

 

La crítica mordaz que hacéis al postureo, al ego exacerbado y a la «sociedad de la apariencia» tan presente en estos tiempos que corren, queda claro en canciones como ‘Que Dios reparta fuerte’ y ‘De vuelta de todo’.
Sí, pero tampoco buscamos hacer una crítica rancia de todo eso. Vomitamos nuestras cosas, pero siempre intentamos darle un punto de vista sarcástico. Los textos tienen un trasfondo, pero no pretendemos sermonear a nadie. Hay algo que va mucho más allá del eslogan y de freírle la oreja a la gente: que cada uno se sume a este tiesto si le apetece. No señalamos a nadie, ni queremos sentar cátedra, ni ponernos serios con nada, porque no somos así nosotros en nuestra vida diaria, ni en los bares, ni en casa, ni en ningún sitio.

 

¿Qué asuntos preocupan de verdad a Novedades Carminha?
A nivel personal, últimamente nos preocupa mucho el tema de los refugiados. Pero nosotros no vertimos este tipo de preocupaciones o inquietudes en nuestras canciones porque somos una banda que ve el rock and roll como un espacio para divertirse, pasárselo bien y disfrutar.

 

Hasta os atrevéis, y además en serio, a parafrasear a Los Chunguitos en ‘Dame veneno’.
Los hemos rescatado con muchísimo orgullo, este tema es un homenaje a ellos. Fue de lo más escuchado en su época, vendieron millones de copias y son los putos amos de la música popular. Hay que tenerlos mucho respeto, porque esta gente sabía poner el corazón encima de la mesa cuando hacía canciones y eso es lo que estamos intentado reivindicar e incluso hacer.

 

Siempre os había asociado más a la escuela de Violent Femmes, The Pogues o Television.
Ellos también tiran de víscera, claro. Y nos hemos fijado mucho en esas bandas, pero quizás en otras épocas vitales. Ahora hemos bebido de otras influencias, pero Violent Femmes, Siniestro Total, The Clash, los Buzzcocks siguen estando ahí. Para este disco hemos pensado mucho en Television porque Richard Hell siempre ha sido un referente, igual que Talking Heads aunque ya sean un rollo más new wave. El punk y la new wave son papá y mamá en Novedades Carminha, pero ahora intentamos beber de más sitios porque nos apetecía hacerlo.

 

¿Es parte de vuestra evolución, entonces?
Sí, es nuestro disco más juvenil y más macarra. «Campeones del mundo» marca un punto y aparte clarísimo en la evolución de Novedades Carminha. Es un soplo de aire fresco, nos da la capacidad de abrir el abanico y abrir el espectro a un montón de componentes más. El directo, que es la esencia, tiene ahora una paleta de colores mucho más amplia con la que poder jugar.

 

La presencia de un magnate del rollo urbano y el rap, como es Hevi, en la producción de vuestro disco junto a Raúl Santos, imagino que influye en esas nuevas puertas sonoras. ¿Qué os llevó hasta él?
Hevi fue una ayuda increíble. Nosotros le propusimos hacer un disco de rock and roll para bailar y él, que viene de la escena urban, del rap y de la electrónica, enseguida lo asumió como propio y se implicó. Hizo que llegáramos hasta un punto en común entre las dos escenas, aquellos años setenta con los primeros discos de funk y el primer hip hop, para empezar a trabajar lo que hablábamos antes del ritmo. Hevi tiene mucha culpa de gran parte del nivel musical y filosófico de este disco, nos ayudó mucho a desarrollar conceptos, a echarle cojones. Por otro lado, en los estudios La Mina de Raúl Santos, en Sevilla, trabajan con mucha libertad y sin prejuicios, y eso es lo que buscamos. Hemos grabado este disco en un ambiente de comunión entre los cinco y la sensación de estar en casa. Durante aquellos días también se pasó por allí gente como Dani Alonso de Pony Bravo y tocó los teclados de ‘Chispas relax’, o El Niño de Elche, que vino a comer un día.

 

Os juntasteis varios cocos creativos hasta dar con el resultado final, de ahí el eclecticismo del que hace gala el disco.
Aquellos días fueron una explosión creativa. Estuvimos buscando todo el tiempo nuestro propio flow hasta que nos sonase todo bien. Queremos hacer discos pequeñitos y sexys porque los discos que nos molan son así. Los álbumes de T-Rex con los que flipamos son exactamente eso. Poquitas cosas, poquitos micros, pocos instrumentos, muy orientados al minimalismo, pocas frases en los textos pero que comuniquen cosas… Queríamos evitar el barroco y la grandilocuencia.

 

En medio de todo este entramado, ¿qué pinta en el tracklist de este disco ‘Cariñito’, escrita por el peruano Ángel Aníbal Rosado en 1979 y popularizada por su banda Los Hijos del Sol?
Cuando hicimos la labor de documentación para meternos en las canciones de baile visitamos desde música electrónica hasta rap, funk y cumbia. Igual que Los Chunguitos son los amos de la música popular, los cumbianos son los amos de la pista de baile. Cuando suena la cumbia te meneas, varios discos de cumbia psicodélica de los sesenta nos enamoraron y esta canción nos dio en la patata y fuimos a por ella.

 

Hablando de versiones, en «Mutanciones», el disco homenaje a Niños Mutantes, os lleváis la palma por la versión más original y díscola con ‘Katherine’. Muy del estilo de este «Campeones del mundo», por cierto.
Tenemos una relación personal muy buena con ellos, y somos compañeros de sello. Cuando se empezó a cocer el asunto de versionar un tema suyo para este homenaje, nosotros, que somos desde el inicio de respetar poco a nuestros padres, nos lanzamos a hacer esto. Como dices, tiene bastante que ver con nuestro nuevo disco. Quisimos hacer algo pequeñito, quitarle capas a la canción original, haciendo hincapié en el lado más poppy de Niños Mutantes. Es otro punto de vista, divertido y diferente.

 

¿Cómo está siendo para vosotros ese tránsito del underground en el que comenzasteis allá por 2007 a una escena más reconocida y «popular» como en la que estáis prácticamente asentados ya?
Nos seguimos viendo ahí, sabemos de dónde venimos. Somos conscientes de que ahora podemos vender mil entradas para un concierto, tocamos en festivales y sonamos en las radios, pero el grupo no ha cambiado por el hecho de tocar o sonar en un sitio o en otro. Seguimos teniendo los mismos amigos de siempre y haciendo las mismas cosas. Es innegable que el grupo ha crecido mucho y esperamos que siga haciéndolo, pero sentimos lo mismo tocando en pequeños garitos que delante de diez mil personas en un festival. Al final se trata de una conexión con el público y, sea donde sea, eso es lo que nos mueve a nosotros. Eso y no sentirnos prisioneros de ninguna escena.

 

 

 

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