Músicos británicos que aman el fútbol (y II)

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“Kasabian son los autores de ‘Fire’, el tema de marras, el que convertía a los jugadores del Leicester en auténticos guerreros, tal y como les pedía el mister”

 

Tras recoger las pasiones de Elton John, los Gallagher, Bob Marley o Rod Stewart por sus clubes de fútbol, Fernando Ballesteros recopila otros tantos casos de pasión por el balompié entre los músicos británicos. Entre ellos, Ray Davies, Roger Daltrey, Kasabian y Ash.

 

Texto: FERNANDO BALLESTEROS.

 

 

Ray Davies y Roger Daltrey: el día que el Arsenal se despidió de Highbury

Por cantidad y calidad, el Arsenal se lleva buena parte de las simpatías de los músicos británicos. Quiero empezar por Ray Davies porque siempre recordaré el magnífico texto que publicó en su día con motivo de la marcha del equipo de Highbury y su traslado al Emirates. Estaba cargado de sentimiento y de amor real por un club al que su padre le enseñó a querer.

Davies rememoraba su primera visita a aquel templo del fútbol con 5 ó 6 años y cómo divisó por primera vez el estadio y el jolgorio de la afición en sus gradas. Era una carta llena de nostalgia en la que repasaba algunos de los momentos mágicos alí vividos. En ella contaba cómo su padre le inculcó que Highbury era algo sagrado, y al final de la lectura era muy difícil que no hubiera aparecido la emoción, sobre todo si se aman unos colores, los que sean. Aunque, para emoción, la de Ray el día en el que terminaba admitiendo que tendría que acostumbrarse al cambio. Qué remedio.

En el adiós definitivo a Highbury, sobre el mismo terreno de juego, hubo otro aficionado ilustre: Roger Daltrey, el vocalista de los Who, compuso una canción para aquel momento histórico y la cantó antes de que el estadio del Arsenal cerrara sus puertas. Ocurrió el 7 de mayo de 2006.

 

 

Ray Davies, Roger Daltrey… parece claro que el equipo del eterno Wenger puede sacar pecho y decir bien alto que cuenta entre los suyos con varios de los mejores. Una lista en la que también están Paul Weller, Mick Jagger o el también frontman de los Pistols Johnny Rotten, además de David Gilmour y Roger Waters de Pink Floyd. Hay más, pero creo que la muestra dicta sentencia.

Definitivamente, tengo la impresión de que los gunners ganarían la Premier de la música pop. Es que no les falta de nada, porque para colmo, Nick Hornby, el autor que mejor ha escrito de fútbol, música y la unión de ambos en los últimos años, también es seguidor del club londinense con una pasóin de la que dejó testimonio escrito en «Fiebre en las gradas» (Anagrama, 1993).

 

 

The Cockney Rejects: Pompas de jabón y el West Ham en el corazón

Al comienzo de los ochenta, cuando el fenómeno hooligan estaba en todo lo alto, la fauna que poblaba las gradas más animosas era muy variada. Entre las aficiones había mucho amante de la vertiente más callejera del punk. En el caso del West Ham, algunos de esos hinchas eran miembros de bandas como los Cock Sparrer o los Cockney Rejects.

Estos últimos decidieron adaptar a su ruda manera ‘I’m forever blowing bubbles’, una canción de un musical de Broadway que los fans de los Hammers habían adoptado como himno oficioso del club londinense y que se coreaba en las gradas desde comienzos de los años treinta.

 

 

Más de tres décadas después, el West Ham se tuvo que despedir de su viejo hogar para trasladarse al estadio olímpico –nuevos tiempos, el progreso, ya saben–, y unos ya talluditos Cockney Rejects no perdieron la ocasión de rendir su particular homenaje a modo de canción en la que decían adiós a Upton Park, la que durante tantos años fue su casa, la del club de sus amores.

 

 

 

Wedding Present, rindiendo tributo a un icono pop del fútbol

David Gedge, el hombre al frente de los Wedding Present, ha declarado en más de una ocasión su afición por el Manchester United. La foto de un mítico jugador de ese club, George Best, dio título y sirvió para ilustrar la portada de su primer album: aquella obra cumbre del pop guitarrero que alegró la vida de los aficionados al género en 1987.

George Best era un hombre que unía el fútbol y la cultura pop, un señor al que se llegó a conocer como el «quinto Beatle». Todo un icono pop que, como le ha ocurrido a muchos ídolos del mundo de la música, también encarna una trágica historia de autodestrucción que le llevó a malograr sus fantásticas cualidades o que, en el mejor de los casos, redujo considerablemente unos logros que podían haber sido aún mayores. Una historia que nos suena en la música.

George era indisciplinado y no se cuidaba. Fue todo un personaje: sus andanzas y frases célebres, muchas veces recordadas, le definen. Un fenómeno del fútbol que, a pesar de su tendencia al desastre personal, ha pasado a la historia como uno de los grandes de todos los tiempos. Y allí aparecía triufante en la portada de un pedazo de elepé, para orgullo de sus autores. Best murió por culpa del alcohol en 2008 después de vivir unas cuantas vidas en una.

 

 

Ya que hablamos de las grandes leyendas del Manchester United presentes en portadas pop, no podemos pasar por alto la del single de ‘Kung Fu’, aquella anfetamínica tonada punk-pop de los irlandeses Ash, que inmortalizaba el momento en el que Eric Cantona le propinó una brutal patada a un hincha del Crystal Palace, uno de los incidentes más comentados de la historia del fútbol.

 

 

 

Kasabian, colaborando con el milagro del Leicester

La pasada temporada todos vivimos, aunque fuera de lejos, el milagro del Leicester City. Nadie daba crédito a que un equipo llamado a luchar por la permanencia se metiera en la batalla por la Premier. Pero las jornadas pasaban, el final de la liga se acercaba y ahí seguían los chicos de Ranieri en lo más alto.

Precisamente, el técnico italiano explicó como se cargaban de energía sus jugadores antes de cada partido. Ahí es donde Kasabian entran en escena: ellos son los autores de ‘Fire’, el tema de marras, el que convertía a los jugadores del Leicester en auténticos guerreros tal y como les pedía el mister.

 

 

Y los componentes de Kasabian tan contentos con el servicio prestado, claro. Ellos, sobre todo Serge Pizzorno y Tom Meighan, son seguidores del club y pusieron con su música un modesto granito de arena a la gesta de sus paisanos. Y como los cuentos de hadas que tienen final feliz, los protagonistas de esta historia terminaron ganando el título y escribiendo una de las páginas más épicas de la historia reciente del futbol mundial. Además, para delite de los aficionados, los mismísimos Kasabian estuvieron presentes en la fiesta de celebración en la que protagonizaron una actuación sorpresa para el recuerdo

 

 

 

Paul Heaton, de The Housemartins, un cazatalentos de altura

“London 0 Hull 4”, el título del debut de los Housemartins hablaba por sí solo. Eran futboleros, claro que si, pero sobre todo eran orgullosos hijos de Hull y aficionados de su modesto equipo, el Hull City.

En aquella máquina de facturar hits pop, el más apasionado por el deporte rey era Paul Heaton. De hecho, hay una historia que ocurrió tras la disolución de los Housemartins que merece la pena recordar una vez más.

Eran los tiempos en los que ya lideraba a los Beautiful South, con los que había facturado un gran primer disco y preparaba su continuación. A Paul no se le ocurrió mejor idea que marcharse junto a Dave Rotheray a Canarias para descansar y divertirse, y así cargar las pilas antes de dar a luz “Choke», el segundo asalto del grupo.

Ahí tenemos a nuestro hombre, bebiendo y viendo partidos de amateurs y de chavales para pasar el rato, hasta que en una de esas caen en Arguineguín, donde bastante borrachos –recuerden que hablamos de un tío cuyo grupo anterior había triunfado con un tema como ‘Happy hour’– se cruza en su camino un mocoso delgado con apenas quince años que borda el fútbol. Paul y Dave no dan crédito: allí mismo le piden a un lugareño que les apunte el nombre del chaval y salen de dudas: se llama Juan Carlos Valerón.

De vuelta a Inglaterra, Paul se saca del bolsillo aquel papel ya arrugado y se lo da a un colega que trabajaba en el departamento técnico del Sheffield United. Le cuenta que ha visto a un auténtico fenómeno y que lo intente fichar. Pero su amigo no parecía confiar en el olfato de Paul como ojeador y no le hizo caso, quizá ni se lo tomó en serio. El resto es historia y brillante, por cierto, del fútbol español, pero si aquel técnico hubiera tenido en cuenta el entusiasmo de Heaton, las dos últimas décadas de la U.D. Las Palmas, el Deportivo de la Coruña y, sobre todo, el Sheffield hubieran cambiado notablemente.

 

¿Y qué hay de los Beatles?

No, no vamos a acabar un texto en el que se habla de algunos de los mejores grupos ingleses de las útlimas décadas sin hacer al menos una referencia a los Beatles. Y eso que los «Fab four» nunca tuvieron mucha relación con el fútbol. Ni a George ni a John se les conoce ninguna filiación, pero Ringo, al parecer por motivos familiares, tuvo cierta simpatía por el Arsenal cuando era un chaval. Luego está el caso de Paul, que aunque tira por el Everton, afirma que también anima al Liverpool, su gran rival de la ciudad. Vamos, que tampoco es que sea muy apasionado que digamos.

Además, aunque al nombrar al Liverpool se asocie a los «reds» con el otro gran símbolo de la ciudad, la canción que sus hinchas adoptaron hace mucho tiempo como «himno» y que comparten con los seguidores del Celtic no es de los Beatles, es de otro grupo de la ciudad: Gerry and the Peacemakers, así que no se me ocurre mejor broche a estas lineas que el ‘You’ll never walk alone’, una canción que es imposible escuchar ya sin pensar en grandes citas futbolísticas.

 

 

Puedes leer la primera parte de este reportaje aquí.

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