Música para leer y ver

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Música para leer y verLa editorial Somoslibros ha comenzado la edición de la serie “Music Memories” con dos tomos dedicados al diseño de portadas de disco: Vinilos rock y Vinilos eros. Se trata de ediciones cuidadas y bien presentadas, pensadas para el aficionado al coleccionismo musical y, por supuesto, también para los amantes del diseño gráfico.

Texto: JAVIER DE CASTRO.


Somoslibros, es un nuevo sello cuya línea editorial pretende ser la publicación de diferentes colecciones con un denominador común: poner en circulación libros visuales o, lo que es lo mismo, formatos atractivos donde la parte gráfica tenga un peso específico, aunque nunca en detrimento de la calidad y la frescura de los textos que la acompañan. Diseño muy cuidado y actual, y lo más importante para estos tiempos de crisis: a un precio asequible –26 Euros–, frente a lo que es más normal en esta clase de ediciones de semi-lujo. Las dos entregas que de forma simultánea conforman el pistoletazo de salida de su colección de títulos musicales son realmente atractivas.

El primero, Vinilos Rock. La historia del rock a través de 50 años de vinilos, de François Thomazeau y Dominique Dupuis, como muy bien indica su subtítulo es un recorrido más o menos pormenorizado a través del último medio siglo XX de historia de la música rock haciendo hincapié en algunas de sus variedades más trascendentales y, claro está, en las figuras solistas y bandas más significativas. A saber, apartados obvios y no por ello menos interesantes como “Los americanos descubren la electricidad”, “¿Eres Beatles o Stones?”, “La psicodelia”, “El rock psicodélico inglés”, “El encuentro de la psicodelia y el jazz”, “Del clásico al fantástico, “Los inicios de los 60 se vieron maquillados”, “Sobre las ceniazas humeantes de Cream”, “Sombreos de cowboys, botas camperas y banderas confederadas”, “Entre imperdibles y levitas: el punk”, “Cuando los ochenta dudan entre el baile y la depresión”, “De los ambientes cargados de humo a la desmesura de los estadios: los ochenta y los noventa”, etc. Cada uno de ellos con sus respectivos subapartados temáticos, textos divulgativos y bastante directos y una selección de portadas que harán las delicias no solo de los coleccionistas de vinilo sino, de cualquier amante de la música al que le interese el arte, la evolución de las ideas estéticas y, por qué no también, el diseño gráfico en sentido amplio. No en vano, desde hace no demasiado tiempo algunos museos pioneros del mundo han empezado a desfrivolizar todo lo relacionado con el negocio musical, abriendo sus salas a las primeras restrospectivas sobre la relación entre el arte y la música a base de exponer unas cuantas de “las mejores” o, quizás sería más propio utilizar el término, “más impactantes” e “innovadoras” cubiertas que desde hace medio siglo vienen ilustrando este mundo musical apasionante.

Sospecho que el segundo volumen que aquí comentamos Vinilos Eros. La historia del erotismo a través de 60 años de vinilos –de Bernard Marcadé / Dominique Dupuis / Matthieu Flory–, interesará no sólo al público amante de la música moderna sino, también y sobre todo, a coleccionistas de temas morbosos, erotómanos varios y cualquier otra persona que disfruta ejerciendo de voyeur. Se trata de un interesantísimo y revelador testimonio gráfico de cómo se han venido hermanando el erotismo y la música moderna, entendida ésta –como en el caso anterior– a partir de toda clase de palos estadísticos como el jazz, el rock, el pop, el country, la música orquestal, el punk, la disco, el reggae, el soul, los soundtracks, y hasta las rancheras o el flamenco que también cuentan devaneos de esta clase. Como en todos los libros de esta clase, que se basan en una selección que cualquiera puede considerar lo objetiva o subjetiva que uno desee, hay materia prima para todos los gustos. Desde diseños que llaman la atención poderosamente por su buen gusto y hermosa estética –la insinuación es arte– hasta otros muchos, bastante “guarretes” y explícitos donde lo que sobresale, sobre todo, es la vulgaridad que los preside. Y es que ya se sabe; sobre gustos… El volumen está estructurado en dos grandes apartados, uno titulado genéricamente “Movimientos Musicales” (“De la falda plisada a la chupa de cuero: el rock & roll”, “Cabaré y cancán francés: las hermosas mujeres de París dan la vuelta la mundo”, “Odaliscas y manzanilla”, “Bourbon nube de humo y notas azules: el jazz y el blues”, “Bajo los trópicos: de Hawai a Tahití, del Caribe a Jamaica”, “Los iconos por excelencia: las stars americanas de los años cincuenta”, “Medias de rejilla y ligueros”, “1969 año erótico, la chanson  francesa”, “Entre el mal gusto y las mujeres lánguidas: la música disco”, “Soul, funk y rhythm’ & blues” o “Rap y hip hop”). Y un segundo al que los autores han bautizado “Temáticas” donde como su denominación muy bien indica  se incluyen mensajes de contenido lujurioso y cualquiera de aquellas fantasías sexuales que casi todos tenemos y, obviamente jamás, vamos a confesar (“Danza del vientre”, “Del arte de saber encenderlos”, “Sheriffs i cowgirls, “Del beber y del comer”, “La mujer como instrumento”, “Animales de compañía”, “Primeros planos”, “B.S.O.”, “Cuantos más seamos… más reiremos”, “Cuentos de Navidad”, “For men only”, “¡Átame!”, “No apto para menores”, “Sobre ruedas” y “Arte en la piel”). En fin, un auténtico regalo para la vista y la confirmación de que los placeres de la vida deben fusionarse para mayor disfrute… ¿O no?

Bien está acabar recordando que, a todos los lectores que queden satisfecho por la inversión realizada, pueden ir preparándose, porque viene más… Para el verano los de Somoslibros ya tienen en cartera un nueva entrega de tan sugestiva colección de arte vinílico. Ni más ni menos que la relación entre música y cómics. ¡Que no decaiga la fiesta!

Desde aquí puedes visitar la web de Somoslibros.

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