Moris y Antonio Birabent: Canciones en familia

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«Es admirable la extraordinaria química entre la primitiva y poética voz de un rockero insobornable, básico y visceral de la vieja guardia como es Moris con las maneras de un chaval, Antonio Birabent, más sensible en su adicción a las sofisticadas atmósferas y a la meticulosidad del pop más introvertido»

El rockero argentino Moris y su hijo, el también músico, Antonio Birabent, han unido su destino en «Familia canción», un delicioso disco conjunto. Juan Mari Montes nos aporta los detalles.

Texto: JUAN MARI MONTES.
Si se paran a pensarlo un poco, llegarán a la conclusión de que no se conocen demasiados antecedentes de padre trabajando con su descendiente a cuatro manos y dos voces en el mundo de la música pop, a pesar de ser realmente muy habitual que el hijo (o la hija) acabe abrazando el oficio paterno (o materno, obviamente) bien sea empujado a ello por predisposición genética, afán de imitación, perezosa costumbre, o simplemente, quien sabe si por pura metástasis creativa.

Sería interesante analizar los motivos de esta determinación. No se trata de heredar una empresa sino que probablemente tanto el rebelde vástago como el protector  progenitor, deben esforzarse en dejar muy claro que si el hijo tiene algún interés artístico no será por las puertas que le abrió muy indulgentemente papá sino por puro y genuino talento propio. Al menos esa es la impresión que uno intuye, aún sin haber leído muchas entrevistas sobre este particular de, por ejemplo, Bob Dylan hablando de su retoño con la baba floja o de Enrique Iglesias hablando de su genial y famosísimo papi.

El caso es que, contra todo pronóstico, uno había soñado una de estas noches que el rockero argentino Moris haría una excepción y terminaría algún día trabajando con su hijo Antonio Birabent. No me pregunten los motivos, que es bien seguro que no los hay. Me sucedió porque acaso los dos me interesaban muchísimo y por igual. Y es más, había soñado que el trabajo que hicieran entre los dos no sería algo muy distinto a este extraordinario álbum que ya es “Familia canción”, un disco recién editado por ambos en Argentina y que naturalmente aún no hemos visto distribuido por las discográficas y tiendas de discos españolas para las que corren tan malos tiempos para la lírica.

Es admirable la extraordinaria química entre la primitiva y poética voz de un rockero insobornable, básico y visceral de la vieja guardia como es Moris con las maneras de un chaval, Antonio Birabent, más sensible en su adicción a las sofisticadas atmósferas y a la meticulosidad del pop más introvertido. Dos maneras antagónicas de entender la canción moderna que, sin embargo, mezclan con una extraña naturalidad para firmar una colección de canciones tan bien construidas como puedan ser ‘Civilización’, ‘Parado en una esquina’, ‘Fábricas nocturnas’ o ‘Brasilero y güaraní’, temas con profunda raigambre argentina pero al mismo tiempo tan universales, piezas reflexivas, poéticas y urbanas, trenzadas en inteligente coctel, poesía de uno musicalizada por otro y viceversa: música del otro literaturalizada (¿existirá este verbo?) por el uno. Reparto al fin equitativo de estrofas, en maravillosa armonía vocal (atronador Moris, susurrante Antonio), instrumental, familiar.

Quizá uno de los secretos de la seducción de estas canciones contenidas en “Familia canción”, es que es un álbum en el que ninguno de los dos ha necesitado renunciar a sus particulares universos para entenderse con el otro. Al contrario, ambas personalidades se reconocen y complementan, sumando talentos tan aparentemente distantes y distintos y al mismo tiempo tan bien ensamblados en lo que seguramente es uno de los discos más emocionantes, creativos y apasionados del presente curso. No se lo pierdan.



Desde aquí puedes acceder a la web de «Familia canción».

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