Melómanos: Manu Carreño, goleada de rock clásico

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“Tuve la suerte de conocer a Robe cuando yo trabajaba en Canal+ y él vino para una entrevista en otro programa. Me enteré de que estaba por los estudios estando yo en maquillaje, me levanté corriendo y fui a conocerle. Me miró como diciendo: «¿Y este friki de deportes qué hace aquí?». Es puro talento, es un genio”

 

El veterano periodista deportivo al frente de los Deportes de Cuatro es otro gran aficionado a la música, especialmente al rock español con el que se crió. Entre sus imprescindibles, Extremoduro y El Último de la Fila. Sara Morales charló con él.

 

 

Texto: SARA MORALES.



 

 

Son las 11.00 de la mañana de un miércoles en la redacción de deportes de Mediaset, en Fuencarral. Agradable y vehemente  ambiente de trabajo en el que encuentro inmerso a Manu Carreño, con el que voy a compartir unos minutos hablando e intentado hermanar dos de las grandes pasiones del grueso mortal: el fútbol y la música.

A sus espaldas, una brillante carrera como periodista deportivo que le ha llevado a conducir buena parte de los programas especializados más míticos de nuestro país, tanto en radio (SER, Onda Cero) como en televisión  (Antena3, Canal +). Hoy,  colaborador de la COPE, y al frente desde hace casi diez años del informativo deportivo de Cuatro junto a Manolo Lama, se ha convertido en una de las voces más reconocibles de las ondas españolas y uno de los rostros imprescindibles de nuestra televisión. Un espíritu inquieto, despierto y curioso con el que se reconoce como usuario de Shazam, en esa búsqueda de nuevos grupos atraído por el descubrimiento de una canción. Que, pese al frenético ritmo de su rutina y el escaso tiempo del que dispone, a veces, consigue dedicarlo a disfrutar de algún concierto –muy bien elegido, por cierto–.

Desde una de las salas de reuniones, el vitalista y enérgico periodista vallisoletano –Ipod en mano– hace repaso de sus gustos musicales en unas sorprendentes y apasionadas declaraciones que, en el tiempo exacto que dura una prórroga, dejan a la luz su desconocida faceta rock.

 

¿Hay tiempo para la música en la ajetreada vida de Manu Carreño?
Por supuesto, además desde siempre. La música siempre ha estado presente en mi vida, desde que era pequeño y me puse unos altavoces del copón en mi habitación para escucharla a tope.

 

¿Y qué sonaba por aquellos altavoces?
Crecí con lo que nos hemos criado muchos de mi generación, es decir, el pop rock español de los años 80. Con mis hermanos escuchaba mucho a Radio Futura, Miguel Ríos, Gabinete Caligari, Loquillo…

 

Si tuvieras que elegir entre alguna de esas bandas, como la que más te marcó en tu infancia, ¿cuál sería?
El Último de la Fila, sin duda, para mí siempre han sido top. Y Manolo García en solitario también me gusta, pero sigo prefiriendo a El Último de la Fila. Imagino que también es cuestión de recuerdos, de buenos recuerdos.

 

Sabes que vuelven Los Burros, ¿no?
Sí, vamos a ver cómo vuelven. Pero, vamos, que yo me sigo quedando con aquella etapa de El Último de la Fila (ríe).

 

 

Y hoy en día, ¿qué suena en tu reproductor, en tu móvil y en tu coche?
Suena de todo, pero sí es verdad que soy muy de clásicos: Bob Dylan, U2… Así, más recientes, por ejemplo, Coldplay.

 

Pese a tus inicios, parece que finalmente te decantas por la música internacional.
Sí, la verdad que escucho más música de grupos internacionales que nacionales. Por ejemplo, me viene a la cabeza ahora otro clásico que me encanta: Bob Marley, su canción ‘Redemption song’ es muy especial. Pero aún así de la música nacional no se puede no mencionar a Sabina, por favor, es imprescindible. Y también me gustan otros grupos como Vetusta Morla, que son unos genios, Love of Lesbian, Lori Meyers, Supersubmarina…

 

 

¡Anda!  O sea, que también picoteas de lo que hoy se conoce como indie.
Sí, sí, claro. Hay grupos muy buenos en nuestro país. En mi etapa del “Carrusel Deportivo”, durante los tres años que estuve, la primera hora de los sábados hacíamos una mezcla de música y fútbol. Invitábamos a diferentes grupos para que vinieran a hablar de fútbol y luego tocaran en directo, muchas de estas bandas pasaron por allí.

 

Horas y horas de estadios por tu profesión, pero… ¿también pisas terreno de juego para asistir a macroconciertos?
¡Hombre, claro! Estuve en el de hace unas semanas de AC/DC, también en el último de los Rolling Stones… Además estuve con mi hijo, que tiene 14 años y no había ido nunca a un concierto, así que fíjate el debut.

 

Gran elección para adentrarle en el mundillo, desde luego.
Claro, claro, un hecho histórico. Le estuve contando un poco la historia de la banda y, aunque él no es un gran fan de los Rolling, sí los tiene presentes porque suenan en casa y tal. Y claro, ver ese espectáculo que montan, ver a Mick Jagger en directo… Es increíble.

 

Claramente, tienes más alma de rock que de pop.
No soy solo de un estilo, pero sí es verdad que me gusta más el rock. De hecho mi grupo preferido es Extremoduro, sin ninguna duda.

 

¡Pues estás de enhorabuena! Robe Iniesta ya ha publicado su primer disco en solitario, “Lo que aletea en nuestras cabezas”.
¡Sí! De hecho tuve la suerte de conocerle en persona cuando trabajaba en Canal+ y él vino para una entrevista en otro programa. Me enteré de que estaba por los estudios estando yo en maquillaje, me levanté corriendo y fui a conocerle. Me miró como diciendo: «¿Y este friki de deportes qué hace aquí?» (ríe). Robe es puro talento, es un genio.

 

¿Y cuál es, para ti, el tema con mayúsuclas de Extremoduro?
‘Dulce introducción al caos’ del álbum «La ley innata», que dura 6 o 7 minutos. Eso es… una creación casi casi divina.

 

 

Además de a Robe Iniesta, ¿tu trabajo te ha permitido conocer algún artista o grupo internacional que te haya llamado especialmente la atención?
Sí, el mundo de la tele me hizo conocer también a Carlinhos Brown, que es un tío que me molaba por su música percusionista, siempre me ha transmitido muy buen rollo. Como hicimos varios campeonatos en Brasil: la Copa de Confederaciones, el Mundial… estuvimos en Salvador de Bahía y conocimos la cuna donde tiene su academia de música. Luego vino también a un programa en Madrid. Me gustó mucho conocerlo, es un tío muy interesante. No es una música que tenga en mi Ipod ni escuche todos los días, pero sí me gusta.

 

Aunque imagino la respuesta, ¿cuál es el acontecimiento deportivo más relevante e inolvidable que has presenciado y vivido desde dentro?
¡La final del Mundial en Sudáfrica!

 

Estaba claro…
Sí, lo decimos todos, claro (ríe). Pero siempre digo que, aunque la culminación fue en 2010 en Sudáfrica, antes de eso hubo un primer paso que es donde empezó todo, y eso fue en 2008 con la primera Eurocopa que ganamos con el gol de Torres a Alemania. Además, la victoria ante Italia en cuartos de final en la tanda de penaltis fue lo más visto de la Eurocopa. Es que España venía de no ganar nada en 44 años y ¡la ganamos contra Alemania! Pero tuvieron más audiencia los penaltis de cuartos contra Italia que la propia final. Ese día fue el día en que realmente nos cambió todo, ese día cambió la historia.

 

¿Y qué banda sonora le pondrías a aquel momento?
Más que una canción concreta le pondría una música épica, como tantas veces hemos hecho en los vídeos.

 

El mundo del deporte y de la música siempre han mantenido una estrecha relación. En tu opinión, ¿cuál es la característica compartida más destacable?
Sí. Pues sobre todo el peso de los protagonistas en la gente joven. Te diría incluso que los futbolistas han acabado comiéndole ese terreno a los que antiguamente eran los número 1 en las portadas de las revistas como grupos de música, cantantes o incluso gente del cine. Pero ahora la gran mayoría de los niños, adolescentes y jóvenes, a la hora de ponerse el póster de alguien, suele elegir el de futbolistas: Neymar, Cristiano, Bale, o también Gasol, Michael Jordan…

 

¿Se podría decir que hoy los futbolistas de élite son como estrellas del rock?
La dimensión extradeportiva de los cracks del fútbol mundial, los que están en la élite del fútbol, al igual que los que están en la élite de la música, han llegado a encontrarse en el mismo punto de la cima, donde antes un futbolista era más difícil que llegara. Desde el fenómeno David Beckham, por ejemplo, empiezan a salir ese tipo de jugadores que no solamente son buenos futbolistas, si no que, además, se convierten en un reclamo publicitario para todo el mundo.

 

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Uno de los debates que han generado gran controversia social tenía a la música y al fútbol como protagonistas. Hablamos de la pitada al himno en la final de la Copa del Rey. ¿Qué opinas?
Los himnos están para respetarse. Todos los himnos deben ser respetados. ¿Que cada uno puede pitar si quiere? Evidentemente, cada uno es libre de hacer lo que le da la gana; pero si me preguntas mi opinión yo creo que es una cuestión de respeto y de educación, nada más. Y como a mí me enseñaron a respetar, entiendo que tengo que respetar igual el himno de España, que el de Cataluña, que el de las Islas Feroe. Creo que hay otros foros más interesantes y más apropiados para reivindicar determinadas cuestiones políticas que no un estadio de fútbol. Para eso están el Congreso, las urnas, la calle para manifestarse… Pero bueno, como últimamente se mezcla mucho, y a algunos les interesa que se mezcle política y deporte, pues hacen ese tipo de reivindicación.

 

¿De qué salud goza hoy el periodismo deportivo? El musical, por ejemplo, aunque va en aumento de calidad, está sufriendo buenos azotes últimamente debido al IVA cultural que tanto daño está haciendo a nuestro entorno, el cierre de publicaciones históricas, el intrusismo…
En nuestro caso, la fuerza del periodismo deportivo se ha ampliado y diversificado bastante. Esto hace que haya más oferta, más propuestas que te gusten más y más propuestas que te gusten menos. Antes el programa que había por la noche, el que oíamos todos cuando éramos pequeños, era el de José María García, los carruseles de fin de semana y poco más. Y ahora los programas de deportes en la tele se han ido reproduciendo como las setas, se han ido ampliando no solo en número, sino también en minutos de duración; hasta el punto de que, por ejemplo, el nuestro compite a las tres de la tarde, cuando esto hace años en España era impensable: ¡poner un programa de una hora de deporte, en horario de informativos! Y ha ido bien, de hecho ya vamos a cumplir diez años. También hay debates y tertulias deportivas por la noche en televisión, cuando antes solo eran en radio… El periodismo deportivo ha crecido mucho, goza de buena salud, afortunadamente.

 

En los tiempos que corren, mantenerse una década en televisión tiene mucho mérito. Por cierto, ¿a qué suenan Los Manolos? Y no vale ‘Amigos para siempre’…
¡Pues realmente a eso suena! Por estos diez años de trabajo común, no solo Manolo Lama y yo, sino todo el equipazo que tenemos, que contar con ellos es la mayor suerte y de lo que con más orgulloso puedo hablar. Tenemos una gran relación personal, no puedes estar diez años con alguien codo con codo si no tienes buena química profesional y personal. Pero si tengo que ponerle un sonido a Los Manolos te diré que suenan a un punto de rebeldía, de independencia, de diversión, de entretenimiento… De no deber nada a nadie y que nadie nos deba nada a nosotros, que es de lo que más orgullosos estamos; porque aquí nadie nos dice lo que tenemos que decir y lo que no, aunque a veces nos equivoquemos, está claro.

 

¿Qué canción le habrías puesto a la despedida de Iker Casillas del Real Madrid?
«Adiós amigos, adiós» de Los Rodríguez. Iker le cantaría algo así al madridismo…

 

 

¿Y al triplete del Barça esta temporada?
‘Viva la vida’, de Coldplay, la que les ponía Guardiola como entrenador .

 

Por último, y a modo de recomendación, la canción perfecta para practicar deporte.
‘Gone’ de Kanye West.

 

Anterior entrega de Melómanos: Lorenzo Silva.

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