Manolo Tarancón y Fabián: La aventura colombiana

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«El lunes amanece húmedo y será pasado por agua como casi el resto de la semana. En adelante, Manolo Tarancón usará doble calcetín y Fabián se aferrará a su chaqueta de cuero, a excepción de la parada en Medellín»

Guitarra al hombro, Manolo Tarancón y Fabián viajaron en septiembre hasta Colombia para ofrecer una serie de conciertos. Umberto Pérez, su anfitrión, es quien nos narra la aventura de los dos cantautores.


Texto: UMBERTO PÉREZ.
Fotos: ANDRÉS WOLF.


Es domingo 19 de septiembre y son las ocho de la noche. En Bogotá aprieta el frío desde el aeropuerto internacional El Dorado hasta los cerros de la capital colombiana. Ha llovido toda la tarde después de una semana casi veraniega. Junto al fotógrafo Andrés Wolf espero el arribo del vuelo 0011 de Avianca sin sospechar siquiera que éste ha llegado una hora anticipada y que Manolo Tarancón y Fabián (invitados a la segunda edición del FICIB, Festival Internacional de Canción Itinerante organizado por Barrio Colombia) ya van rumbo hacia el hotel en medio de una ciudad en obra negra y más caótica de lo habitual.

En el hotel los encontramos tomando una cerveza nacional. El saludo pasa por la cordialidad, la vergüenza y el agotamiento, pero la emoción de visitar tierras lejanas para presentar sus canciones es latente. Después de un emparedado “de la casa” con papas y más cerveza, quedamos en encontrarnos a la mañana siguiente para caminar y conocer el centro de la otrora “Atenas Suramericana”.

El lunes amanece húmedo y será pasado por agua como casi el resto de la semana. En adelante, Manolo Tarancón usará doble calcetín y Fabián se aferrará a su chaqueta de cuero, a excepción de la parada en Medellín. Caminamos, llueve, nos detenemos a escampar y a tomar café, seguimos, llueve, paramos a comer y a escampar, retomamos el trayecto hasta el barrio La Candelaria, la llovizna imparable se hace insoportable, un café más y regresamos al hotel para luego acudir a una entrevista en una radio universitaria en compañía del cantautor argentino Daniel Sartori.

El invierno septembrino no da tregua. Un restaurante vecino al hotel y al ciber-café se convierte en obligatorio a la hora del almuerzo. El martes en la tarde, después de una entrevista para la Radio Nacional y de burlar a la lluvia, Manolo y Fabián llegan al Museo Nacional de Colombia (a una calle del hotel) para la prueba de sonido.

A la hora del recital llueve. De alguna manera el frío exterior cala en el ambiente adentro y el primer concierto de Manolo Tarancón y Fabián en Colombia transcurre reposado. Manolo tiene puestos unos botines de gamuza beige, vaqueros, una leñadora roja y la voz un poco afectada por el frío. Controlando el registro grave de su voz comienza con la imprescindible ‘Un día más’ (editada en su EP largo ‘Desde mi interior’, de 2005) para continuar con un breve repertorio que se concentraría sobre todo en las canciones del álbum “Más allá de uno mismo” (‘Ahora’, ‘Vendaval’ y ‘A tu lado’) a excepción de ‘Ya no volverás’ (carta de presentación del nuevo y contundente EP titulado “Horas vacías”) y ‘Cómo me acuerdo de ti’. Para dar paso al show de Fabián lo invita a tocar la armónica en ‘A tu lado’ y se queda para acompañarlo en la guitarra y la voz de ‘Pequeño decimal’ del celebrado disco “Adiós, tormenta”.

Fabián lleva encima una camisa blanca, chaleco negro, vaqueros, Converse negros y casi dos metros de altura que contrastan con la delicadeza de su voz cantada. Al igual que Manolo, su concierto se centra en temas del disco “Espera a la primavera”, el primero de su carrera (‘Páginas tuyas’, ‘Apenas’ y ‘Triunfadores’), sumando a ellos ‘Adiós, tormenta’ y ‘La huida’ (canción de presentación del codiciado nuevo disco titulado “Después del incendio y otras cosas así”, terminado y próximo a editarse). Para terminar regresa Tarancón y juntos cantan dos canciones tan preciosas como acongojantes con una particularidad en común: ‘Cómo me acuerdo de ti’, escrita al padre de Manolo, y ‘Triunfadores’, dedicada a los padres de Fabián; tan sólo que en esta ocasión la dedicatoria se extendió a cada uno de los miembros de Barrio Colombia haciéndonos poner la piel de gallina y una lágrima derramada.

A los días lluviosos que siguieron se sumó una cosa más que fastidió hasta el final: los músicos temían que su viaje de regreso el 28 en la noche se viera afectado por la huelga general del 29 de septiembre. Pero entonces nadie supo dar respuesta a dicha preocupación, sólo hasta el último día. Mientras tanto compartieron y disfrutaron del FICIB 2010 y de leyendas como Leo Maslíah o reconocidos artistas latinoamericanos como Ana Prada y Daniel Drexler y los cantautores más importantes de Colombia: Andrés Correa, Roberto Camargo, Pala, Alejo García y Juan Gabriel Turbay entre otros; bien en su presentación en Medellín el 24 (que dicho sea de paso, la temperatura de la ciudad repuso a Manolo de la molestia en su voz) o en los “cantaderos” o verbenas preparadas en ambas ciudades.

El último concierto de la primera visita de Manolo Tarancón y Fabián a Colombia sucedió el lunes 27 de septiembre en el auditorio de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, en pleno centro histórico de Bogotá. Llovió, sí, pero el ambiente era diferente. Esta vez, ante un auditorio casi lleno se dejaron todo en el escenario sintiéndose a gusto al final, dejando con ganas de más a cada uno de los asistentes. Manolo (de leñadora azul esa noche) sumó al repertorio anterior canciones definitivas en su discografía como ‘Súper 8’, ‘Sin dramas ni lamentos’ y ‘Dos días de tregua’; Fabián (con chaleco gris ahora) por su parte cantó ‘Palabras raras’, ‘Lugares’, ‘Mis calles de arena’, ‘Oh, María’ y ‘Diecisiete’, las dos últimas, piezas de un disco nuevo que, según su amigo Tarancón, “es una pasada”.

Manolo Tarancón y Fabián no sólo confirmaron que sus canciones se defienden perfectamente en un formato mínimo de guitarra, armónica y voz; también que son grandes escritores de canciones en castellano que han sabido permear y exponer sus influencias del folk tradicional y el rock de raíces, construyendo estilos muy personales que empiezan a dejar huella en la senda trazada por otros grandes, al igual que el año anterior lo hicieran Alfredo González y Pablo Moro, y que ojalá el año próximo lo haga otro español en el FICIB, un festival que se perfila como uno de los más importantes en América Latina.

El último día en Colombia, Manolo Tarancón y Fabián lucen cansados, felices, cargados de café para la familia y un poco indispuestos porque al final la huelga les ha atrasado el vuelo doce horas; el viaje ya no será el martes en la noche sino el miércoles en la mañana. Mientras España se paraliza, a ellos les queda un largo trayecto de día, llegar a Madrid de madrugada, vérselas con el transporte, el alojamiento y, finalmente, un breve descanso antes de continuar con todo lo que les espera en el camino de los artesanos de la canción, lleno de buenas intenciones y espinas pero también de gente que espera a diario por una canción como las que ellos crean.

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