Luis Prado: Dando la cara en solitario

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“Este disco lo veía demasiado onanista como para sacarlo como Señor Mostaza”

 

Acostumbrado a liderar Señor Mostaza y acompañar en directo a Miguel Ríos o M Clan, Luis Prado es un veterano de escenarios y estudios, pero se estrena como solista con el disco “Mis terrores favoritos”. Raúl Tamarit habla con él.

 

 

Texto: RAÚL TAMARIT.

 

 

Luis Prado deja de lado su alias Señor Mostaza para publicar un disco conceptual con su propio nombre, “Mis terrores favoritos”. Un álbum con ambientes cinematográficos en el que se aprecia una querencia por el pop y el rock and roll clásico con referencias inevitables en la dieta del músico valenciano (Randy Newman, Beatles, Who). Colaborador de Miguel Ríos, Ariel Rot o M Clan, nos encontramos ante un Luis Prado mordaz y maduro, al igual que los dos personajes en los que pivotan las canciones del álbum: F y Ángela. Dos individuos que han llegado a la mediana edad sin apenas darse cuenta. Editado por el sello Hall of Fame, de la producción se encarga José Nortes (Quique González, Coque Malla, Miguel Ríos), todo terreno del pop patrio que exprime a Prado para sacarle toda la esencia como intérprete y contador de historias certeras.

 

 

¿En qué momento Señor Mostaza muta en Luis Prado y qué hay de uno y de otro en «Mis terrores favoritos»?
Viene todo propiciado a la hora de cuadrar la agenda con el resto de miembros de Señor Mostaza (Paco Tamarit, Alejandro Climent, Edu Olmedo). Este año además iba a ser bastante complicado, no solo el hecho de girar, sino afrontar una grabación. Además, me estaban saliendo canciones más intimistas y no salía el piloto automático de “canciones para tocar los cuatro”. Me salía más la idea de un tío solo tocando el piano, y luego ya se vería si se arropaban con una batería o con otros instrumentos. Este disco lo veía demasiado onanista como para sacarlo como Señor Mostaza. Está claro que podría hacerlo: soy yo el que hace las canciones, toco el piano, canto… Pero no me apetecía el continuismo y al mismo tiempo me había bloqueado. Llegué a tener la sensación de tocar techo musical. Me desbloqueé en el momento en el que decidí que el siguiente disco podría ser solo Luis Prado.

 

No obstante, Luis Prado ya es un músico conocido: colaborador de Miguel Ríos, M Clan, Ariel Rot… pero quizá haya gente que no sepa que estabas detrás de Señor Mostaza. ¿Es una forma de poner tu nombre en primer plano?
Claro, quizá haya gente que no sabe que ese Luis Prado es quien toca en las giras de M Clan y tiene canciones propias. No sé hasta qué punto soy conocido. Tampoco es que Señor Mostaza sea un grupo hiperconocido. No lo he hecho pensando en eso. Es más que nada por la liberación de afrontar un disco como Luis Prado en solitario.

 

¿Las canciones de «Mis terrores favoritos» tratan directamente la crisis de los cuarenta?
No todas. Aunque es cierto que si lo abordas desde ese prisma te va a tocar de lleno. Algunas van directas al cuello en ese sentido, pero hay canciones que podrían no entrar en esa historia de los cuarenta.

 

¿Es una crisis personal, una forma de abordar los cuarenta viendo como va cambiando tu vida?
Yo tengo 43 años y de alguna manera eso marca un poco ciertas temáticas. De todas maneras, cada cierto tiempo he dejado caer esto de los adultos haciendo pop y rock. Es un fenómeno raro, cuarentones con las Converse que van a un examen de próstata, es algo que no acaba de cuadrar. Y luego el miedo al declive, es raro no tenerlo. Pero ya te digo, hay canciones que pueden entrar o no. A mí me atrajo más por el rollo conceptual.

 

En tus canciones siempre hay algún momento mordaz, y con este disco ese punto ácido campa a sus anchas.
Sí, por ejemplo en ‘Estoy gordo’. Ahí se me fue de las manos. Empezó un poco cuando empiezas a ver señales, no cuando llega el declive, sino cuando te das cuenta: eh, que voy hacia abajo. Luego derivó a una cosa más dramática. Pero claro, es lo que tiene hacer una canción sobre las salas de espera, que no son patrimonio de una edad concreta, pero a los cuarenta tienes más probabilidades de visitarlas.

 

No es la primera vez que trabajas con Miguel Ríos, pero en este caso ¿cómo llegas a él para que colabore en ‘Ya no así’?
Lo difícil era no llegar. Aparte de los años que hemos trabajado juntos, es la única persona con la que he hecho una canción, como fue el caso de ‘Bye bye Ríos’, sin contar a Paco (Tamarit) en The Flauters. Miguel tiene mucha amistad con José Nortes, productor del disco, y estaba grabando la sintonía de esta temporada de “Cuéntame”. Enseguida se interesó por lo que estaba haciendo. En un principio no estaba previsto, pero José me comentó: “Oye, que Miguel está encantado y si hay que cantar algo, se canta”.

 

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En “Mis terrores favoritos» se aprecian momentos cinematográficos, como en ‘Da igual’, en la que colabora Coque Malla. Esa canción recuerda a películas de suspense de los años cincuenta o sesenta.
Hay tres o cuatro canciones en el disco que en realidad nacieron como posible banda sonora. El inicio de ‘Da igual’ eran secuencias de acordes que estaba probando para una banda sonora que hice para un documental ficticio, y se me quedó el chip de ir creando ese tipo de canciones. Luego, por la costumbre y el vicio adquirido empecé a meter melodía y letra por encima. Otra es ‘Eva al desnudo’ o ‘Tan joven y tan operada’, que también empezó con una secuencia de posible banda sonora.

 

Incluso en la portada hay cierta inspiración en los carteles que Saul Bass hizo para «El hombre del brazo de oro» o «Vértigo», ¿es así?
Está muy bien, porque cada uno dice una película. Es como el perro que tengo, que es vagabundo, y cada uno que lo ve me dice una raza distinta (ríe). Yo me he visto absolutamente todos los carteles de Saul Bass para cerciorarme de que no estaba copiando ninguno. Ciertamente tiene el aire, pero los he visto todos, no vaya a ser que haya uno con un tío al que le cae un piano encima.

 

Y luego está el título del disco, que es como el de la serie que hizo Chicho Ibáñez Serrador para TVE.
Me ha pasado como con «Delitos y faltas» (película de Woody Allen y disco de Señor Mostaza), que al poco de hacer el disco me parecía ya un buen título. Sabía que era algo que ya existía, pero no me importaba homenajearlo. Es el disco que más claro he tenido el título desde el principio.

 

Por primera vez has grabado todos los instrumentos de un disco, excepto los vientos y las cuerdas. ¿Por qué te lanzas como multi instrumentista?
Quizá era algo pendiente, y ahora era el momento de hacerlo. Se planteó al principio llamar a alguien, pero al final José Nortes pensó que iba a ser un disco de Luis Prado a la manera de McCartney o Stevie Wonder. Además, tiene algo especial cuando lo ha grabado todo uno mismo. En ese sentido te despreocupas y no tienes que decirle a nadie la línea que tiene que hacer, va todo va más fluido. Por otro lado, sabía que iba a tener que hacer un trabajo importante para sacar los arreglos de cuerda y de vientos. Porque los Beatles, además de tener un presupuesto ilimitado, tenían un arreglista, una orquesta o un cuarteto. En este caso las cuerdas las hace una sola persona a la que yo mareo dándole ideas para conformar el arreglo, al igual que el saxo, y eso lleva un trabajo previo. Lo que tuve que hacer es tocar lo mío muy rápido. La batería o los bajos son segundas o terceras tomas.

 

Ya habías trabajado varias veces con José Nortes, ¿cómo empezó tu relación con él?
Nos conocemos desde hace bastante tiempo. Llegué a José Nortes y a Carlos Raya, que produjo los discos de Señor Mostaza, porque hacían una especie de tándem. Fue a raíz de la gira con M Clan, pero sobre todo cuando grabé el directo «Sin enchufe». A partir de ahí surgió hacer algo con nosotros, y juntos grabaron «Mundo interior» (Hall of Fame 2005) de Señor Mostaza. Desde entonces todo lo que he hecho como músico de estudio siempre ha venido de la mano de Nortes o Raya. En cuanto me conoció, José me llamó para grabar con Ariel Rot, y posteriormente en 2008 con Miguel Ríos.

 

La lista de los invitados es variada, pero la colaboración que más sorprende es la de Guille Milkyway de La Casa Azul. ¿Por qué?
Guille es muy fan de Señor Mostaza desde los primeros discos y siempre que vamos a Barcelona viene a vernos. Y justo el año pasado estrené allí en un concierto acústico ‘Estoy gordo’, y de alguna forma, siempre había algún detalle en la melodía que me recordaba a un poco a él. Al acabar el concierto me dijo que le gustaba mucho la canción, se lo propuse y le encantó cantarla.

 

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