Luces, visuales y pop matizado: así es el directo de Lori Meyers

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“Los andaluces potencian ahora el espectáculo con derroche de unas luces y efectos visuales que buscan más intimismo y sinestesia que pirotecnia”

 

El miércoles 15, Lori Meyers realizaron un ensayo general de su gira en su Granada natal, pistoletazo de sus próximas citas. Al preestreno de sus nuevos directos acudió Eduardo Tébar.

 

Texto: EDUARDO TÉBAR.
Foto: GLORIA CRUZ.

 

Seis álbumes dan mucho de sí a Lori Meyers. Ni el más afanado hater duda ya lo obvio: cuesta encontrar repertorios tan descollantes en el pop español del siglo actual. Los granadinos ensayaron el miércoles por la noche ante varios cientos de invitados la puesta de largo de “En la espiral” –número uno en ventas–, un trabajo presto al recreo de matices. ¿El público? Colegas del gremio, amigos, familiares y curritos de prensa. Poco griterío, que es lo que se prevé el jueves 16 en la Revert Industrial Copera, el 24 de marzo en Madrid y el 1 de abril en Barcelona, donde el sexteto llenará mediante la fórmula de disco-entrada. Y la verdad es que así, de cerca, en penumbra, con un escenario altísimo, en la sala más grande de la ciudad, es un lujo disfrutar del paquete completo.

Canciones que se pegan con velcro y un directo invencible. Es la receta del éxito de Lori Meyers, representantes máximos de una neoindustria que se sostiene en los festivales. Pero resulta simplón reducir lo suyo a un estribillo pegajoso, al mero pop coreable o a los trucos con arreglos exuberantes. La apertura con ‘Vértigo I’ ofrecía una estampa sugerente. Noni sentado al teclado, invitando a empatizar con el azoramiento del personaje. Más cerca de Módulos que de cualquier coetáneo indie. En la línea de Nine Inch Nails, los andaluces potencian ahora el espectáculo con derroche de unas luces y efectos visuales que buscan más intimismo y sinestesia que pirotecnia. Tras el arranque, el cantante agarró su Rickenbacker nueva y los Lori tronaron con microguiño al ‘Nuevo Harlem’ de Lagartija Nick: ‘Planilandia’. El guitarrista Alejandro Méndez y el recién incorporado Javier Doria redondearon los coros de unas piezas dotadas con deslumbrante habilidad melódica. ‘Luces de neón’, ‘Todo lo que dicen de ti’, ‘Luciérnagas y mariposas’, los juegos entre acústica y eléctrica en ‘Eternidad’. Cuando Alejandro se soltó con ‘Océanos’ –gema por la que matarían Flaming Lips–, fue Noni quien le siguió en las segundas voces.

El cantante grabó los sintetizadores del disco, pero en vivo delega casi todo el cuarto de máquinas en J.J. Machuca –Mellotron incluido–, lo que le permite moverse, gestualizar y ejercer de frontman, en definitiva, en una ambientación próxima por momentos al caleidoscopio de Syd Barrett y al sobrevenido dominio astronómico de Antonio Arias, muy atento al fondo. La intro de synth pop gomoso que precedió a ‘¿Aha han vuelto?’, ¿recordaba al ‘Guilty’ de aquel Mike Oldfield discotequero de 1979? En esa línea, el vocalista de Lori Meyers se permite añadiduras sobre ‘Organizaciones peligrosas’, el mayor groove bailable del grupo, con su Roland Gaia. Una composición veraniega, ‘Zona de confort’, sale por la tangente con giro rockista final. Marca de la casa. Una atmósfera donde Los Ángeles, Los Brincos y The Jam conviven a gusto: ‘Corazón elocuente’. A lo largo de la década, los Lori han perfilado un sonido de corso en el que ‘sintes’ y guitarras investigan sus infinitas posibilidades de maridaje de manera grupal y con autosuficiencia –ellos mismos han producido “En la espiral”–. ‘Mi realidad’ sigue condenada a la artillería gruesa de cierre. Y eso sí: poquito apego a aquellos dos primeros discos con los que les bombardeamos los periodistas. ‘Ham’a’cuckoo’, en el bis, fue el único rescate de la época. “En tiempos de “Viaje de estudios” no venían más de 50 personas a vernos. Ninguno de los que estamos aquí somos tontos”, comentó Noni. Después cayeron ‘Alta fidelidad’ y ‘Pierdo el control’, con semejante ansiedad guitarrera, para tumbar al espectador otra vez el diván con ‘Vértigo II’. Cuántas veces lo habremos oído: el directo es el fuerte de los Lori.

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