Los Granadians: Diez años en el espacio exterior

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Los Granadians
22 de enero de 2010
Sala Planta Baja, Granada


Texto y foto: EDUARDO TÉBAR.


No todos los días se cumplen diez años. Pretexto más que justificado para festejar la meteórica trayectoria de Los Granadians del Espacio Exterior en una engalanada sala Planta Baja. Vitoreados por familiares, amigos y el club de fans al completo, este joven –ya no tanto– conjunto de música moderna, como ellos mismos se definen, repasó los “grandes éxitos” de su cancionero. Una discografía licenciada a través de la prestigiosa etiqueta Liquidator, que echó a andar casi al mismo tiempo que los granadinos. Por el camino, tres álbumes y diversos siete pulgadas en los que aparecen gigantes jamaicanos como Derrick Morgan o Dave Barker. Publicaciones en Japón, periodos de silencio y ecos de conciertos en Francia, Alemania, la República Checa o México.

Los Granadians tomaron como punto de partida la lectura más pop de la Jamaica de los sesenta. Rocksteady ratonero, aires de calipso y rock and roll cándido para revitalizar hazañas de guateque. Sus idílicas piezas de amor y pintorescos instrumentales recuperan el espíritu antillano de las formaciones hispanas de la época. Sólo ellos, con la sobresaliente actuación del guitarrista Doctor Tema, son capaces de explicar los vínculos de Los Relámpagos con Link Wray. ¡Lo consiguen en ‘Eslabón perdido’! Como Los Pekenikes o Los Belkings de Perú, los andaluces nutren sus composiciones con juguetones diálogos a las seis cuerdas. Base rítmica que recubren con desternillantes capas de barniz de Hammond –el dicharachero organista Teddy García, desempeña aquí una labor fundamental – y el aroma soulero de Great Sebastian al saxo.

Siempre humorísticos y ocurrentes, rememoraron los clásicos vocales de su primer largo, «El temperamental sonido de Los Granadians» (2004): ‘Todo lo que quiero eres tú’, ‘Yo no miento’, ‘Debes entenderlo’, a las que se sumaron himnos recientes como ‘Mentirosa’, ‘La chica más dulce’ o ‘El dinero es para gastarlo’. Impecable y emocionante voz la de Peter Parker. Música feliz, con inexorables efectos terapéuticos para el alma y hasta para las vértebras. Dejando a un lado la vertiente «freak», como cuando se presentaron a Eurovisión “para recuperar el oro de Moscú y en pro de lo que dice Zapatero sobre Rusia”, lo cierto es que Los Granadians arrasarían en el reino de la canción del verano cinco décadas atrás. Trabuchelli o el maestro Ibarbia hubiesen obrado milagros con este sexteto. De todas formas, Jorge Explosion produjo en 2009 el redondo «Donde ningún hombre ha llegado jamás», auténtico potosí «vintage» de laboratorio. Al final, disparos de champán, brindis con el público y sesión de «early reggae» en la cabina hasta las tantas. Un consejo: si sopesas celebrar tu boda, contrátalos.

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