Loquillo, el documental

Autor:

Loquillo, el documentalLoquillo. Leyenda urbana
Carles Prats
CAMEO

Texto: JUANJO ORDÁS.

Un documental no solo debe ser valorado por la información que aporta al espectador, sino también por lo entretenido que resulte y por su nivel técnico. En cualquiera de los tres puntos citados, Loquillo. Leyenda urbana se muestra como una obra impecable. Desde la perspectiva del fan insaciable, su generoso minutaje puede resultar simplemente aceptable, pero de cara al neófito o al cinéfilo se trata de un trabajo de calidad que no aburre en ningún momento, repasando toda la carrera profesional de José María Sanz con profesionalidad y mediante un montaje visual muy atractivo.

Pero donde el metraje alcanza su cúspide es en la segunda mitad, y es que la historia de las desavenencias entre Loquillo y su guitarrista son muy conocidas, pero no más interesantes que el periodo que abarca desde el inicio de los años 90 hasta la actualidad. Recorrer su transformación de rockero clásico a polifacético y maduro autor es un verdadero lujo, especialmente si Carles Prats la retrata con tanto gusto y además cuenta con testimonios de excepción como el de Gabriel Sopeña, Igor Paskual o Jaime Stinus. Las escenas en el local de ensayo con su actual y potente banda nos permiten intuir brevemente su idiosincrasia y el recuerdo a Guillermo Martín es emocionante pero quien articula la película es el mismo Loquillo, un caballero del rock español que se muestra humano y cercano, aunque no por ello menos feroz en según qué momentos.

Valiosa información la que aportan homenajeado y amigos: el choque que supuso la entrada de Paskual en el círculo Troglodita, la integración de las múltiples facetas del Loco en una única y definitiva mediante la guía de Jaime Stinus o el franco inicio de su actual y brillante etapa solista bajo su nombre artístico. Siempre sabía hacia donde iba aunque el camino fuera complicado, y eso es algo que Loquillo. Leyenda urbana deja claro. Una leyenda con nombre propio que con sus defectos y virtudes ha sabido ocupar un lugar sin equivalente en el territorio español, la culminación de una carrera al Olimpo rockero donde se encuentran aquellos cuya alma se forjó al calor de las guitarras, como Miguel Ríos o sus adorados Burning. Cuélgale al lado todos los nombres que quieras, Loquillo seguirá siendo Loquillo, sonando a Loquillo y dirigiendo la carrera de Loquillo.

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