“Live at David Lynch’s Festival of Disruption”, de Robert Plant

Autor:

DEUVEDÉS

“La cinta captura al Plant actual, que solo se arrima al legado de Led Zeppelin para deconstruir las piezas”

 

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Robert Plant
“Live at David Lynch’s Festival of Disruption”
UNIVERSAL

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

Qué bueno que Robert Plant haya decidido volver a grabar un deuvedé en vivo con sus Sensational Space Shifters. Porque cuando creó la banda en 2012 reformuló a aquellos Strange Sensation que ya le acompañaron entre 2001 y 2017, con miembros dentro y miembros fuera, pero con la presencia de Justin Adams, John Baggot y Liam Tyson una vez más. Con ellos grabó un potentísimo deuvedé en 2005, por lo que este “Live at David Lynch’s Festival of Disruption” es el segundo documento audiovisual de Plant que registra la fusión entre la música étnica y el rock and roll, cuya raíz no deja de ser étnica en gran parte también. Estamos ante un uróboros fascinante, mitológicamente hablando.

Sin duda, las aventuras recorriendo las carreteras polvorientas de la música de raíz estadounidense dieron buenos frutos, desde su premiada colaboración con Alison Krauss hasta el espectacular álbum “Band of joy” (2010), pero fue con los Sensational Space Shifters cuando Plant decidió regresar a esa mezcolanza que también le había funcionado en los poderosísimos “Mighty rearranger”(2005) y “Dreamland” (2002). Poco se puede decir cuando el resultado ha sido tan magnífico como el vertido en “Lullaby and… the ceaseless roar” (2014) y “Carry fire”(2017).

A mitad de camino entre esos discos se celebra “Live at David Lynch’s Festival of Disruption”, grabado, como su propio nombre indica, en el festival que el cineasta celebra cada año en Los Ángeles. Establecer comparaciones entre Plant y Lynch daría para un ensayo, pero existen, sobre todo en la necesidad de capturar ideas, inmersos en ese extraño y hermoso mar que es la creatividad. Pese a no haber editado aun “Carry fire” en el momento de la grabación del show, la cinta captura al Plant actual, que solo se arrima al legado de Led Zeppelin para deconstruir las piezas. Del cuarteto, aquí se rescatan hasta cuatro cortes (‘Black dog’, ‘Babe, I’m gonna leave you’, ‘Whole lotta love’ y ‘Going to California’), buena porción de la hora que dura el espectáculo, pero lo que en otros podría ser una salida fácil para asombrar al público, en este caso es un ejercicio de reinvención. No solo está en su derecho de tocar esas canciones, sino que también es su prerrogativa el jugar con las canciones y reinventarlas junto a los Sensational Space Shifters. Por supuesto, el resto del minutaje se dedica al trabajo junto a su banda, tocando piezas de “Lullaby and… the ceaseless roar”, el disco que estaban presentando. Es un placer verles ejecutar maravillas como ‘Poor Howard’, ‘Little Maggie’ y una hermosísima ‘Rainbow’ (de las mejores de Plant en solitario), aquí precedida por ‘The enchanter’ como introducción. Una pena que no toquen la canción entera, porque era uno de los puntos álgidos del ya mencionado “Mighty rearranger”.

Anterior crítica de deuvedés: “Los zapatos no vuelan”, de Paco Gené Cort.

 

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