Libros: «Máscara», de Stanislaw Lem

Autor:

«Indispensable para los coleccionistas de ciencia ficción sino también para los que quieran ensayar el mundo del escritor polaco sin entrar de principio en sus obras mayores»

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Stanislaw Lem
«Máscara»
IMPEDIMENTA

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

El seguidor de Stanislaw Lem no se sorprenderá, los relatos de este “Máscara” son inéditos en castellano pero conservan todo el sabor de “Solaris”, “El invencible” o “Ciberiada”, esos polos que basculan –teñidos de una ironía sembrada con finura– entre la filosofía más honda, el contacto con inteligencias extraterrestres y los problemas de comunicación, sobre todo con máquinas o robots. A este cronista le encandilan más los del segundo tipo, que avanzan problemas actuales como la presencia de internet o el difícil equilibrio entre intereses geoestratégicos.

Lem es quizás el único maestro de la ciencia ficción que no utiliza el inglés como lengua narrativa, además de ello, cualquier somero resumen de su biografía desvela aspectos alejados de las formas anglosajonas; pese a ello, cualquier interesado al género puede disfrutar de estas trece narraciones de manera tradicional si desde el principio concede que su horizonte de expectativas abarque también cuestiones éticas que en el libro van creciendo en intensidad; el hecho de que los relatos estén ordenados cronológicamente hace que poco a poco sea más importante la visión del mundo que la acumulación de aventuras y fantasía. Los primeros relatos son de los años cincuenta y los últimos de la década de los noventa.

El volumen se inicia con ‘La rata en el laberinto’, en que un meteorito y una jornada de niebla en el lago ya anuncian esa tensión narrativa en la que el género se sustenta y que concluye con seres del espacio y disfunciones en el tiempo, y se cierra con relatos como ‘137 segundos’ en el que no solo anuncia la presencia de internet sino que dota a sus conexiones de elementos de espionaje que van a ser su único objetivo. Excepcional clarividencia si no fuera que la red ya estaba a punto de ser activa para el público general.

Entre medias, las pautas que se adoptaban en sus obras mayores –formas de vida que no son comprendidas– en ‘Invasión’ o ‘Moho y oscuridad’, con un deleite descriptivo en la belleza de lo sobrenatural, el soberbio trabajo sobre los personajes y la ambientación cercana a Lovecraft de ‘El amigo’ y ‘La verdad’ –el diario de alguien que está en un manicomio- o la frustrada conquista que no ha contado con hacerse con armas contra la estupidez humana en ‘La invasión de Aldebarán’.

Si hubiera que destacar una trama, yo lo haría con la de ‘El martillo’, un viaje espacial, un ordenador similar a HAL 9000 pero lleno de esa calidez que Ray Bradbury ve en los sueños y en la infancia, una computadora capaz de cambiar los parámetros del viaje para tener compañía. Quizás también en ‘Máscara’, un relato de amor, de apariencia medieval, complicado pero magnético, como un sueño. La variedad tanto de tono como cronológica hace que no solo sea indispensable para los coleccionistas de ciencia ficción sino también para los que quieran ensayar el mundo del escritor polaco sin entrar de principio en sus obras mayores.

Anterior crítica de libros: “Bajo treinta”.

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