Libros: “La última palabra”, de Hanif Kureshei

Autor:

“Mamoon libera el humor juzgando de forma desconsiderada a los escritores más firmes en el canon occidental, así destroza a Orwell o Foster y salva a Jean Rhys, interesante y desgarrada novelista nacida en la Dominica Británica”

 

Hanif-Kureshei-19-05-15

 

Hanif Kureshei
“La última palabra”
ANAGRAMA

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

Un escritor indio, establecido en la metrópoli y reconocido como conciencia del siglo XX, recibe, en la lujosa casa en la que vive apartado con su segunda mujer, la visita de un joven biógrafo con objeto de publicar un libro sobre su vida que revitalice su olvidada figura. Esta es la sinopsis de la reciente novela de Hanif Kureishi, a quien el lector hispano quizás reconocerá mejor como guionista de películas como por ejemplo, “Mi hermosa lavandería”, una novela que es todo un ‘tour de force’ entre el escritor, Mamoon Azam, desapacible y boscoso, y el joven Harry Johnson, que intenta aprovechar su oportunidad de entrar en el olimpo de la alta cultura. Así se establece un juego de manipulaciones, laberintos y escondrijos en los que el biógrafo debe adentrarse como si de una aventura o un juego de rol se tratase, mientras el viejo va tapando todas las salidas.

En este pulso mental tienen un relevante papel las mujeres, tan bien trabajadas. Tanto Liana, la esposa de Mamoon, mucho más joven que él, volcánica pero bondadosa, como Alice, la novia de Harry, y Julia, la criada que convierte en su amante, están perfectamente recortadas, con viveza, y asumen el papel de actantes y de coro griego –anuncian caminos– todo a la vez. Incluso palpita la presencia de la primera mujer del escritor, Peggy, que muere alcoholizada y su amante, Marion, dedicada a preservar el recuerdo de su antiguo amor desde el Nueva York donde vive, que son quienes le abren puertas prohibidas. Vía diario o entrevista personal asistimos a la otra cara del escritor, una cara donde las perversiones sexuales, el egoísmo y la traición pueden destruir al mito ¿Deberían salir a la luz? Es, en el fondo, una partida de ajedrez entre el encargo editorial de atacar con un libro loco y salvaje y la defensa india de Mamoon y Liana que esperan una hagiografía.

Toda esta investigación –que incluso llega a un viaje a la India para intentar conocer a los parientes y amigos del biografiado– le sirve a Harry para indagar sobre sí mismo, sobre su vida, que bascula entre un padre psiquiatra, unos hermanos triunfadores y una madre que sufría accesos de locura y muere cuando él tenía doce años. Porque los miedos del artista, su vejez o el fracaso son temas que aparecen cosntantemente. El espacio simbólico del pub del pueblo es la única salida de las cavernas en las que está, y allí curiosamente es donde conoce a Julia, el personaje más consistente, el único que pertenece a la calle, a las viviendas sociales.

La investigación en todo caso no está exenta de un tono de comedia y cierto humor, a lo Evelyn Waugh. Mamoon lo libera, por ejemplo, juzgando de forma desconsiderada a los escritores más firmes en el canon occidental, así destroza a Orwell o Foster y salva a Jean Rhys, interesante y desgarrada novelista nacida en la Dominica Británica. Poco a poco el eje de la novela se va desplazando y se centra en la relación del escritor con Alice, la novia de su biógrafo, mucho más fuerte que la conexión que con pies de barro une a ambos hombres. En el fondo todo es un juego, nada es lo que parece y el globo de la tirantez se desinfla sin explotar. Quizás la última imagen del escritor, Harry se lo encuentra por casualidad en una cena, venga a decirnos que nada importa, y el pasado menos que nada.

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