Libros: “El oro y el fango”, de Juan Puchades

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Leerlo es como una conversación, mesa por medio, con un amigo, en la que se deja que el tiempo pase mientras se arregla el país, se cotillea, se exalta uno al recordar aquella canción. Pero aquí, a diferencia del bar, los criterios están medidos por la inteligencia”

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Juan Puchades
“El oro y el fango”
EFE EME

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

“El oro y el fango” es la integral con inéditos y arqueología previa de los artículos que Juan Puchades fue publicando en la edición digital de Efe Eme –entonces era su director– desde finales de 2011 hasta casi la actualidad. La inmediatez de la pantalla no permitía alcanzar una visión global, que aquí sí se permite. Tampoco quedaban subrayadas ciertas reiteraciones temáticas o de conceptos que en libro, en lectura continua, saltan a la vista y es imposible hacerlas desvanecer, ahí están y deben quedar como apunte exigido por el medio.

En todo caso, lo que hace impagable el libro es el tono y el estilo, que intentan superar condicionantes de la crítica musical y abrir caminos poco explorados, ayudado únicamente el autor por los textos de su –nuestro– admirado Diego A. Manrique. El uso de la primera persona y el potenciar aspectos vivenciales y sentimentales dan una vuelta de tuerca a los condicionantes del periodismo musical. Vamos, lo que siempre se ha llamado crónica, pero llevando al límite las ideas y las polémicas, polémicas que llevaron en una ocasión a un ataque premeditado a la página de la revista. Visto en la distancia, casi fue un honor.

El primer artículo que aparece es un recuerdo a Dani Zamora, bajista de Los Rodríguez. Con ello se abrieron dos campos que después iban a ser comunes a la sección: la necrológica y la defensa de cierta tradición musical, una visión clásica, más americana que inglesa y con autores que posean una obra consistente para poder juzgarla. Aun cuando aparecen constantes muestras de otros estilos, italianos y cantautores, por ejemplo, con férreas defensas.

También toca palos sociológicos: la música en internet, la piratería –de aquí vinieron los ataques–, el amarillismo en medios musicales… cuestiones uno ya no sabe si son de preocupación en la ciudadanía o alentadas por la prensa. En todo caso, los criterios son coherentes y claros: defender al artista es tener respeto por su producto, que cada cual lo entienda como quiera. También recorre trabajos que le tocan alguna fibra, aparte de comentar la escucha de discografías completas, sana tarea de tanto en tanto. Desde Roy Orbison en una serie sobre el «early rok and roll» hasta Celentano, todos pasan por un teclado que se entretiene muchas veces en geniales divagaciones –con lo que ofrece más cercanía–, me gusta, deja ir la pluma en una especie de serena escritura automática en la que a veces salta la luz.

Así es probable que reparta palos a los compañeros periodistas desde experiencias personales o que se exalte políticamente con cualquier medida que toque la dignidad, pero al segundo te asalta con un apunte sobre el olor de los discos o te asegura que la verdadera esencia está en los directos, aquellos que no se preparan para grabar, la comunicación sin medios alrededor. En este tejer de ideas es impresionante como construye una historia del rock español a partir de un vídeo de Brumo Lomas, o como defiende el oscuro periodo entre 1977 y 1980 como el de máxima efervescencia de un pop español que explotará justo después. Como una botella de gaseosa que se hubiera agitado.

Leerlo es como una conversación, mesa por medio, con un amigo, en la que se deja que el tiempo pase mientras se arregla el país, se cotillea, se exalta uno al recordar aquella canción. Pero aquí, a diferencia del bar, los criterios están medidos por la inteligencia. El principal: en esto de la música no hay salvaciones individuales. Hasta que no lo entendamos, no podremos rescatar nada.

 

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«El oro y el fango» solo se comercializa, en edición en papel, desde La Tienda de Efe Eme. Puedes adquirirlo desde este enlace (lo recibirás mediante mensajería y sin gastos de envío si resides en España/península); y recuerda que comprando en nuestra tienda contribuyes a mantener Efe Eme.

 

 

Anterior crítica de libros: “Chap chap”, de Kiko Amat.

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