Libros: «Who I am», de Pete Townshend

Autor:

«Un manual que en sus casi seiscientas páginas permitie asistir al lector a una completa historia del rock inglés, en cápsulas muy alimenticias»

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Pete Townshend Who I am»
MALPASO

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

Dos años después de su edición inglesa, aparecen las memorias del guitarrista de los Who, unas memorias personalistas en grado extremo en que nos cuenta con detalle la situación de cada una de las casas que adquiere, pero en las que no hay absolutamente nada que describa el “swinging London”, conocemos cada rincón del Támesis donde atraca sus barcos, pero ninguna tienda de ropa. Se echa en falta, pues, mucho del jugo que podía esperar a priori quien compre el libro. La efervescencia de las calles, el impulso juvenil, solo se analiza desde la madurez de Townshend; de hecho, hay anécdotas más vibrantes de la escena glam del 73 y la punk del 77 que de la del 66. Así que uno no puede leer buscando el espíritu de la época, con decirles que apenas menciona a los mods.

Aparte de esto, espina personal, el libro sí que aporta datos sobre la idiosincrasia musical de nuestro héroe, claro está. De hecho, una de las primeras estampas ilumina la figura de un escenario en el Railway Hotel y a los Who destrozando los instrumentos. A ello, como a otras circunstancias, se le atribuye un trasfondo psicológico: destrozar lo que le aportó su padre para hacerlo aún más grande. Hay que decir que la familia de Townshend tenía oficios musicales.

Así, tras los años de infancia llegan los últimos cincuenta y el programa de Peter Sellers que resultó una verdadera epifanía al emitir a Bill Haley, casi de inmediato el skiffle –los pasos de cualquier escolar de la época– y la amistad con John Entwistle, sus primeros grupos y como The Detour –ya existía otro grupo– ha de cambiar a The Who. Para a partir de ahí esboza su carrera y su vida, eso sí, con mucha atención al detalle, como hemos indicado. De hecho, explica con bastante precisión las tramas legales y de management que le angustian hasta casi la actualidad y llegamos a conocer a cada uno de sus amores y devaneos.

Las sorpresas abordan el texto también, esa salsa que le da aroma a las noticias al fin y al cabo ya recogidas en enciclopedias. Se asombrará el lector de que Henry Purcell sea uno de los motivos inspiradores de Townshend, se admirará cuando lo acompañe a ver los primeros conciertos de Pink Floyd y de Jimi Hendrix, no dará crédito a que Brian Eno encuentre su camino musical en una conferencia del guitarrista de The Who, conocerá que estuvo a punto de componer la banda sonora de “Blade Runner” y se reirá con una anécdota en la que intervienen los Sex Pistols y Tom Jones.

En definitiva, un manual que en sus casi seiscientas páginas permitie asistir al lector a una completa historia del rock inglés, en cápsulas muy alimenticias, de los programas de televisión a Woodstock o Live Aid, de lo que pasaba en las habitaciones de los hoteles al uso y abuso de drogas… ¡Ah! Están esperando algo más, sí, la acusación de 2003 de haber efectuado un pago para acceder a pornografía infantil; no se preocupen, lo explica y lo justifica como parte de una investigación para denunciarlo y llamar la atención sobre ello. El morbo les queda asegurado.

Anterior crítica de libros: “Listen to me”, de Manuel Vilas.

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