Libros: «A propósito de Abbott», de Chris Bachelder

Autor:

«Una trama que se despliega en forma de estampas, estampas a veces divertidas, no hilarantes, que despiertan una sonrisa y no una carcajada junto a las marcas de una profunda tristeza»

Chris Bachelder
«A propósito de Abbott»
LIBROS DEL ASTEROIDE

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

Abbott es padre de una niña de dos años y espera otra ese verano en que descansa de su condición de profesor universitario. Vive en una casa con jardín y persigue a su hija por él. Se siente atenazado por la firmeza infantil de la pequeña y la irritación que causan sus actos en su esposa y ha convertido su vida en un bonito sucedáneo. Esto es lo que ocurre en la tercera novela de este profesor de la Universidad de Massachusetts, en una trama que se despliega en forma de estampas, estampas a veces divertidas, no hilarantes, que despiertan una sonrisa y no una carcajada junto a las marcas de una profunda tristeza. Es modélica, por el costumbrismo mordaz y por lo lacónico, la escena en la que busca un fontanero.

Deja claro que el nacimiento de un hijo en la sociedad occidental del siglo XXI conlleva una serie de problemas que hasta ahora eran desconocidos, la familia mononuclear hace que los hijos tengan siempre que acompañar las actividades de un adulto, y al contrario. Si a eso añades que la figura de Abbott siente constantes padecimientos, asimila culpas, concluyes que la limpieza de una trona se puede convertir en un espectáculo angustioso. Desde luego, es un personaje mejor trabajado, su pasión por el «Billy Budd» de Melville o sus reflexiones ante la foto de Kevin Carter de la niña y el buitre, dan al personaje más profundidad que la del prototipo de padre agobiado.

En el fondo, cualquiera que haya sido padre reconocerá las sensaciones, porque se trata de una novela escrita con pulcritud. ¿Quién no ha tenido la sensación de libertad, mientras duerme la siesta el bebé, de que puedes hacer todo pero al cuarto de hora ya solo esperas a que se despierte? ¿Quién no sea percatado de que en su llavero dominan las llaves que no sabe qué puerta abren? No solo estas sensaciones aparecen en la novela, sino que aparecen con el ritmo adecuado, con una precisión terrorífica.

Desde luego, el final es abierto, un final en el que todo se resuelve en un zoo de plástico flotando en una bañera.

Anterior entrega de Libros: “Discos españoles, portadas únicas”, de Manuel de Magalhaes.

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