“Last man standing”, de Willie Nelson

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DISCOS

“Nelson ha grabado el disco que se puede esperar de su leyenda”

 

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Willie Nelson
“Last man standing”
LEGACY

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

Que un músico publique su disco número sesenta y siete en estudio (sí, sesenta y siete) y que vaya de cabeza a la lista de los mejores de toda su discografía tiene que ser destacado necesariamente. Eso es justo lo que pasa con Willie Nelson y este “Last man standing”. También es cierto que el viejo “outlaw” nunca ha sido un tipo de grandes discos, sino más bien de canciones. El pelirrojo no ha acostumbrado a sus fans a trabajos de esos magistrales: se ha caracterizado, en la mayoría de ellos, por la irregularidad. En todos suele haber piezas imperecederas y otras que no lo son tanto –algo por otro lado común a muchos artistas country– y probablemente solo merezcan la calificación de obras maestras la trilogía integrada por “Shotgun Willie” (1973), “Phases and stages” (1974) y “Red header stranger” (1975).

Por ese motivo, que este nuevo trabajo pueda codearse con álbumes del nivel de “The troublemaker” (1976) o “The Willie way” (1972) se me hace todavía más increíble. El colmo es que hablamos de un disco íntegro de temas propios. No estamos ante el típico álbum del veterano que recurre a canciones ajenas para seguir haciendo camino. Con la ayuda de su inseparable Buddy Cannon ha compuesto todos los temas de un disco magnífico, se mire por donde se mire.

Nelson ha grabado el disco que se puede esperar de su leyenda. Con frases directamente insuperables como “el cielo está cerrado y el infierno abarrotado, así que me quedo donde estoy”. Perdonen, pero si eso no es directamente magistral, ya me dirán. Aunque no es algo puntual. Habla el viejo Willie de cosas que conoce y conoce bien. Acaba de cumplir 85 años y ha vivido con una intensidad de la que muy pocos pueden hacer gala. Pero ahora está en otra frase y por eso puede reflexionar sobre la demencia, la reencarnación o los (muchos) amigos perdidos. Ve la luz al final del túnel, pero no le teme. Porque sabe que ha hecho lo que debía y, sobre todo, siempre lo que sentía. Pero ojo, eso no convierte el disco en algo lacrimógeno o en una despedida. En absoluto. Willie Nelson se muestra muy vivo. Tiene ganas de seguir contando historias, aunque su prisma, claro está, ha cambiado. Es leyenda y, como tal, merece un reconocimiento por su carrera, aunque con discos como “Last man standing” sigue estando de total actualidad.

 

Anterior crítica de discos: “Resistance is futile”, de Manic Street Preachers.

 

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