Las grandes B.S.O.: “La noche de Halloween” (1978), música de John Carpenter

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 “Las críticas que recibió en los pases previos por no incluir una banda sonora le llevaron a añadir una partitura a última hora, que compuso, grabó y montó en cuatro días”

 

Es una de las mejores bandas sonoras de su generación, pero a punto estuvo de no ser más que diálogos y silencios. Fernando Fernández se sumerge en una de las partituras más memorables de John Carpenter, cineasta y compositor de grandes títulos.

 

Una sección de FERNANDO FERNÁNDEZ.

 

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“La noche de Halloween”(“Halloween”)
Música de John Carpenter, 1978

 

Repasando las bandas sonoras que han marcado nuestra vida, es el momento de detenernos en un par de áreas que no suelen reinar en estos listados: la música electrónica y el cine puro de terror. Pocos títulos hay más míticos que “La noche de Halloween” en ambos campos. Es la película independiente de mayor éxito de la historia del cine, recaudó 47 millones de dólares en taquilla contando con un rodaje de veinte días y un presupuesto de 300.000 dólares (aproximadamente unos 150 millones de dólares en la actualidad).

“La noche de Halloween” es una de esas películas que todo el mundo recuerda mucho peor y más violenta de lo que en realidad es, ya que solo se ve sangre en una escena en toda la película. Esto se debe al gran trabajo de su director, John Carpenter, que en su tercera película ya nos demostró lo que podía conseguir. No sólo por su genial guión, con multitud de referencias a “Psicosis” de Hitchcock, y su maravillosa dirección, sino por el mítico tema principal en su banda sonora.

 

 

La película estuvo cargada de accidentes y problemas, causados por su bajo presupuesto, aunque eso no impidió el maravilloso resultado final. Carpenter ya había demostrado ser un consumado maestro, con un estilo propio e innovador. Y no solo como director, también como compositor. Su personal versión de la trama de «Río Bravo», trasladada al moderno Los Ángeles, y su magnifica creación de atmósferas opresivas en «Asalto a la comisaria del distrito 13» es todo un preludio de «La noche de Halloween». Los asaltantes sin rostro amenazando a nuestro grupo protagonista, simplificados, se convirtieron en nuestro Michael Myers. Una ‘Silueta’, como realmente es denominado en los créditos, cuya presencia inunda esa pequeña población suburbana de Haddonfield, en gran medida por sus apariciones y desapariciones, sutiles en toda la película, y una soberbia utilización del Cinemascope. Todo ello marcado por el tema principal a piano/teclado que irrumpe cada vez que se encuentra en escena, aunque no le veamos. Una muy inteligente utilización del tema, que se presenta en los créditos iniciales con esa imagen icónica de una calabaza iluminada desde su interior con una vela. Otras secuencias de terror aparecen reforzadas con sonidos más ambientales y atmosféricos, pero sin la presencia del tema principal, por lo que, cuando aparece en los tramos finales de la película, crea una tensión automática en el espectador.

 

 

Partitura contra reloj

Curiosamente, este tema principal sigue un ritmo extraño y poco habitual. La estructura 5/4 no es muy normal a la hora de crear una melodía, más bien se utiliza para ritmos y percusiones. Se trata de un ritmo que Carpenter aprendió de su padre, que él compuso después en los bongos y pasó al teclado, dejándolo lo más simple posible. Consigue la mezcla entre la inocencia (Michael niño) y la tensión (Michael adulto). En un principio, el director no incluyó música, prefirió ahorrar ese presupuesto y crear tensión con los silencios, pero a última hora cambió de opinión. Las críticas que recibió en los pases previos por no incluir una banda sonora le llevaron a añadir una partitura a última hora. La compuso, grabó y montó en cuatro días, improvisando directamente sobre el montaje final. El resto, como suele decirse, ya es historia.

 

 

 

A estas alturas, con lo personal y característico que es el «sonido Carpenter», y la infinidad de imitadores y homenajes que escuchamos cada año, resulta raro pensar una de sus partituras mas famosas la realizase casi sin querer. Sin embargo, la utilización de atmósferas y la electrónica es realmente brillante. La banda sonora solo aparece durante cuarenta minutos, pero el cineasta supo cómo maximizar el efecto de su trabajo. Hasta el propio Donald Pleasence indicó que una de las razones de aceptar el papel fue que su hija Angela, actriz, y músico en aquella época, estaba enamorada de la banda sonora que Carpenter compuso para «Distrito 13». Es difícil no empezar a temblar en cuanto escuchamos las primeras notas. Como si otra presencia estuviera acompañándonos, aunque no la veamos.

 

 

Ediciones discográficas

Hay múltiples ediciones de la banda sonora, su tema principal está presente en infinidad de recopilatorios. La más completa y de mejor calidad es su edición del 20 aniversario. Incluye toda la música y hasta pequeños extractos de diálogos clave de la película, muy bien utilizados. El resultado es fluido y permite realizar un perfecto recorrido. Mondo Records la reeditó hace años en un precioso doble vinilo, diseñado con las dos máscaras de Michael Myers como elemento gráfico principal. Una edición perfecta para seguidores del director y la película.

 

 

Anterior entrega de Las grandes B.S.O.: “El último mohicano” (1992), música de Trevor Jones y Randy Edelman

 

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