La Semana Bizarra 4 abril 2007

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Para hacer bueno el refrán aquel que dice que quien siembra, cosecha, hace unos días, Bono (U2) recibió el título de Caballero Honorario del Imperio Británico. Pero, por ser irlandés, no llevará el título de Sir, honor reservado a ciudadanos de la Mancomunidad Británica, que Irlanda abandonó en 1949. Tampoco se arrodilló ni recibió el correspondiente toque de la espada. «Mi hijo está decepcionado –declaró Bono–. Pensó que me convertiría en Jedi”, pero la frase para la historia fue la siguiente: “Podéis llamarme cualquier cosa que queráis, como lord, lord de lores o semidiós”. ¿Humor irlandés?

 


Michael Jackson
ha caído en Las Vegas con todo el equipo y ataca desde diversos frentes: por un lado está grabando allí su próximo disco y, por otro, se confirma que anda negociando sus shows en la ciudad de los casinos. Pero como Michael es de los que opinan que antes muerto que sencillo, anda dándole vueltas a la idea de que un robot de 15 metros de altura –representándolo a él, claro– sirva para promocionar los conciertos. Del robot saldrían rayos láser hacia el cielo para que su efigie robótica sea lo primero que vean quienes vuelen a Las Vegas. Podríamos hacer bromas al respecto (incluso crueles), pero no vale la pena.

Como para dejar claro que hay gente que está mucho peor que Michael Jackson, y sin abandonar a las estrellas de Las Vegas, un tal Bob Meyer ha fundado la asociación Americans for Cloning Elvis, con la que propone… ¡¡¡¡CLONAR A ELVIS!!!! Hay que joderse, sí, pero lo mejor es el argumento del individuo en cuestión: “no puede ser que los científicos se dediquen a clonar ovejas cuando millones de personas en el mundo desean que se tome una de las células de Elvis y se nos dé la posibilidad de volver a verlo con vida”. Sí, hombre, sí, y seguro que al nuevo Elvis le gusta el rock and roll de los años 50 y graba en Sun Records con la tecnología de 1954…

Cerramos por esta breve y santa semana con ELLA. Has acertado: Britney Spears, que recién recuperada tras pasar por la clínica de rehabilitación (¿se han dado cuenta de lo rápido que las estrellonas faranduleras se “quitan” de sus adicciones y lo mucho que le cuesta a un yonqui de cualquier ciudad dormitorio o al alcohólico del bar de la esquina? ¿Por qué será?), luce una espléndida peluca que incluso lleva a teñir a la peluquería (¿?), va a ver en directo partidos de baloncesto, visita al dentista, la persiguen 15 furgonetas de paparazzis y ultima los detalles de su divorcio con su todavía marido, quien podría recibir entre uno y diecinueve millones de dólares por el mismo.

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