La Negra: Esa voz hiriente

Autor:

«Los artistas tenemos que innovar. Artista tiene que ser sinónimo de valiente, de lo contrario, a mí no me interesa»

La Negra tiene una voz prodigiosa y una entrega única. Su segundo disco ha tardado seis años en llegar, pero la espera ha merecido la pena. Ahí está con su conjunción de flamenco, jazz, chanson, copla, soul o bossa. Carmen Salmerón la entrevista.

 

 

Texto: CARMEN SALMERÓN.
 

 

En ocasiones la Naturaleza es generosa. Solo en ocasiones. Con menos frecuencia incluso, produce divas. Amparo Velasco es ese espécimen tocado por la natura, donde belleza, generosidad y divismo alcanzan otra dimensión. Su primer disco («La Negra», Casa Limón, Sony/BMG, 2006), fue acariciado en la producción por la mano del rey Midas, el hombre al que mimaban las grandes discográficas, Javier Limón. Seis años después, La Negra renace desde otro punto de vista, desde el vientre de la independencia. El hombre del mestizaje cordobés, Juanito Fernández El Panky (Raquel Winchester, Los Freskitos) y el hombre que saltaba sin red, Fernando Vacas (sello Eureka, grupo Flow), son las matronas: fecundan, siguen y asisten la belleza de este parto.

Escuchar las volutas que el aire reinventa en las cuerdas vocales de La Negra, duele. El sonido hiriente penetra a través del pabellón auditivo, monta a horcajadas los neurotransmisores, cabalga por las neuronas hasta el centro de la amígdala. Ese es el momento en el que estamos perdidos. Ese es el momento en el que estamos poseídos.

La voz, y la presencia escenográfica de La Negra, abren puertas de estados mentales insospechados. Destapa la caja de Pandora emocional: pena, gozo, alegría, sensualidad, erotismo, y otras perversiones… «La que nunca» (el Volcán, Eureka, 2012), es al que escucha, lo que una eclosión de colores al daltónico.

Ella tiene llaves. Muchas llaves. Sabe usarlas.

Se fraguó en muchos crisoles, a muchos fuegos. Y el fuego, que es avieso y purificador, moldeó una artista única. Hizo de ella una alquimista que conjuga flamenco, jazz, chanson, copla, soul, bossa, animismo, en un baile hasta ahora inexistente. Se atreve con el mago de la chanson érotique française, Serge Gainsburg (‘Black trombone’), ¡y le da una textura impensable! “Es una idea de Fernando Vacas –comenta Amparo–. Se le ocurrió, él es un enamorado de Gainsburg, me lo propuso, a mí me encanta Gainsburg, y estoy acostumbrada a cantar en diferentes idiomas. La probamos, nos gustó, y ahí está”.

La Negra ha abierto un sendero. Usemos el equipo necesario para este senderismo.

«Javier Limón me produjo mi primer disco y él le dio el punto que necesitaba para proyectarme hacia el público. Pero yo quiero ser libre»

 

DECÁLOGO DE ACTITUDES PARA DISFRUTAR “LA QUE NUNCA”

1- Amarás la libertad por encima de todas las cosas.
“Me gusta mucho la libertad. Los artistas no debemos acomodarnos, eso es muy peligroso. Javier Limón me produjo mi primer disco y él le dio el punto que necesitaba para proyectarme hacia el público. Pero yo quiero ser libre. Libre, que nunca es sinónimo de ser fácil. Me apetecía cambiar de productor, alguien completamente diferente a Javier Limón, completamente diferente a mí misma”.

2- El productor de mi vida.
“Cada productor le da su vidilla al trabajo que está produciendo. Eso engrandece al artista. Me gustan los cambios, me gusta cambiar, me gusta lo movible, lo que sorprende, lo que hace que nunca sepas lo que va a pasar [risas]. Esa magia muchas veces no sabes dónde está. Alguien desde fuera sí. El factor sorpresa debe ser protagonista de la creación”.

3- Incorrección al poder.
“Soy incorrecta. Políticamente también. Ni soy de, ni me interesa ningún partido político. Si me tuviera que definir, diría que soy incorrecta y hedonista. Vivimos una época más. La historia está llena de épocas buenas, malas y regulares. Ésta tiene que pasar. Tenemos que dejarla pasar. La obligación de los artistas es sacar a la gente de este mal rollo que es irrespirable ya. Contra los tiempos difíciles, está la buena música. La buena música cambia las vibraciones chungas, las convierte en energía positiva. Y eso es lo que necesita el mundo, color y alegría, ¡ya está bien de tanto oscurantismo y catastrofismo! [risas], por eso ‘La que nunca’ está lleno de texturas, para engrandecernos y darnos ánimos para seguir hacia adelante. Este es un trabajo para levantar la moral”.

4- Amarás la música como a ti mismo.
“La música tiene que hacer la vida bella. Los músicos debemos hacer música bella, para que los tragos amargos de la vida sean más dulces. Me gustan las cosas bien hechas. La música también, claro. Escucho de todo. Todo lo que considero que está bien hecho. Escucho ópera, funky, pop, rock, heavy, electrónica, soul, gospel, jazz y flamenco del jondo. En mi casa siempre ha habido muchos artistas, aunque no hayan trascendido con una fama apabullante, y se ha escuchado y hecho mucha música. Desde bebés se nos ha educado el oído. Eso deberíamos hacer los mayores con los jóvenes, educarles el oído y que luego ellos elijan. Mis hijas no van a discotecas porque no les gusta la música que ponen para bailar. A mí tampoco. Es una pena. Echo de menos aquellas discotecas con música funky, disco, en las que bailabas como una loca hasta las mil. ¡Qué bien sentaba! [risas]. Mola tener nuestro repertorio, ese que te curtes tú con tu experiencia propia y única, con los oídos abiertos por todos los sitios por dónde que andas. Esa especie de biografía musical mola enseñárselo y que lo escuchen los jóvenes. Me gustan artistas muy diferentes: Pedro Guerra, Luis Pastor, Paco de Lucía, Enrique Morente, Camarón, Luz Casal, Billie Holiday, Sara Vaughan, How Gelbb, Muchachito. Muchachito es un músico muy interesante, está ‘sembrao’, además se moja mucho en su implicación social. Como músico, también”.

5- Honrarás a tu padre y a tu madre. A tus hijos también.
“Soy fan de Morente desde hace una pila de años. Cantar la canción que le escribió Fernando Vacas a Morente cuando no sabíamos ni que estaba malo, y ya estaba muriendo, es muy emocionante [‘A Morente’]. Es un honor que no puedo describir. Me encanta Morente, como artista y como persona. Era muy llano, muy humilde. Eso ya decía mucho de él. Nos conocimos en una fiesta en Madrid. Yo era tan tímida que ni me atrevía a mirarlo a la cara. La culpa de la chabacanería que hay en estos momentos, es porque nos comemos ‘tó’ lo que nos echen. Hay que elegir lo bueno, lo que pone alas: Música para pensar: música clásica, por ejemplo Mozart. Música para dar un subidón de energía, Bob Marley. Música para bailar, Muchachito Bombo infierno. Pitingo es un fiera del arte, es artista y es valiente. Podrá gustar o no, pero arte y coraje no se le pueden negar. Es innovador y los artistas tenemos que innovar. Artista tiene que ser sinónimo de valiente, de lo contrario, a mí no me interesa.

6- Quien siembra alegría recoge felicidad.
“Quiero que mi disco sea como un enfuche de buen rollito contra tanto feo como nos rodea.
Me gusta crecer, en todos los sentidos. Empecé muy joven, haciendo coritos con Vicente Amigo, José Mercé… Era muy tímida. Pero la vida te enseña, te hace ser más fuerte. En ese punto estoy yo ahora”.

7- Antes muerta que sencilla.
“Soy gitana. Glamourosa. El haber estado viviendo tantos años en América, del norte y del sur, hace que sientas de otra manera, por ejemplo, cuidas tu imagen como lo que es: tu carta de presentación. Aquí en España aún no se tiene ese factor tan en cuenta. Tenemos que quitarnos muchos clichés de encima”.

8- Mens sana in corpore sano.
“Necesito del deporte. Bailo con mucha frecuencia. Todos los días a las once de la mañana, me planto mis zapatillas, mi gorra, mis gafas de sol y me voy a correr al menos 45 minutos. Me sienta muy bien al cuerpo y al alma. Lo necesito. El día que no me muevo, me falta algo. También cuido mi alimentación. Como sano. Apenas fumo. No sé si habrá más vidas, pero sé que esta quiero disfrutarla. Por eso me cuido [risas]”.

9- Con las crisis que tiran los fanfarrones…
“Es un buen momento para hacer y sacar al mercado buena música. En las épocas de crisis los músicos tenemos la obligación de hacer buena música. Esa es nuestra responsabilidad. Cada uno tiene la suya. La nuestra es ofrecer el ‘más difícil todavía’”.

10- Date una oportunidad.
Rumores capitalinos: hacer cine. “A mí no me han entrado todavía [risas]. Antes, hasta hace unos años, habría dicho que no. Era muy tímida. Ahora, con el bagaje que te da la vida, la experiencia, soy más arriesgada. Creo que ahora no me disgustaría, quizá disfrutaría también haciendo cine”.

Artículos relacionados