La Frontera: Treinta años al filo

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“‘Rivas Creek’ tiene muy buenas letras, muy buenas canciones. Me encanta, fue un momento muy duro en mi vida, lo compuse en Rivas Vaciamadrid, en una habitación, estaba solo, me acababa de separar y estaba muy inspirado”

 

Lanzan uno de esos discos que saben a antiguo, porque repasa el repertorio de toda su carrera, pero que suenan a nuevo, porque está grabado en directo. Arancha Moreno charla con Javier Andreu y Toni Marmota.

 

 

Texto: ARANCHA MORENO.

 

 

Quién les iba a decir a Javier Andreu y Toni Marmota, cuando se hacían llamar “Muñecas repollo”, que llegarían a vivir tres décadas de la música. Por fortuna se tropezaron con Jesús Ordovás, que tuvo a bien sugerirles un cambio de nombre y acuñarles el de una de sus canciones, ‘La frontera’. Renombrados han llegado hasta 2015, soplando las treinta velas con ese sonido que autodenominan fronterizo, sin renunciar a sus éxitos pero sin cesar de hacer discos de temas nuevos. Con “30 años en el límite”, sin embargo, se permiten una licencia: grabar un disco en directo en la sala El Sol con el repertorio de toda su carrera, eso sí, elegido por sus seguidores. El día 12 de julio, la fiesta será algo más grande: repetirán en el Circo Price de Madrid, para que no falte nadie. Días antes, Javier y Toni nos reciben, como no podía ser de otra manera, en una cervecería madrileña.

 

 

Habéis publicado recientemente “30 años en el límite”, un doble cedé con el concierto que disteis en el sol en febrero y 22 grabaciones remasterizados, además de un DVD con el concierto y el documental. ¿Cuándo surge la idea de celebrar así este aniversario?

Javier: Sabíamos que al cumplir los 30 años haríamos un disco. Un día en la furgoneta, donde pasamos el ochenta por ciento del tiempo, nuestro road manager dio con el título. Iba conduciendo por una carretera de mierda y dijo: “Se tiene que llamar treinta años en el límite”. Y Toni fue a hablar con Universal.

Toni: Universal había sido nuestra compañía de toda la vida, tenía todo nuestro catálogo y pensamos que podía ser interesante para ellos. Estamos encantados.

J: Les gusta lo que hacemos, hubo un momento que no ocurría eso, cuando tuvimos que salir de la discográfica, o no nos hacían caso o querían dedicarse a otro tipo de artistas. Pero ahora están con nosotros y estamos encantados.

T: Llevar 30 años de carrera es un peso, pocos grupos lo consiguen, es lo que ha valorado Universal: tenemos un grupo con un montonazo de canciones que no ha dejado de tocar en estos años. Han sido también un poco nuestros artífices como maestros cerveceros.

 

Es cierto, acabáis de sacar al mercado vuestra propia cerveza.

T: Sí, como estamos de celebración hemos querido celebrarlo a lo grande, y hemos sacado una remesa de cervezas artesanas. El 12 de julio, coincidiendo con la actuación del Circo Price, la presentamos. La primera es una rubia de malta y trigo, súper rica, con lúpulos americanos fronterizos, una cerveza artesana con mucho sabor. Estamos encantados con la fórmula. Queríamos influir en eso mucho, algo que estuviera rico. Y en octubre sacamos una fórmula americana que nadie ha sacado en España. Se llama Barrel Bourbon Beer, fermentan tres o cuatro meses en un barril de bourbon antes de hacerlo en botella. Nos interesa que sean cervezas especiales, que nuestra aportación sea por la vía del sabor.

 

Volviendo a vuestra carrera, este es el decimocuarto disco que editáis, el tercero en directo. ¿Había que hacerlo mostrando vuestro plato fuerte?

T: Había que hacer una fiesta con los fans. Escogimos El Sol porque es una sala emblemática de la época que empezamos, tiene un aforo de 300 personas y nos parecía perfecto, no queríamos macro concierto, queríamos contacto con la gente. Las dos terceras partes del aforo fueron con invitación. Hubo que sacar cien entradas para los fans de fuera de Madrid, para que no se quedara fuera ningún seguidor acérrimo de La Frontera.

 

De hecho, el público jugó un papel importante, porque seleccionó las canciones que quería veros tocar, algunas de ellas no las tocabais hace tiempo.

J: Sí, pedimos a la gente que nos dijeran qué querían escuchar en el disco, y sobre esas listas seleccionamos.

T: Ha sido muy acertado, hay temas que no nos acordábamos que existían, como ‘Tiempos perdidos’ del primer disco.

J: El disco de recopilación también lo han elegido ellos. Es mucho mejor que la gente elija las canciones, en definitiva es lo que quieren.

T: Sobre todo porque tú estás muy viciado, con una serie de hits que tocas siempre. El hecho de que los fans hayan aportado su opinión, a mi me sacó de contexto. Eso ha sido curioso. Hay mucha gente que a lo mejor conoce nuestra trayectoria pero que ese tipo de temas no los conoce. Nos pareció el momento adecuado para poder añadir esos temas que a los fans les gusta y nosotros teníamos olvidados.

 

¿El concierto pretendía ser un repaso a toda vuestra carrera, o hay discos que tienen un peso determinado en el repertorio?

J: Es una mezcla de todo lo que hicimos con Universal, y algunas canciones de los últimos discos, como ‘Chacal’ y ‘Yonki de ti’, de “Rivas Creek”.

T: ‘Yonki de ti’ ha quedado espectacular la versión del directo con la trompeta de Angelo.

J: Están mejorados todos, si no lo estuvieran daría otra cosa, directamente.

T: Ha quedado bien el producto. Nos ha costado un infierno mezclarlo porque lo hemos hecho los dos, pero hemos reflejado el sonido que tenemos en directo.

J: A lo mejor un productor lo deja de otra manera.

 

¿Sentís muchas divergencias en vuestro sonido actual respecto a las canciones que hacíais en vuestros orígenes?

T: No ha cambiado mucho, ha mejorado en ciertos aspectos. Javier, escuchando el primer disco de La Frontera decía: “¿Pero este soy yo?” Como músicos también hemos mejorado.

J: Tampoco somos muy de cambiar demasiado las cosas, para que se note que tocamos mejor. Nos interesa seguir manteniendo la frescura del principio.

T: Nos interesa que la gente baile y se lo pase bien en directo, y eso no lo hemos perdido. Seguimos teniendo la marcha de siempre.

 

En vuestros orígenes os interesaba el sonido de la nueva ola, el punk rock americano, el punk inglés y la música de Morricane. Todo eso ha marcado a fuego vuestra música. Treinta años más tarde, ¿han cambiado esas influencias?

J: La verdad es que somos muy puristas con las influencias, nos siguen gustando los Doors… no hemos descubierto grupos en 30 años, quizá muy pocos, como Nirvana o The Verbe. Tampoco hay grupos nuevos que nos gusten tanto como los de entonces. Hace dos años conocí algo nuevo y me di cuenta de que era de los 70. Era Nick Drake.

T: Sí hay cosas interesantes, pero se diluyen en toda la oferta que hay. No hay grandes bandas de rock and roll como era Nirvana.

J: El rock murió con Nirvana.

 

El concierto de El Sol, y por extensión el disco está dedicado a la memoria de Guille Martín, al que mencionáis al comenzar el concierto. Es, probablemente, el guitarrista más recordado sobre los escenarios. Ha dejado una gran huella entre los músicos.

J: Era un encanto de persona. Era guitarrista, sí, pero la gente habla de cómo era él, nadie habla de cómo tocaba la guitarra, era una persona magnífica.

T: Había que verle en directo.

J: Era un Keith Richards…

T: Mezclado con Pete Townshend.

J: Estuvo en las mejores épocas de La Frontera, en el concierto de Sevilla, el cuarto o quinto disco.

T: Afortunadamente vivió la gloria de la banda. Ha vivido grandes momentos, con nosotros, con Loquillo, con Desperados, con Calamaro, con Bunbury… ha estado con los grandes, grandes. Y no lo digo por nosotros.

J: Como toda la gente que muere joven, vivió muy rápido.

 

Hoy día los músicos que os acompañan también son de otras generaciones, ¿eso influye mucho en vuestro sonido actual?

J: Nos mantenemos muy bien y tenemos el espíritu joven, aportan amistad y un poco más de frescura, quizá, pero la ilusión es la misma.

T: La diferencia no es tanta. Harry, nuestro guitarrista, tiene 30 años y escucha la misma música que nosotros. La diferencia es de edad, pero en lo personal somos muy similares. Son fronterizos, como uno más.

 

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“La mezcla de este disco la hemos tenido que hacer nosotros, había presupuesto para una semana de mezcla, pero veinte temas en siete días no nos daba tiempo, así que lo hicimos nosotros. Afortunadamente la experiencia te da ese bagaje para hacerlo, hace veinte años no lo habríamos podido hacer”

 

Los discos de celebración suelen estar teñidos de miradas nostálgicas. ¿Este también?

T: Algo de nostalgia hay. Hemos vuelto con Universal, con nuestro primer manager, Tino Álvarez…

J: Mientras no volvamos con nuestras ex, todo bien, lo que nos faltaba (risas).

 

Sé que soléis componer con bastante frecuencia, pero no hay ningún tema nuevo en este trabajo. . ¿Los guardáis para el próximo?

T: Estamos preparando un disco de temas nuevos para grabarlo este invierno. Los últimos han sido de temas nuevos, pero no han tenido la repercusión que han tenido otros discos, por la dificultad del mercado discográfico.

 

Sin embargo, los citáis también entre los favoritos de vuestra discografía…

J: Sí, “Rivas Creek” tiene muy buenas letras, muy buenas canciones. Me encanta, fue un momento muy duro en mi vida, lo compuse en Rivas Vaciamadrid, en una habitación, estaba solo, me acababa de separar y estaba muy inspirado.

T: Es un discazo, lo estuvimos preparando mucho tiempo, nos lo curramos muchísimo. Es uno de los grandes discos de La Frontera. En cualquier caso, yo me decanto por los tres primeros porque los orígenes están revestidos de magia, eso me gusta.

J: Pero el cuarto y el quinto son importantes. Nos llevaron al éxito.

 

Hablando de éxito y tiempos pasados, lleváis tanto tiempo en la música que las habéis visto de todos los colores…

J: Efectivamente. Hemos grabado los discos de muchas maneras. Estuvimos dos meses grabando en Inglaterra, y tenemos discos hechos en casa, en el estudio de Tony Marmota, que es maravilloso pero más casero.

T: La industria musical que conocimos nosotros ya no existe, los presupuestos han caído porque los discos no se venden, la principal fuente de ingresos de un grupo son los conciertos. Tienes que echar mano de la inventiva, la creatividad, abaratar costes con el equipo que tengas… La mezcla de este disco la hemos tenido que hacer nosotros, había presupuesto para una semana de mezcla, pero veinte temas en siete días no nos daba tiempo, así que lo hicimos nosotros. Afortunadamente la experiencia te da ese bagaje para hacerlo, hace veinte años no lo habríamos podido hacer.

 

Al final, es una existencia darwiniana: sobrevive el que tiene buenas canciones y sabe adaptarse a los nuevos tiempos.

J: El que tiene un pequeño equipo en su casa, la gente se lo hace con el Protools. Hay que ser ingeniero, músico, compositor… un poco de todo. Como el hombre del Renacimiento.

T: Al final hemos acabado de cerveceros.

 

Quién lo iba a decir, después de ver cómo entrasteis en la música: un tipo de la industria fue a veros en directo y a la semana ya estabais firmando en un despacho.

T: Teníamos 21 años, pero cinco años de experiencia con bandas. Éramos muy jóvenes pero sabíamos lo que estábamos haciendo. Por eso nos vino el éxito. Si no, ni hubiéramos sabido hacer las canciones que hicimos, ni el sonido, ni nada. Fuimos muy precoces… en todo (ríe).

J: A los 16 ya tocábamos en directo. Antes de La Visión tuve un grupo que se llamaba Los Neuróticos, teníamos pocas actuaciones porque mis padres no nos dejaban, tenía que pedirles permiso prácticamente. Con La Visión tocamos dos o tres veces en el Rock-Ola, con La Frontera sabíamos movernos en directo.

T: Yo tuve un accidente de moto con 15 años, estuve un año sin andar y aprendí a tocar ese año, que no tenía nada que hacer más que estar en la cama. Mi primer bolo fue con escayola.

J: Mis padres no me dejaban bajar, vivía en el Paseo de las Delicias y no había parques, pasaban mogollón de camiones y había muchísimos macarras en los billares, que te daban el palo. No tenía amigos en el barrio, estaba en una habitación solo con una guitarra, y empecé a componer porque no había parque en mi barrio.

T: Los 70 fueron duros en España. Ahora que reponen “Perros callejeros” recuerdas que esa época fue muy heavy.

 

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Curioso, la música está llena de futbolistas sin suerte o accidentados…

J: Sí, como Julio Iglesias (ríe).

T: Yo iba para dibujante, pero el accidente me trastocó la cabeza. ¡Ay, qué desgraciados hemos sido los rockeros! (Risas)

J: Después me salió bien la historia… estoy recuperando el tiempo perdido.

 

A día de hoy, ¿suena La Frontera en la radio?

T: Sí, evidentemente ‘El límite’ es la que fácilmente puedes oír en cualquier emisora, hay varias que programan oldies, 80 y 90 están muy de moda todavía. Estamos sonando en más sitios.

 

Es más fácil sonar con los éxitos antiguos que con los temas nuevos.

T: Igual que pasa con los grupos nuevos, que les cuesta entrar, lo que entra es el éxito, nadie arriesga por lo que estás haciendo. Se importa mucha música latina.

J: Y no se exporta nada. No nos venden.

T: Antes eran los grupos españoles los que iban a México a triunfar…

J: Y ahora viene la bachata y esas porquerías.

T: A mí Paulina Rubio me mola, cuando sale con las bragas esas doradas.

J: Las bragas molan, ella no.

 

Con un sonido de tanta influencia norteamericana, ¿por qué no habéis cruzado el charco para tocar?

J: Teníamos muchas actuaciones en esa época, y no hubo acuerdo entre el director de Universal y el de Universal México.

T: Fue una puñetera casualidad. El director de Polygram España era L. Juarez, mexicano, lo echaron de Universal España y lo mandaron a México, y él no quería. Se creó una enemistad entre las dos, sacamos “Rosa de los vientos” en México, pero no lo promocionaron nada. Sí tenemos muchos fans mexicanos, y radios que nos dicen que allí somos un icono, pero todavía no ha ocurrido. Sí hemos estado en sitios alucinantes, en Moscú en 1989, pensábamos que íbamos a un festival o a un club y nos vimos en una especie de Eurovisión soviética y quedamos los cuatro.

J: Fuimos los únicos que tocamos en directo, llevamos hasta técnico de sonido.

T: Hemos hecho giras en Portugal, 120 bolos allí, en Francia en Lyon, por Suiza varios años… Estuvimos tocando en Turín y en Roma, en el Piper, donde han tocado Jimmy Hendrix y Los Beatles, y en Palestina invitados por Arafat. Tocamos en campos de refugiados y el bolo más gordo fue en el teatro de Ramala. Conocimos Belén, Jerusalén… nos sentíamos como “La vida de Bryan”. El monte de los olivos es donde estaban los chaperos y se vendía la droga, muy curioso Jerusalén con el paso de los años, nada bíblico…

 

Hay muchos compañeros de generación que tampoco pudieron cruzar el charco en su día y lo hacen ahora.

T: Sí, es algo que estamos esperando hacer, esperamos que este año se generen las condiciones como para poder hacerlo. Todo el mundo nos cuenta que es alucinante, como pasaba en los 80 aquí, cuando veníamos de una dictadura y descubrimos el rock and roll. Los pioneros del rock en español hemos sido los españoles y los argentinos, el que quiera conocer el rock and roll del siglo XX tiene que pasar por estos grupos.

 

El día 12 actuáis en Madrid, en el Circo Price. ¿El público se encuentra con un directo muy similar al de este disco, o hay modificaciones?

T: Sí, sobre todo en los invitados. En vez de José Antonio Garcia y Carlos Segarra vendrá Ikerne…

J: Y Javier Ojeda. Me ha llamado, dice que está en Madrid, además. Nos hemos visto en muchos conciertos, es muy divertido en directo.

T: Es un tío muy simpático. Es un tío con el que te ríes mucho en el camerino. La última vez nos contó que habían echado a su hijo del colegio por plantar marihuana en el patio (risas). Cuando grabamos el disco hubo mucha gente que se quedó fuera en el concierto de El Sol, es la manera de poder ofrecer ese mismo concierto a los que no pudieron asistir.

 

Habrá gira de invierno, ¿del mismo tipo?

J: Sí, vamos a hacer una gira por salas de 300-400 personas, por toda España, entre octubre, noviembre, diciembre… Preparando la gira del año que viene, y componiendo el disco nuevo y grabándola. Habrá Frontera para rato, para 40 años más seguro.

T: Yo ya he pedido hora con el psiquiatra de Keith Richards, porque esto va para largo.

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