La cara oculta del rock: La gallina que perdió la cabeza por Alice Cooper

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«El grupo pasaba de la paz, del amor y de todos los conceptos de la filosofía hippie, pero decapitar a un ave por pura diversión era la gota que colmaba el vaso»

 

Guillotinas, serpientes y demás parafernalia. Alice Cooper convirtió el concierto de rock en un teatro del horror que crearía escuela y después sería imitado por muchos otros. Pero Alice Cooper no debe llevarse todo el mérito, ya que la principal responsable del nacimiento del shock rock fue una gallina que no salió muy bien parada.

 

Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.

 

Aunque el festival Rock and Roll Revival celebrado en Toronto el 13 de septiembre de 1969 contaba con la presencia de los pioneros del rock Chuck Berry, Bo Didley, Jerry Lee Lewis, Little Richard y Gene Vicent, junto a los Doors o a la Plastic Ono Band de John Lennon, el que acaparó los titulares al día siguiente fue Alice Cooper. Pero decir que fue Alice Cooper quien llamó la atención de los presentes en el concierto es un poco injusto, ya que eso restaría importancia a la coprotagonista del incidente con el que tanto la banda como el músico ganaron publicidad: una gallina.

“Alice Cooper arranca la cabeza a una gallina de un mordisco y se bebe su sangre”, rezaba la prensa después del concierto. ¡Qué espectáculo tan bochornoso! Por entonces, la banda era una de las más odiadas y no solo por la confusión que generaba saber si el nombre era del grupo o de su cantante. Alice Cooper fueron acusados de corromper a los “niños de las flores”. El grupo pasaba de la paz, del amor y de todos los conceptos de la filosofía hippie, pero decapitar a un ave por pura diversión era la gota que colmaba el vaso. Después de aquella falta de respeto hacia el mundo animal, Vincent Furnier, el propio Alice Cooper, tuvo una charla telefónica con el no menos excéntrico Frank Zappa, ya que en esa época la banda trabajaba para su sello discográfico, Straight. “Alice, ¿realmente mataste una gallina?”, preguntó Zappa, a lo que Cooper respondió con una negación. “Bueno, no se lo digas a nadie”, continuó. “Todo el mundo te odia y eso significa que los chicos empezarán a admirarte, respondió Zappa.

A Zappa le encantó que se extendiera aquella leyenda urbana. Era el empujón perfecto que la banda necesitaba para encauzar su carrera. Una publicidad fenomenal que no tenía precio. Sin embargo, lo que ocurrió de verdad en aquel festival de Toronto dista mucho de la historia de la gallina que perdió la cabeza por encontrarse en un concierto de rock. Para explicar este peculiar suceso, el guitarrista Michael Bruce planteó un interrogante: “¿Qué es primero: las gallinas o las plumas?”. Según Bruce, el antecedente de lo que sucedió aquella noche se encuentra en una pequeña gamberrada previa: “Cuando empezamos, rompíamos almohadas de plumas que robábamos en los hoteles de la cadena Holiday Inn, y las usábamos en ‘Black juju’, esparciéndolas sobre el público y por el escenario. Como nuestra fuente de almohadas, los Holiday Inn, las cambió por almohadas de gomaespuma y los propietarios de los clubs no querían que volviéramos porque tendrían que recoger plumas del escenario, pensamos que lo mejor sería lanzar la gallina con las plumas puestas”. También el bajista Dennis Dunaway recordó otro suceso anterior relacionado con las aves y las plumas: “Teníamos a un tipo en Detroit al que llamábamos Larry, ‘el hombre gallina’. Solía ir por ahí a buscar gallinas para situarlas en lo alto del amplificador de Glen (Buxton). Decidimos hacer como si nadie en la banda supiese de qué iba todo: ‘¿De qué gallinas están hablando? No sabíamos nada de estas gallinas’. Lo gracioso es que las gallinas se aposentaban en el amplificador de Glen, él empezaba a hacer ruidos de gallinas y ellas movían sus cabezas como si estuviesen entendiendo lo que él decía. No estaban en jaulas, simplemente andaban por ahí, en el escenario. De ahí surgió la idea de hacer volar plumas, para hacer ver que algo excitante estaba sucediendo con las gallinas”.

 

 

 

En el festival canadiense, la puesta en escena de las plumas no podía faltar y así la recordó Alice Cooper: “Durante esos días, yo finalizaba nuestros shows esparciendo plumas de almohadas en el aire mientras alguien de la banda disparaba con tanque de dióxido de carbono y creaba un gran efecto bajo las luces. Eso hacía que la gente se levantase. Lo hicimos en el Rock and Roll Revival y a la gente le encantó. John Lennon y Yoko estaban en un lado del escenario mirándonos y sonriendo. Era una actuación artística para ellos”. Entonces, el otro personaje de esta historia entró en escena. De repente, una gallina se posó en el escenario. Alguien la había lanzado desde el público y a Alice lo único que se le ocurrió en aquel momento fue devolvérsela a los espectadores. “Cuando la vi, la lancé a la audiencia pensando que como las gallinas tenían alas podrían volar”. Pobre muchacho ignorante, Cooper se escudó en ser un hombre de ciudad para explicar su desconocimiento de esta ave de corral y el resultado no fue el esperado: “Me equivoqué. La audiencia la despedazó”. Pero la gallina aterrizó ante un público muy específico, como aseguró el cantante: “Lo más terrorífico de todo el asunto era el hecho de que en las primeras filas solo estaba la gente que llevaba silla de ruedas y ellos eran más dementes que los fans de atrás”. Así que aquel desgraciado incidente, según Michael Bruce, no solo catalogó a la banda de ser irrespetuosos con los animales, sino también con la gente en silla de ruedas: “Era la zona de los minusválidos. Ahí estaba toda esa gente detrás de ellos, intentando llegar hasta el ave. La gente de Toronto empezó a molestarse por todo aquello. Ese era el gran tema de conversación después del concierto, que éramos unos insensibles con las personas minusválidas”.

¿Y de dónde salió la ya famosa gallina? Alice Cooper ironizó al respecto: “Nunca entendí cómo llegó al escenario una gallina viva. Veamos. Alguien va a un concierto en 1969, lleva su entrada, su cartera, la droga, cerveza… ¡Oh, sí! ¡Su gallina! ¿Quién llevaría una gallina a un recital del rock? ¿Llevaba correa? ¿Tal vez era una mascota?”. Sin embargo, acabaría encontrando al responsable. “Siempre sospeché de Shep, aunque nunca me enfrenté con él directamente. Pero finalmente ha confesado. Shep fue el hombre detrás del incidente de la gallina”, declaró Cooper haciendo referencia al mánager Shep Gordon.

La gallina sería un icono más dentro de la imaginería habitual de Alice Cooper. Después vendrían las serpientes, las muñecas, los cepillos de dientes gigantes y los “sacrificios” de Alice, ya fueran con una guillotina, una silla eléctrica o una horca. Cooper, siguiendo los pasos de Screamin’ Jay Hawkins y Arthur Brown, inauguró el shock rock, un rock teatral, efectista y lleno de recursos visuales que después continuarían Kiss o Marilyn Manson. Todos estos números hicieron que las miradas más suspicaces cayeran sobre él y fuera acusado de satánico. Nada más lejos de la realidad. Su personaje sobre el escenario está alejado de su vida privada como reputado golfista y cristiano, y su ideología está más cercana a la de los republicanos que de los demócratas. “Puedo vivir mi vida y ser Alice Cooper el jugador de golf o el restaurador o el filántropo. Si quieres al otro Alice, tienes que ir a ver el concierto”, aseguró. Alice Cooper ha sabido arrinconar a su personalidad terrorífica sobre el escenario, esa personalidad teatral que se convirtió en su propia gallina de los huevos de oro.

 

 

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