La cara oculta de las canciones: ‘Sweet Caroline’, el secreto mejor guardado de Neil Diamond

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«Rápidamente, se puso manos a la obra y escribió un tercer tema recordando aquella fotografía que tanto le había impactado. En menos de una hora, ya lo tenía escrito»

 

Casi todas las canciones con nombre de mujer están inspiradas en una persona real. Neil Diamond esperó casi cuatro décadas para revelar la identidad de la musa que le sirvió para componer uno de sus clásicos: ‘Sweet Caroline’.

 

Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.

 

Neil Diamond tenía un secreto. En 1962, cuando estaba buscando su sitio y no tenía ni un dólar en sus bolsillos, el cantautor hojeaba una revista y, casualmente, se encontró con una foto en la portada que le llamó la atención: “Era una fotografía de una niña pequeña vestida de punta en blanco con ropa de montar, junto a su pony”. Aquella tierna imagen hizo que Diamond, como buen compositor, comenzara a darle vueltas en su cabeza: “Era una foto tan inocente y maravillosa que inmediatamente sentí que de ahí podía sacar una canción”. Pero ahí se quedó la cosa.

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Unos años después, Neil Diamond se encontraba en la habitación de un hotel de Memphis. Al día siguiente, tenía reservado un estudio para grabar durante tres horas. Diamond tenía preparadas dos canciones, pero lo habitual en el estudio era llevar tres, así que, rápidamente, se puso manos a la obra y escribió un tercer tema recordando aquella fotografía que tanto le había impactado. En menos de una hora, ya tenía escrita ‘Sweet Caroline’. Neil Diamond reconoció que aquella canción era una de las que más rápido había compuesto. Sin embargo, nunca habló de la imagen de la niña y su pony.

‘Sweet Caroline’ se incluyó en su cuarto álbum de estudio, “Brother love’s travelling salvation show” (1969). Aunque el fructífero cancionero de Diamond ya tenía temas destinados a convertirse en clásicos como ‘Girl, you’ll be a woman soon’, ‘Red red wine’, ‘I’m a believer’ o ‘Solitary man’, la canción ‘Sweet Caroline’ sería considerada como la canción bandera del cantautor neoyorquino. Desde Elvis Presley hasta Julio Iglesias la versionaron después, aunque la preferida por su autor fue la versión que realizó Frank Sinatra: “Lo hizo a su manera. No copió mi grabación. He oído esta canción interpretada por un montón de gente y hay muy buenas versiones. Pero ese swing de Sinatra y la versión con la big band las supera con diferencia”.

Como sucede con otras canciones, ‘Sweet Caroline’ está asociada al deporte en la cultura estadounidense, sobre todo al béisbol. En realidad, no es más que una casualidad. En 1997, el equipo Red Sox de Boston incorporó esta canción como himno desde que uno de los empleados del estadio Fenway Park bautizó a su hija recién nacida como Caroline. El tema empezó a sonar por la megafonía durante un partido y, desde entonces, es tradición que los seguidores entonen la canción mientras suena por los altavoces para acompañar y animar al equipo. Incluso el propio Neil Diamond la ha interpretado en uno de los partidos jugados por los Red Sox en el inicio de temporada, para disfrute de los hinchas y los jugadores.

Durante décadas, Diamond nunca soltó prenda sobre la identidad de la dulce Caroline de la que hablaba su canción. Incluso llegó a declarar que el tema había surgido gracias a una inspiración divina: “Creo que hay un poco de Dios en esta canción. Siempre lo he pensado. Nunca se sabe lo que le puede pasar a una canción”. Más allá de la gracia de Dios, había una persona real detrás del tema y en 2007, casi cuarenta años después de que lo escribiera, Neil Diamond por fin reconoció quién había sido su joven musa: Caroline Kennedy, la hija del presidente John Fitzgerald Kennedy. Ese año, el músico interpretó la canción vía satélite durante la celebración del cincuenta cumpleaños de la única hija superviviente del fallecido presidente de Estados Unidos. Después de cantar, Diamond explicó por qué nunca había revelado la identidad de la persona que le inspiró: “Nunca antes lo he hablado con nadie, y ha sido intencionado. Pensaba que quizá se lo diría a Caroline cuando la conociera algún día. Estoy feliz de habérmelo sacado de dentro y habérselo dicho a Caroline. Pensé que podría sentirse incómoda, pero parece que le sorprendió y se puso muy, muy contenta”. Cuando Neil Diamond vio aquella fotografía de Caroline montada en su pony en la portada de la revista “Life” del 7 de septiembre de 1962, ella no era más que una niña, y cuando escribió la letra de la canción, Caroline Kennedy tenía 11 años.

Después de que Diamond revelara esta identidad, la canción volvió a tener relevancia tras los atentados en el maratón de Boston del 15 de abril de 2013. El cantante quiso ayudar a los afectados y decidió ceder a las víctimas los beneficios obtenidos por ‘Sweet Caroline’ desde el momento del atentado. Los estadounidenses se volcaron y las ventas aumentaron en torno a un 600%. Este gesto altruista resulta muy bonito para un Neil Diamond que, cuando encontró la inspiración para la que sería su canción más famosa, apenas tenía dinero.

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