Jeffrey Lewis: Soñar despierto

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«Creo que el desafío como ser humano es encontrar lo positivo. Lo fácil es anclarse en lo negativo. Sin embargo, a veces lo negativo se puede expresar de una forma muy bella y cautivadora»

Hoy arranca la gira española del neoyorquino Jeffrey Lewis en compañía de The Junkyard. Juntos desplegarán sus poderes entre lo acústico y el garaje. Eduardo Tébar conversa con este miembro de la escena antifolk.

 

Texo: EDUARDO TÉBAR.

 

Tiempos de sobredosis de información. De libre acceso a la fonoteca universal de internet. De atracones de influencias digeridas de forma superficial. En la era de las canciones atomizadas, reconforta toparse con tipos como Jeffrey Lewis. Alguien inquieto que saca petróleo de su condición de multidisciplinario. Todo vale en la búsqueda de la lucidez: música, dibujos, ilustraciones, diseño de portadas, cortometrajes… Incluso los recovecos del subconsciente. “No me paso el día escribiendo lo que sueño, pero sí es verdad que existe una conexión entre la creatividad y los sueños. La mente humana tiene la capacidad de reconfigurar la memoria. Los sueños son manifestaciones accidentales, como la creación. Hay retazos del inconsciente que sirven como base para crear. ‘Rare beat friends’ fue una serie de cómics de Rick Veitch, a quien admiro mucho. Él sabía trabajar los sueños. Dedicaba cada página a un sueño distinto. Ese libro me marcó”.

Nacido en Nueva York hace 36 años, Jeffrey Lewis presenta desde hoy en España “A turn in the dream-songs”, su sexto álbum, que publica aquí a través de la etiqueta Popstock. El norteamericano viene con The Junkyard, el grupo con el que exhibe un directo esquizoide: del arreglado sonido acústico a los embates garajeros.

En la actualidad, Lewis destaca en la terna de favoritos –con Adam Green y Kimya Dawson– de la escena antifolk. Un movimiento difuso, remedo de la leyenda de Greenwich Village. “Se trata de una pequeña onda de Nueva York que se basa en la práctica del micrófono abierto. Desde su inicio, alrededor de 1985, el micrófono abierto ha visto desfilar a millones de personas que salen para tocar un par de canciones cada lunes por la noche. No hay controles de calidad: ves cantar a gente bastante mala. Pero eso lo hace especial, y es lo que permite que las canciones especiales, extrañas y maravillosas tengan una oportunidad de ser escuchadas. Es el material al que nunca accederíamos mediante los filtros del mundo de la música profesional”.

La visión neoyorquina de Jeffrey Lewis se nutre más de un anarquista de la contracultura como Tuli Kupferberg que de la gran ballena americana de Lou Reed. “Nueva York ya no es lo mismo sin Kupferberg. Todo pasa, todo cambia”, reflexiona.

Resumes la historia de Obama en un minuto y medio. ¿Él también ha cambiado?
Tiene que esforzarse más para lograr las cosas que quiere conseguir y no quedarse solo en un compromiso. Él es nuestra mayor esperanza, pero no puede hacerlo sin nosotros. Los pueblos de Estados Unidos tienen que luchar por su futuro.

En tus temas prevalece la esperanza.
Creo que el desafío como ser humano es encontrar lo positivo. Lo fácil es anclarse en lo negativo. Sin embargo, a veces lo negativo se puede expresar de una forma muy bella y cautivadora.

¿Qué piensas de las movilizaciones a las puertas de Wall Street?
Adoro lo que está representando el grupo «Ocupemos Wall Street». Pasé por allí varias veces antes de empezar esta gira. Toqué un par de canciones y me quedé observando toda la actividad del colectivo. Quiero implicarme. Las conglomeraciones de este tipo producen sensaciones fascinantes. Y sus reivindicaciones son necesarias. No podemos callarnos ante políticas como el recorte de impuestos para los ricos. Mientras, nos están reduciendo servicios a los demás. Qué menos que gritar todos juntos. La gente se ha lanzado a la calle para pelear. Estoy orgulloso de luchar con ellos.

Supongo que trasladarás el espíritu combativo a estas actuaciones.
He pensado sorprender al público con películas de bajo presupuesto. Breves historias en forma de cómic. He dibujado algunas. Pero no puedo aventurar nada. No quiero ahuyentar a nadie. Dependerá del momento. Estoy convencido de que será una gran experiencia para quienes lo vean.

¿Qué tienen en común los cómics, el folk y el punk?
Son los tres ejes sobre los que me muevo. Tres formas de cultura del pueblo y para el pueblo. No hace falta dinero para crear música folk. Tampoco para hacer punk o para dibujar cómics. No es necesario pertenecer a una élite para lanzarte a ello. Yo no dependo de ningún equipo humano dotado con conocimientos técnicos. Eso pasa en el mundo del cine, en el jazz, en el ballet, en la ópera o en las novelas superventas. Yo apuesto por algo relativamente fácil y rápido de hacer. Relativamente fácil y rápido de digerir. Por eso están conectadas estas tres expresiones artísticas. Comparten un poder simple.

Aunque te trasladaste a una colina de Manchester para grabar con cinta analógica. ¿De verdad se puede sonar ahora como en los sesenta?
Soy reacio a capturar momentos determinados. El marco de posibilidades y limitaciones no afecta tanto el resultado. Es como elegir pintar con acuarela o con pintura de aceite. Cada herramienta tiene sus propios sentimientos y sus propios trucos.

En realidad, tú querías ser un artista plástico del ruido.
¡Pero descubrí que podía escribir mejores letras que Sonic Youth! Bueno, ahora me gustan más los textos de Sonic Youth. Son abstractos, en el sentido de que pueden resultar muy evocadores y subjetivos. Se prestan a muchísimas interpretaciones. Eso es algo que a mí no se me da bien. Mi estilo es más literal y concreto. Mi sonido siempre estuvo más influido por una banda como Yo La Tengo. En mis estanterías hay un montón de discos de ambos grupos. Yo La Tengo saben plasmar esa mezcla de disonancia y armonía con un enfoque más profuso que Sonic Youth. Son más abiertos, no vigilan tanto los textos y las voces. No enmascaran sus emociones. Sonic Youth siempre parecen estar empeñados en proyectar una imagen de músicos ‘cool’.

Conciertos de Jeffrey Lewis & The Junkyard en España:
13 de octubre: Planta Baja (Granada)
14 de octubre: Fanatic (Sevilla)
15 de octubre: Neu! (Madrid)
16 de octubre: Monkey Club (Gijón)
19 de octubre: Sala Berlín (Zamora)
20 de octubre: La Lata Bombillas (Zaragoza)
21 de octubre: Apolo (Barcelona)
22 de octubre: Coco-Mat (Barcelona)

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