Javier Ruibal: La órbita perfecta

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«Creo que tenemos que ir a lo nuestro, yendo a lo nuestro se vinieron con nosotros. No me he pasado definitivamente a lo clásico ni tengo que demostrar nada, es otra posibilidad de disfrutar de esa música. No quise una sustitución de los arreglos que ya se conocen por la orquesta, es otra cosa»

El siempre exquisito Javier Ruibal, relee en «Sueño» parte de su repertorio dorado junto a una orquesta clásica, a la búsqueda de nuevos matices. Chema Domínguez conversa con el maestro gaditano.


Texto: CHEMA DOMÍNGUEZ.


Javier Ruibal ha encontrado los cómplices perfectos en Javier López De Guereña y La Orquesta de Córdoba para sorprender nuevamente con su brillante forma de conectar con la encrucijada de influencias musicales que es su tierra, y la poesía que inunda sus textos. Este gaditano, tan de El Puerto de Santa María como de todos los puertos del mundo, va camino de cumplir treinta años de trayectoria profesional, valiente y entusiasta, haciendo camino al andar. «Sueño» ofrece un viaje diferente por temas publicados anteriormente, también hay nuevas piezas como ‘El niño del Serengueti’ y reencuentros con Lorca, Alberti, Satie y el mejor imaginario de Ruibal, arropado de una nómina de músicos destacadísima, baste citar a Andreas Prittwitz o al ya nombrado López De Guereña, que merecerían un capítulo aparte.  En algún momento de «Sueño», Ruibal dice «Que me maten si no es belleza lo que estos señores están tocando aquí esta noche…». Dejénme que me apropie de sus palabras y opine para decir «Que me maten si no es belleza esté ‘Sueño’ que estoy escuchando». Y como charlar con Ruibal es otro viaje tan interesante como su música, empezamos por Cádiz.

Antes de nada, ¿’Ese Cádiz centenario’ acabó siendo el himno oficial del Cádiz?
No, al final fue una de Andy y Lucas.

Me dejas de una pieza.
Y a mí. Sabía desde el principio que no iba a ser. Lo que quieren para la grada es algo «oe, oe, oé» y lo mío era una broma simpática, carnavalera.

Por eso mismo no entiendo que no lo hayan escogido.
Y ahora con la orquesta suena a campo de fútbol pero los criterios de la institución cadista escapan a mi comprensión.

Son insondables.
Como los caminos del Señor.

Entiéndeme, uno es rojiblanco y por lo tanto algo gaditano, y tras oír a Sabina por tanguillos y comparsas en el Vicente Calderón, era ilusionante oír a Ruibal en el Ramón de Carranza.
Ese himno de Sabina es una combatitividad desesperanzada pero siempre firme. Y en el Cádiz es igual pero con algo más de risa, vamos, siempre a verlas venir y a sufrir. Quería exaltar el cadismo como una cosa donde la simpatia es lo que prima, no ganamos pero nos divertimos mucho.

Del disco, sueño cumplido, ¿satisfecho?
Ahora que ya está hecho, sustituiría la palabra «Sueño» por «Estoy soñando».  Y en mi sueño caben estas sonoridades y muchas otras. Es el acto de estar soñando un sueño que sí se cumple porque lo soñé despierto también.

Tienes un público valiente y fiel, ¿gracias a la orientación musical de este proyecto ves posible ampliar familia?
Creo que tenemos que ir a lo nuestro, yendo a lo nuestro se vinieron con nosotros. Así que por qué no, es otra sonoridad y otra propuesta. No me he pasado definitivamente a lo clásico ni tengo que demostrar nada, es otra posibilidad de disfrutar de esa música. No quise una sustitución de los arreglos que ya se conocen por la orquesta, es otra cosa. Con Javier López de Guereña lo que nos motivaba era plantearlo como una sinfonía y creo que se ha conseguido. No es por negar que en mi guitarra hay buenos resortes y cosas interesantes, sino que en esta ocasión si mi guitarra está, va a otro terreno.

Javier López de Guereña es el responsable de la producción artística junto a ti, y el único responsable de los arreglos y la edición. ¿Cuándo y cómo decides ponerte en las manos de él?
La verdad es que Javier, desde hace tiempo, me había propuesto «cuándo hacemos algo con arreglos clásicos» y siempre contestaba «sí, sí». Un día me levanté pensando que había llegado el momento de hacerlo y pensé en él, conoce mi música, sabe las letras de arriba abajo… Los arreglos son fantásticos y apoyan la letra concretamente, si cito una centella hay atrás hay un sonido que lo evoca, si nombro pececillos en un texto de Lorca ahí aparecen… Es un hombre muy meticuloso en ese sentido y a mí me conoce al dedillo. Así que tenía que ser con él.

¿Cuánto has dejado en el resto de músicos, le has dado muchas vueltas a la cabeza, has sido controlador?
Me he puesto al servicio de la obra. Me he puesto a cantar y punto. Cuando Javier me presentaba los arreglos no he rechazado nada, simplemente en algunos compases en los que yo veía el colorido o la armonia detrás de mi voz y corría el peligro de que desafinara le pedía otro pasaje porque ahí me podía perder, que estuviera más cercano a la armonía del tema original.

Tus textos pasan por vivir muy cerca de la poesía y en ocasiones han hecho casa común. Martirio y Vitier unen sus talentos para rendir homenaje a la poesía de América y España, Serrat vuelve a cantar a Miguel Hernández en «Hijo de la luz y de la sombra»… ¿Es buen momento para volver a cargar a la poesía de futuro?

Siempre hemos llevado al poeta así, debajo del brazo o en el bolsillo de la chaqueta. No es solo una forma de la literatura, en los poemas hay una espiritualidad. Las canciones que son poemas sobre música tienen algo intangible, no son un arte visual, sino que tienes que aportar tu imaginación a lo que se está oyendo y pintar la escena o la pelicula de lo que está sonando. Ese es nuestro vínculo con el poeta. Siempre ha venido con nosotros. Lo que ocurre es que los tiempos en que nos hemos movido, mejor dicho, la parte mediática de esta profesión no ha primado que el público se acerque a los poetas sino que se acerque a los estribillos, a los artistas estribillistas. Y claro, es una lucha titánica. Si lo que prima es el estribillo que ni siquiera es un refrán sino el juguetito verbal que no pretende nada, pues la lucha es titánica, ya te digo. Tanto Martirio, como otros, como yo, lo sabíamos desde el principio, al igual que conocíamos que el camino no estaba allanado. Pero hemos aprendido a caminar por la vía de servicio o bien a campo abierto, que es una manera de ir por la vida como otra. Hay que llevarlo con alegría.

«Pensábamos que esta generación, educada con la Playstation, no tenía cerebro, que sólo le interesaba el botellón. Esta generación que ha estado rodeada de una televisión basura, pero basura, basura con mayúsculas, una cosa infame… Esta juventud creíamos que ya había sido demolida. Pero vete a Sol… las cosas tan bellas y tan profundas escritas que hay en trozos de papel y de cartón. Para mí es una esperanza de que vamos a otra cosa. Me han quitado 30 años de encima»


Aunque lo deseable, dar la vuelta a la cuestión mediática, se antoja una quimera más que una lucha titánica.

Te voy a decir una cosa que te va a parecer un encaje de bolillos, pero del 15M hasta ahora se ha despertado a otra situación en este país. Pensábamos que esta generación, educada con la Playstation, no tenía cerebro, que sólo le interesaba el botellón. Esta generación que ha estado rodeada de una televisión basura, pero basura, basura con mayúsculas, subrayado con negrita intensa, o sea una cosa infame… Esta juventud creíamos que ya había sido demolida. Pero vete a Sol en Madrid o a la plaza del Palillero en Cádiz o la plaza de Catalunya en Barcelona, las cosas tan bellas y tan profundas escritas que hay en trozos de papel y de cartón. Entonces esto para mí es una esperanza de que vamos a otra cosa. A mí me han quitado 30 años de encima. En estos 30 años de estribillismo y acomodo creíamos que ya estaba todo perdido y no es verdad, afortunadamente.

¿Volveremos a cantar «¡Que viva la Pepa!»?
Deberíamos, deberíamos. Fue el sintoma de toda una época. Una declaración de libertad, independencia y muchas cosas, significaba inconformismo y un nuevo nacionalismo no patriotero sino en defensa del ser humano. Sería precioso que se volviera a ese espíritu. En cualquier caso, no creo en los revivals salvo en los Creedence [referencia al grupo Creedence Clearwater Revival]. Creo que aparecerá una nueva declaración de principios, una nueva declaracion de derechos que ojalá sea pronto. Esto tiene dos, tres semanas, nos come la prisa, soy de los que también piensa que deberían estar haciéndose cosas ya, recogiendo firmas para poner un palo en la rueda de los políticos para que se involucren en el ritmo de la sociedad no en el suyo. Como venimos de muchos años de hastío, ya digo, a mí me come la prisa pero cada cosa a su tiempo. Además, podemos apoyar con una canción o lo que sea pero es su movimiento, su tiempo, su época, y tienen todo el derecho a diseñar el panorama donde quieren vivir. Nosotros podemos arrimar el hombro o discrepar, depende, pero es cosa de ellos.

De «Duna» y «Cuerpo Celeste», tus dos primeros discos, no has incluido ningún tema, ¿qué criterio has seguido para el repertorio de «Sueño»?

El primer criterio de seleccion está basado en lo que casaba mejor con el formato de orquesta clásica, y el segundo era que no faltara ninguna de las opciones sonoras con las que yo me manejo. Hay una que me vincula con el flamenco, hay otra que me vincula con la magrebí-africana, hay otra con el Caribe, otra con Oriente, que no faltaran, al igual que los dos poemas de la Generción del 27 que he musicado, admiro y venero, era fundamental. En ningún caso hemos pensado nos falta una de aquel u otro disco. Tampoco queríamos cantar alguna de las que ya se habían hecho en otros directos, salvo alguna excepción como ‘Para llevarte a vivir’, que merecía una revisión ya que en «Lo que me dice tu boc» estaba con un solo violín.

De entre los artistas para los que has compuesto, ¿quién ha captado mejor tus canciones, Pasión Vega, Martirio, Ana Belén, David Broza…?

Cuando he trabajo para otros me he puesto en sintonía con la sonoridad y las palabras más adecuadas para la persona que lo va a cantar. Cuando escribí para Martirio lo hice pensando en una música adecuada para su sonoridad, para Pasión Vega, que escribí letra y música, buscaba las palabras que mejor resuenan en el contexto de su repertorio. Hay diferentes fórmulas poéticas, las que están más cercanas a la copla tienen su cuadratura, las que están más cercanas a la fusión tienen su cuadratura… Trato de de hacer la ropa a medida, otra cosa es que lo consiga. Al principio no me atrevía, pero una vez que decidí hacerlo me divierte conseguir que parezca una cancion de ellos. De hecho, en el último disco del grupo Glazz, que es la banda de mi hijo, hay un tema que se llama ‘Alehop’, es un homenaje al circo que canta Miguel Ríos y la letra la he escrito yo. Ha sido muy divertido porque como es una canción de Miguel Ríos pues me planteo escribir una letra que sea Miguel Ríos. Es un estimulo interesante. A veces me piden algo muy Ruibal, pero si no me especifican me gusta hacer ese guiño. Esa es la idea.

Y siendo compositor para otros, ¿quién te gustaría que compusiera para ti, con quién te gustaría compartir un momento musical?
Uy, una de las cosas que me gustaría, otro «sueño», es hacer algo con Paco de Lucía. Alguna suite de esas que compone tan maravillosas, tan flamencas y tan universales al mismo tiempo, ponerle algo de texto y cantar, claro, por una cosa que apunto ahora, cuando yo sentí que mi música debia vincularse a mi cultura es cuando le escuché a él y a Camarón. Hasta ese momento yo había escuchado mucha música anglosajona, cantautores… Pero no había encontrado el vínculo entre el flamenco, la música andaluza y lo que yo pudiera hacer. Así que los dos, pero sobre todo Paco, porque tiene una profundidad musical mayor que la de Camarón, que era maravilloso cantando, podía con todo, pero el sentido más profundo lo tenía Paco.

Salvando distancias, es lo mismo que les ha podido pasar a Kiko Veneno, Raimundo Amador…
A Raimundo le pasó lo mismo, a Kiko le pasó lo mismo, cada uno ha ido buscando como vincularse a un hecho cultural que es la música andaluza y flamenca, sin perder su personalidad ni su sentido lúdico. Veneno era muy Zappa, en esa onda, cómo se hace, pues ha salido un Zappa a la andaluza. Raimundo es un Hendrix a lo andaluz, es el guitarrista que quería ser pero a lo andaluz, teniendo mucha vinculación. En eso, Paco y Camarón han sido piedra angular de todo lo que ha venido despues. Martirio, igual, o sea que todos hemos sido tocados por la varita mágica de ellos. Entonces, claro, hacer algo con él me encantaría.

Otra influencia más clásica pero siempre actual, ilustre y gaditana en «Sueño» viene de Falla.

Lo he escuchado mucho y me encanta, me entusiasma, lo que pasa es que no es coetáneo mío como Paco. López de Guereña hacía mucho énfasis en eso, «tú no te das cuenta hasta que punto en tu música resuenan Falla y Turina», me decía, y ahora con esta instrumentación sale enseguida. El principio de la modernidad está en esos años que van de finales del XIX a principios del XX. Es el primer internet, haciendo un paralelismo idiota. Se concatenan, encuentran y ponen en común sus ideas, músicos, literatos, dramaturgos, muchas disciplinas artísticas. Es en esa época cuando hay un resurgir de las artes. Satie tiene que ver con Falla y al revés. Y Satie y Picasso anduvieron juntos haciendo cosas.

También Falla y Lorca compartieron momentos.
Hubo todo un mundo especialísimo que luego por el contexto de la guerra civil y el golpe de estado franquista se va a tomar por saco, pero que si nos hubieran dejado ser normales seríamos un país muy decente.

Volviendo a esos encuentros artísticos y musicales vuelves sobre Satie.
La música de Satie es muy francesa pero ‘Gnossienne’ es totalmente oriental e incluso andaluz-arabizante, ahí se introduce una confusión que es mi terreno, están todas esas sonoridades pero ninguna impera sobre la otra. Se puede hacer una cancion como ‘Por malo que sea el ron’ y después cantar a Satie, y no pasa absolutamente nada.

Una última cuestión, será complicado pero, ¿cuándo podremos ver una gira de «Sueño», y si hay posibilidad de llevarla por América?
Esto tiene una ventaja, este formato no caduca, siento que si se puede hacer, se hará. Queremos venir a Madrid, Granada y Sevilla como segunda parte de este ciclo. Hicimos Córdoba, Cádiz y Puerto de Santa María en su primer tramo. En cuanto a América, estoy en relación con Puerto Rico y la Orquesta Joven de su Universidad, es viable hacerlo y para mí sería una gran satisfacción.


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