“Inercia. El párpado del puercoespín (Homenaje a Lagartija Nick)”

Autor:

DISCOS


“Un acertado homenaje a una de las bandas más importantes que han surgido en nuestro país”

 

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“Inercia. El párpado del puercoespín (Homenaje a Lagartija Nick)
Varios autores
LUNAR DISCOS

 

Texto: RAÚL TAMARIT.

 

Intentar comprender el mundo de Lagartija Nick puede ser todo un reto no exento de complejidad. Lo cierto es que todo un universo gira en torno a los granadinos. Desde que irrumpieron en el panorama musical a principios de los noventa, justo cuando Antonio Arias abandonaba definitivamente 091, siempre han mostrado cierto desasosiego en cuanto sus planteamientos musicales parecían mínimamente asentados, virando musicalmente a la mínima ocasión. Han rechazado siempre cualquier forma estándar de planteamiento sonoro, llevando esto en ocasiones al extremo más peligroso, tensando la cuerda hasta el punto de ser prácticamente irreconocible su discurso inicial. Solo hay que oír la etapa más oscura, cuando Trent Reznor de Nine Inch Nails formaba parte de la dieta sonora de Antonio. En cualquier caso, no es esa la etapa que aquí se reivindica.

Unos cuantos años antes del aclamado “Omega” (aclamado ahora, claro, solo hay que revisitar las crónicas de la época) junto al malogrado cantaor Enrique Morente, Lagartija Nick ya marcaron su territorio con una obra tan conceptual en las formas como abierta en el discurso poético y sonoro, alejado de la concepción que se tenía del rock, e incluso si me apuran del punk, tal y como lo habíamos ido asimilando. A todas luces, y con la perspectiva que da el tiempo, “Inercia” supuso el inicio de una era musical en nuestro país. Una apertura en la que las guitarras cobraban importancia sobre unas formas excesivamente amables de desarrollar rock a gran escala. Sí, es cierto que si hablamos de grupos bisagra entre el rock de los ochenta y el indie de los noventa: Surfin’ Bichos, Los Enemigos, Los Bichos, Cancer Moon, Doctor Divago… Lagartija Nick gozaban de una impronta marcada por la alternancia noise, el post punk y el punk suicida del 77. Todo ello con el presupuesto de una multinacional, Sony, al servicio de la banda, coincidiendo con el lanzamiento a gran escala del “Nevermind” de Nirvana. Dudo mucho que los de Granada lo tuvieran en cuenta, pero tal vez los gestores discográficos quisieron apuntarse el tanto. Aún recuerdo escuchar “Nuevo Harlem” en los 40 Principales.

El caso es que desde Lunar Discos han querido recrear cada una de las canciones que componían “Inercia” con una serie de grupos actuales, de distinta procedencia y mayor o menor popularidad. Una amalgama de bandas que han sabido desmarcarse del legado original del álbum para ofrecer su particular versión. Algo difícil si tenemos en cuenta que las canciones estaban bien delimitadas en cuanto a desarrollos, y es que poco más se hubiera podido hacer ante la imposibilidad de trabajarlas sobre el terreno en el que estaban concebidas. Hubiera sido un suicidio querer plasmar lo que había en el álbum. Es por esto que encontramos de todo, y con gran notoriedad. Desde El imperio del Perro con ‘Nuevo Harlem’, Triángulo de Amor Bizarro en ‘Esa extraña inercia’, eliminando la hiperactividad extrema para conseguir mantener la tensión o Trèpat recreándose en ‘Satélite’ con reminiscencias de trip-hop. Más difícil lo han tenido León Benavente para mantener arriba sin que decaiga ‘Solo Amnesia’, salvando positivamente el envite para reinventar el riff y adentrase al mismo tiempo en un mundo paralelo heredero de New Order, mientras que Del Bosque se meten en la piel de Ron Asheton de The Stooges (Transfiguración (Mis 5 sentidos)). Amaral, presentes en la compilación, no es la primera vez que reivindican el legado de Lagartija Nick, ya sonaba una versión acústica de ‘Universal’ en el Diario Pop de Radio 3 incluida en su lejana primera maqueta.

Blam de Lam (‘Algo sucio, Algo eléctrico’), Error 6 (‘Rock ‘n’ Roll Zine’), Perro (‘Porno-Stereo’), Midi Puro (‘Eclipse’) y Niños Mutantes (‘Cara B’) completan este acertado homenaje a una de las bandas más importantes que han surgido en nuestro país. Es de agradecer de vez en cuando discos así, necesarios para refrescar la memoria de lo que hemos tenido, y tenemos: Lagartija Nick siguen activos y publicando sobresalientes álbumes. Y por otro lado, si sirve para que las nuevas generaciones estiren de la cuerda un poquito, el éxito está conseguido.

Anterior crítica de discos: “Sidelong”, de Sarah Shook & The Disarmers.

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