“Hollywoodland”, de Thomas Group

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DISCOS

“Si lo que les interesa es el pop bien hecho y la Norteamérica de los años sesenta, este disco se va a convertir en una de sus piezas más preciadas”

 

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Thomas Group
“Hollywoodland”
HANKY PANKY RECORDS

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Si alguien no supiera cuál es la procedencia y la época de los cinco componentes de Thomas Group, solo con escuchar la primera canción de esta antología, aparte de relamerse, los ubicaría a la perfección: California, años 60. Pleno. Y en las veintisiete restantes también vería la evolución canónica de todo lo que se hizo en la costa oeste de los Estados Unidos  desde 1966 hasta 1969.

Cierto es. Con apenas ocho singles, el grupo representa un jugoso reducto de pop soleado y nítido. Adolescentes aún, fundados en los pasillos de su instituto de Beberly Hills y olvidados durante años supieron asimilar muchos más colores que los del surf y los Beach Boys que por origen se les hubiera supuesto. El sello Dunhill, en el que por aquel entonces triunfaban The Mama’s and The Papa’s, ve en ellos posibilidades y les pone bajo la protección de P.F. Sloan. Y P.F. Sloan, productor de Jan and Dean y artífice de maravillas como el ‘Eve of destruction’, son palabras mayores. Él les da ese punto justo entre el surf más almibarado y el folk de tono eléctrico.

Su single de debut, ‘Penny arcade’, contenía buenas dosis de coros y armonías que hubieran hecho las delicias de Brian Wilson. Pero había mucho más. Ternura sunshine en ‘Ordinary girl’ o ‘Is happy this way’, estructuras a lo Beatles en ‘I’ve got no more to say’, un lógico tono high school para ‘Then it begins’ y hasta evocaciones de cabaret en ‘Raindrops, raindrops’. La más resultona es ‘Autumn’, que incluso aporta leves toques psicodélicos cercanos a los Byrds que desarrollaran más adelante. Todo esto en las grabaciones oficiales, de las que aquí se ofrece también la mezcla en mono.

Pero es que el disco aún se completa con más de una docena de grabaciones inéditas que apuntan por donde seguían los pasos del grupo. Más poder en las guitarras en ‘Woman of seven sins’ o en la rockera ‘Capricorn colors’, pop épico a lo Gene Pitney en ‘Someone’ y hasta entradas en la psicodelia igual que sus paisanos de Jefferson Airplane como muestra ‘New people’. Buenos caminos que lograron manejar con soltura, pero que no trascendieron. Y todo ello con amplio libreto, que hace que uno se tenga que quitar el sombrero ante los vascos de Hanky Panky Records que se están jugando la piel en recuperar esta y otras sublimes maravillas de tiempos lejanos. Si lo que les interesa en música es el pop bien hecho y la Norteamérica de los años sesenta, este disco se va a convertir en una de sus piezas más preciadas.

Anterior crítica de discos: “Video rock”, de Skizophonic.

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