Grupo de Expertos Solynieve: Disparos de mala follá

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«Se relacionó mucho nuestro primer disco con la indolencia. No fomentamos la vagancia física, intelectual ni moral. Ahora mostramos de forma clara un posicionamiento. No hay manifiestos políticos. Explicitamos lo que en el anterior álbum estaba más oculto»

 

Los granadinos Grupo de Expertos Solynieve, una de las sombras de Los Planetas, publican (seis años después del primero) su segundo disco “El eje de la Tierra”. Eduardo Tébar habla con ellos.

 

 

Texto: EDUARDO TÉBAR [@edutebar].
Fotos: MARIETTA ARCO.

 

 

Granadinos militantes y guadianescos. Las sombras existenciales de Los Planetas tienen su reverso en Grupo de Expertos Solynieve, proyecto solaz liderado desde 2005 por J y Manu Ferrón. Adscritos a la filosofía del ‘Volando voy’, por fin publican su esperadísimo segundo largo. “El eje de la Tierra” aparece autoeditado a través del sello El Ejército Rojo. La espera se debe a las apreturas de las agendas de los músicos, que además se reparten tareas en las formaciones de Lagartija Nick, Lori Meyers y José Ignacio Lapido. Aquí, atención, no se habla tanto del mediodía ni de la verbena de vivir. La coyuntura económica no es la misma que cuando debutaron con “Alegato meridional” (2006). Corren tiempos de confusión y desencanto. De manera notable, la protesta se acentúa en las letras de Ferrón –filólogo en activo–, cuyas composiciones cobran mayor protagonismo en este trabajo.

Nuevos pobres que hace dos días eran nuevos ricos. Parece un material literario jugoso.
Ya no lo considero una exageración. Es exactamente lo que está pasando. Me tengo que remitir a la letra, autocitarme y decir que no sé si me parece más triste, más absurdo o más ridículo. Es algo que no debería haber pasado, que todos contábamos con que podía pasar y que hemos permitido que pase.

Nos pasamos el día teorizando sobre la crisis, pero, como dicen aquí, «tanta polla pa’ná».
De eso hablo en la canción ‘Merienda de negro’. Es el tema que se posiciona con más fuerza en contra de las actitudes que no me gustan. Está desapareciendo todo lo que debería ser conservado. La gente responde con pasividad: dicen que no están de acuerdo, pero no hacen nada para remediarlo. No puedo soportar ese tipo de actitudes, las indecisiones absurdas ante aspectos fundamentales. Me quejo desde el humor y desde la mala follá. Es la canción del disco que más rabia contiene.

Entonces, ¿la ironía como armadura?
Se relacionó mucho nuestro primer disco con la indolencia. No fomentamos la vagancia física, intelectual ni moral. Ahora mostramos de forma clara un posicionamiento. No hay manifiestos políticos. Explicitamos lo que en el anterior álbum estaba más oculto. Considero que el humor es fundamental en el arte y en la vida. Se puede filtrar en el sarcasmo en dosis justas.

Por eso, “El eje de la Tierra” es como la noche de “Alegato meridional”.
Es cierto que las letras van por otra parte. Los lugares comunes del disco son otros. Es posible que sí, que sea más nocturno. Es una reacción a la evolución del mundo. No una reacción panfletaria, pero sí contestataria ante lo que no nos gusta y contra los que no nos gustan. Señalamos de una manera velada quiénes no nos gustan.

A veces, la crítica mordaz se presta a divertidos juegos de interpretación. Como en ‘Perros muertos’.
Viene de la famosa frase sobre “El perro del hortelano”, que ni come ni deja comer. Es lo que está sucediendo. Hay personas con un montón de ganas de trabajar y mejorar cosas, pero no pueden actuar porque hay otros que no hacen nada y que les impiden el paso. Lo que planteo es que las respuestas a los problemas han estado ahí toda la vida. Los problemas son los mismos y las soluciones son las mismas. Le hemos dado una vueltecita al dicho popular y nos lo hemos traído a nuestro terreno, contextualizándolo en el momento actual. También queremos aportar un rayo de luz. Esta canción tiene bastante ironía. Es una historia de buenos y malos, pero no se sabe quién es quién.

¿Hasta qué punto es Grupo de Expertos una banda bicéfala?
No hay reparto de papeles. Las canciones van apareciendo. En este caso, el hecho de que haya más presencia de composiciones mías se debe a que él ha estado muy centrado en Los Planetas estos años. Pero no hay planificación. Los dos hacemos canciones. Los dos las llevamos al ensayo. Luego, algunas salen y otras no. La composición en sentido estricto es cosa de J y yo. El problema es que, cuando muestras una canción en el local de ensayo, se transforma y se hace del grupo. De alguna manera, es inevitable que músicos tan experimentados y con tan buen gusto aporten sus ideas. Nos ponemos a tocar y seguimos el camino más adecuado.

El lanzamiento casi se solapa con el de Los Evangelistas. Desde fuera se percibe cierta convulsión de ideas.
Creo que hay momentos en los que es necesaria la acción. Nosotros nos manejamos con la música y no se puede estar callado. Pienso que se está demostrando, y no solo por estos discos que comentamos. Hay un movimiento general de gente con una necesidad de expresar cosas tremendas. Quizá todos a la vez y de forma un poco desordenada, pero es necesario. Por una parte, vivimos el momento de homenajear grandes pérdidas y legados artísticos, como hacen Los Evangelistas. Por otra, la reacción ante la coyuntura social que sufrimos. No, no se puede estar callado. Y además existe esta energía irrefrenable de Granada, que contribuye a que haya tanta actividad.

Ya, pero los Expertos habéis necesitado seis años para sacar otro álbum.
Te puedes imaginar. Los integrantes tienen otros grupos de trayectorias sobradamente conocidas. Compaginarlo resulta muy difícil. Cuando no hay una grabación de Los Planetas, sale otra de Lagartija Nick o de Lori Meyers. No queremos forzar los encuentros de Expertos. Reivindicamos cierta calma, cierta manera de hacer las cosas. No nos supeditamos a los típicos plazos de sacar un disco cada año y medio. Tiene que ser cuando surja, cuando haya una confluencia de energía positiva y que todos tengamos algo que decir a la vez. Ahora ha ocurrido. De todas formas, el EP casi funcionó como un álbum. En concreto, ‘La reina de Inglaterra’ tuvo muchísima difusión. Hicimos muchos conciertos en esa época, en 2008. Luego vinieron dos años de parón. No se podía forzar nada. Este grupo no admite prisas.

«Suelo decir que lo que más me gustan son las palabras. En ese sentido, la dimensión literaria de la música me parece potentísima. Las canciones que más me han gustado en mi vida son las que han repetido un estribillo que me emociona»

 

¿En qué posición te deja la hiperactividad de tus compañeros?
En definitiva, se trata de la puesta en práctica de una faceta que antes era absolutamente privada. De la guitarrita y la habitación he pasado a publicar discos y hacer conciertos. Y a recibir atención, que es algo muy extraño para una persona que no está acostumbrada a exhibir sus creaciones artísticas, si es posible calificarlas así. En resumen, mi actividad ha estado centrada en Grupo de Expertos, si bien es cierto que ahora he recibido la propuesta de hacer cosas por mi cuenta. Tiene sentido ante las dilatadas esperas que supone pertenecer a Grupo de Expertos cuando no figuras en otra formación. Pues sí, me he lanzado a componer. A ritmo lento y con muy pocas pretensiones. De esto ya hablaremos después de la gira de los Expertos.

¿Te sorprendió el anuncio de Acuarela?
Se anunció cuando todo estaba en pañales, pero me ayudó a lanzarme. De momento es un proyecto que está por definir. Agradezco que la gente de Acuarela piense en mí. Es un sello que para mí significa mucho y me lo proponen sin haber escuchado nada mío más allá de los Expertos. Han insistido y no me puedo negar. Durante mucho tiempo di largas por inseguridad. No tengo mucho más allá que contar. Las canciones serán de la misma forma porque no sé hacerlas de otra manera. Me imagino que habrá variaciones en la instrumentación y en la confección del disco. Será algo más pequeño, más íntimo. Acuarela ha empezado tantas cosas, ha sobrevivido a tantas cosas. Han sido suicidas. Se la han jugado por músicos que admiro un montón. Sr. Chinarro, Matt Elliott, The Clientele… Acuarela significa la independencia, cierto compromiso artístico y el gusto por hacer las cosas de una forma determinada. Además, tienen una fuerte vinculación con la literatura. Para mí, ningún sello representa mejor un principio que Acuarela. Estoy muy ilusionado. Espero que después del verano haya algo.

¿Y cómo lo llevas?
Estoy en ello. Soy muy inseguro y por eso dilato mucho los procesos. Pero ya hay cosas compuestas que entrarán seguro.

Hablando de libros, tú eres el enganche con ese mundo en Grupo de Expertos.
Bueno, estudié Filología Hispánica. La vinculación con los libros me resulta natural. Siempre he sido muy lector de libros y de cómics. Suelo decir que lo que más me gustan son las palabras. En ese sentido, la dimensión literaria de la música me parece potentísima. Las canciones que más me han gustado en mi vida son las que han repetido un estribillo que me emociona. La expresión de un artista capaz de conjugar música y letra me parece perfecta. Por eso me apasiona la música. Me imagino que igual que a ti, ¿no? Hay una capacidad de transmisión de mundos complejos que me parece fascinante. Los Expertos pasamos por alto la ortodoxia gramatical del habla. Me atrae el hecho de reflejar la jerga de Granada. Si estoy yo en el proyecto, tiene que aparecer eso. Por otro lado, J es un escritor excelente.

Una jerga que ya expresabais en las primeras actuaciones, camuflados bajo los alteregos de dos centrales leñeros históricos del Granada CF: Montero Castillo y Aguirre Suárez. Eso es una defensa de lo local.
Nadie nos lo había formulado así, pero era lo que pretendíamos. Hemos hecho un poco de bandera como granadinos militantes. La fortaleza defensiva es un rasgo esencial del Granada desde siempre.

Con intención o no, ‘La Nueva Reconquista de Graná’ apunta a secuela del ‘Vuelvo a Granada’ de Miguel Ríos.
Es una llamada al hecho de regresar. La tierra es una materia literaria fundamental para nosotros. La conocemos bien, nos sirve para concretar ideas más universales.

En el repertorio saludáis a los Byrds, a Vainica Doble, a Silvio, a Battiato. ¿Mantenéis la premisa de integrar las culturas sureñas?
Creo que las influencias están mucho menos patentes en este disco. Se ha filtrado lo que en anterior trabajo era más evidente. Hemos definido el sonido del grupo. No obstante, las influencias son las mismas y estarán ahí siempre. Es posible que en el directo afloren más. El aire country-folk nos sigue interesando. Para mí es esencial. También las referencias más explícitas a los Byrds y a Gram Parsons. Ahora salen de una manera más natural. Es el sustrato de este grupo, lo que tenemos en común.

El ‘Blues chillando en un cubo’ de Kevin Ayers es un himno en el Ruido Rosa, vuestro garito germen en Granada.
Es una adaptación de J. Un día apareció, la planteó y todos nos entusiasmamos. A todos nos encantaba y nos parecía una buena idea. De repente, se desató la devoción de todo el mundo por Kevin Ayers. A partir de la versión de Grupo de Expertos, se ha convertido en una canción omnipresente en el bar, de lo cual me alegro un montón.

En cambio, desconcierta la gravedad mística de ‘Tú, misionero de Dios’, con la que cerráis.
Va en la línea de trabajo que mantiene J desde hace tiempo: la indagación de las raíces del flamenco y, partiendo de composiciones populares, introducir su sello. Se trata de conjugar lo antiguo y lo nuevo. Esta canción podría haber encajado en Los Planetas, pero nosotros nos sentimos muy cómodos. No deja de ser una canción de amor con un componente místico. Tiene un sonido distinto. Nos la hemos traído al terreno de Grupo de Expertos. Me gusta como cierre para el disco.

Precisamente, J me comentaba ayer que algo tendrá una letra cuando lleva trescientos años viva.
¿Y por qué no incidir sobre ello? Las versiones y las adaptaciones tienen muy mala prensa. Mucha gente piensa que, si la composición ya está hecha, hay que crear más canciones. Yo no entiendo por qué. Creo que hay que conjugar, mantener el verso bueno de la estrofa anterior y hacer otra estrofa con versos buenos. Soy muy partidario de esta política. Nos viene como anillo al dedo.

El sonido amplía capas con la incorporación de Raúl Bernal, teclista de Lapido.
Le otorga un carácter distintivo a este disco respecto al primero. Es una suerte contar con un músico tan curtido, con tan buen gusto y tan diestro. Le da mucha fuerza al directo, es un colchón muy potente y con muchísima clase. Llegó al proyecto por la confluencia de la noche, los bares, los gustos comunes. Y por nuestra necesidad de consolidar el sonido. Pensamos mucho en las formaciones clásicas de los setenta. Ya habíamos recurrido alguna vez a sintes y teclados. En el EP probamos arreglos de metales. Pero no sonaba natural. El ingrediente que faltaba era un teclista. A Raúl lo teníamos muy cerca. Y es una alegría, aunque ahora se complica más la organización interna de la banda.

¿Te ves poniendo orden en plan jefe?
Solo sé que aquí tengo más presencia a nivel compositivo, pero, sobre todo, a nivel interpretativo. Canto más. Mi voz se oye en más canciones. Creo que es la consecuencia lógica. Al principio era mucho más tímido. Una vez que me encuentro bien en el medio y respaldado por el grupo, y el grupo por su parte adquiere una compenetración, se pierden muchos miedos y complejos. Te lanzas. Es como un veneno: aparece la necesidad de hacerlo. ¿Quién va a estropear mejor que yo mis canciones? A pesar de mi protagonismo, sigue siendo un disco muy Expertos.

¿Y acabaremos tan desangelados como las ilustraciones de Daniel D’Ors?
Una vez más, Daniel D’Ors ha conseguido sintetizar el espíritu del disco en imágenes. Muestra un mundo que no se sabe si es postapocalíptico o prehistórico, pero en el que no hay presencia del ser humano.

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