Glenn Frey y los Eagles: Una historia de luces y sombras

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“Probablemente estemos ante una de las bandas más salvajes de la historia y muy pocos son conscientes de ello. No hay más que visionar el excelso documental ‘History of the Eagles’ para darse cuenta que no era oro todo lo que relucía”

 

La muerte de Glenn Frey, fundador de los Eagles, lleva a Eduardo Izquierdo a escribir sobre las canciones con las que iluminó el rock y el country, pero también sobre los pasajes más sombríos de su historia.

 

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

 

 

Se fue Glenn Frey. Otro más, pensarán muchos. Y no les falta razón. El rock and roll, tal y como lo conocíamos, está muriendo. Pero literalmente. Por eso que llaman “ley de vida”. Y es que los grandes ídolos de la infancia de algunos van cumpliendo años, y enfermedades, consecuencias de la mala vida o directamente el peso de la edad se los está llevando. Sin aparente relevo, al menos en cuanto a mitificación. Y ahí está lo sangrante.

 

Los obituarios se agolpan para una de las cabezas visibles de una banda injustamente tratada. Sí, porque los Eagles parecían el paradigma del grupito ‘teen’ para aquellos que querían ir de malotes sin serlo. Y muchos les criticaron por ello. Quizá por su estilo, parapetado en esas voces cristalinas a día de hoy todavía insuperables. O por el ¿buen? trabajo de su equipo de marketing, que ocultaba sus excesos. Que los hubo, y muchos. Probablemente estemos ante una de las bandas más salvajes de la historia y muy pocos son conscientes de ello. No hay más que visionar el excelso documental “History of the Eagles” para darse cuenta que no era oro todo lo que relucía. Y ahí estaba Glenn. Con cara de bueno. Nacido en Detroit y con The Beatles como punto de referencia para su formación musical. Un visionario que supo ver que un jovencísimo Jackson Browne, que vivía en su mismo edificio, tenía una espléndida tonada llamada ‘Take it easy’ que acabaron de escribir juntos para, en su propia voz, convertirla en la canción que sacó del nido a las águilas.

 

 

Y a partir de ahí, a volar alto, si se me permite el facilón juego de palabras. Frey formaba con Don Henley el núcleo duro de los Eagles, en cuanto a toma de decisiones y también en cuanto a composición. Su nombre aparece en los créditos de canciones tan eternas como ‘Tequila sunrise’, ‘Desperado’, ‘On the border’, ‘Visions’, ‘New kid in town’ o la eterna ‘Hotel California’, cuya sobreexposición mediática ha calado en algunos llevados hacia una injusta visión negativa, pero que sigue siendo a todas luces una de esas canciones definitivas que solo aparecen cada cierto tiempo.

 

Estaba cantado. Glenn Frey llevaba tiempo enfermo, muy enfermo. Neumonía. Colitis ulcerosa. Artritis reumatoide. Demasiado para un tipo de 67 años que acaba de dejarnos con un legado, eso sí, a la altura de muy pocos.

 

 

 

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