Gigantes y molinos: Slim Gaillard, el idioma de un genio

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“Si triunfas a tope y tu hija se casa con Marvin Gaye y unas décadas más tarde hay que explicarle al mundo quién eres y por qué vales tanto… es que la vida es demasiado dura”

 

Una vida de película no filmada: la de un músico cubano, o tal vez estadounidense, que fue pianista, guitarrista, cantante, vibrafonista, compositor, humorista y actor de éxito, además de suegro de Marvin Gaye, como recoge en su columna Sergio Makaroff.

 

 

Una sección de SERGIO MAKAROFF.

 

 

Algunos biógrafos afirman que nació en 1911 en Cuba, de padre griego y madre afrocubana, mientras otros apuntan que habría nacido en Florida, de padre alemán y madre afroamericana.
Y hay más versiones…

A los doce años acompañó a su padre en un crucero por el Mediterráneo y se quedó abandonado por accidente en la isla de Creta.

Cuenta la leyenda que trabajó en lo que pudo y logró volver por sus propios medios a los Estados Unidos.

Todo en la vida de este fuera de serie es de película… y sin embargo esa película todavía no se filmó: voy dando ideas.

Si eres un pianista, guitarrista, cantante, vibrafonista, compositor, humorista y actor de enorme éxito en tu época y tienes una personalidad tan arrolladora y carismática que te inventas un idioma que se pone de moda y la gente más cool lo habla para ser, justamente, cool…

Si triunfas a tope y tu hija se casa con Marvin Gaye y unas décadas más tarde hay que explicarle al mundo quién eres y por qué vales tanto… es que la vida es demasiado dura.

Échale un vistazo a este vídeo de Youtube:

Se crió en Detroit y mientras aprendía a dominar diversos instrumentos trabajó de matarife, enterrador y obrero de Ford Motors.

A los veintipocos ya era un profesional del espectáculo que cosechaba aplausos con el dúo Slim & Slam.

Trabajó en el cine y compartió escenarios con la creme de la creme del jazz como Dizzie Gillespie y Charlie Parker.

Al igual que los Hermanos Marx, Slim Gaillard fue un músico descollante que puso su enorme talento al servicio del humor.

¿Será porque él mismo no se tomaba muy en serio que la posteridad le ha dado esquinazo?

Mientras meditas sobre la cuestión mírale partir la pana con su trío:

Lo cual nos lleva a lo más alucinante: su idioma particular, tan absurdo como contagioso y muy popular en su época.

Consiste en ciertas terminaciones repetitivas, imitaciones esperpénticas de verdaderos idiomas y una serie de definiciones caprichosas… todo un alarde de “aquí estoy yo tan ricamente con mi propio lenguaje, y qué pasa” que tuvo un eco apabullante en su tiempo y que aún hoy se sigue usando: Conan O’Brien lo utiliza de vez en cuando, sin ir más lejos.

Slim intervino en series de televisión, largometrajes y espectáculos de music hall; compuso canciones y derrochó su maestría y buen humor hasta su muerte en 1991.

Recordémosle con una sonrisa y un vídeo de despedida (atención a su delicioso falso español):

P.D.: Me compré este cofre con cuatro álbumes y 102 canciones por unos 10 euros; haz números.

 

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Anterior entrega de Gigantes y molinos: Ron Sexsmith, como su nombre indica.

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