“Frecuencias”, de Ataque de Caspa

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DISCOS

“Varios espectros, pues, desde una cierta melancolía que tiñe ‘Virtual’ hasta un espíritu de explosión juvenil que estalla en ‘Tostadas’”

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Ataque de Caspa
«Frecuencias»
LEMURIA

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

El de Ataque de Caspa es un caso singular. No lo fueron así sus inicios: un grupo de amigos del colegio fascinados ante la explosión de los primeros 80 que deciden formar un grupo. Muy amigos de Joaquín de Los Nikis, que les ayuda y les lleva durante su temporada de mayor éxito de teloneros. Sin embargo, con una maqueta grabada y sin respuesta de ninguna discográfica, fueron desmotivándose poco a poco y dedicándose a sus carreras universitarias. Nada nuevo, tampoco.

Lo excepcional es que se reactivaran hace ocho años. Los Punsetes solían interpretar una de sus canciones, ‘Viaje a Egipto’ en su gira de 2010, y ello hace que Ataque de Caspa se reactive, vuelvan a tocar en privado y se edite un vinilo con aquella primera maqueta. Es más, en 2014 graban “Sol”, todo un señor elepé plagado de melodías luminosas tal como indica su título.

Y como si fuera un grupo joven —sus temas sí lo son—, se asientan con este segundo elepé: “Frecuencias”. Unas canciones que siguen teniendo ese tono levemente oscuro, esa rugosidad en las guitarras y esa voz femenina dulce que los emparentan con Los Punsetes. Pero esto será ya bien entrado el elepé, porque los primeros dos cortes gustarán más a los seguidores del Donosti Sound que a los de Los Punsetes, en el caso de que no sean los mismos. ‘Sistema solar’ y ‘Espejos’ abren el disco con pop en estado puro: un bajo juguetón, órganos que pintan colores, zona de confort para melodías adictivas.

De hecho, si siguen componiendo como cuentan que lo hacían en los 80 (la línea de bajo es lo primero, y sobre ella se añaden capas), la canción será lo que quiera su bajista, Nacho Biosca, que convierte ‘Frecuencia’ en un remedo a Décima Víctima —también lo es ‘Para’— con lo básico, los mínimos elementos. ‘Dos palabras’, sin embargo, tira por las alegrías de Las Chinas o de Nosoträsh.

A medida que avanza, el disco se va llenando de músculo y cuerpo, el riff contagioso de ‘Relojes’, las guitarras rugosas y con nervio, azogadas, de ‘Todos los días’… Varios espectros, pues, desde una cierta melancolía que tiñe ‘Virtual’ hasta un espíritu de explosión juvenil que estalla en ‘Tostadas’. “Frecuencias” es el disco que ha de comprar el que desee atesorar el pop más fresco de este país.

Anterior crítica de discos: “Let’s go wild!”, de Kurt Baker Combo.

 

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