Fernando Alfaro: Orquestas marcianas y ritmos latinos

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«Aunque utilizo la ficción, siempre aprovecho para contar la verdad, y en este disco hay ficción, pero también mucha realidad, sentimientos verídicos. Creo que para hacer una canción de amor tienes que estar enamorado»

Cuatro años después de “Carnevisión”, el músico albaceteño regresa desde Barcelona, con “La vida es extraña y rara”, un álbum a su nombre que ha producido el inquieto Raül Fernández (Refree).


Texto: EDUARDO GUILLOT.


Desde 2007, en que publicó “Carnevisión” junto a Los Alienistas, no había noticias de Fernando Alfaro, uno de los grandes talentos del pop español desde los tiempos en que se puso al frente de los míticos Surfin’ Bichos. Ahora vuelve con “La vida es extraña y rara”, un disco que parece abrir una nueva etapa en su trayectoria.

Desde 2007, has pasado por una época de grandes cambios: afectivo, de residencia, de sello discográfico… ¿Todo ese trajín impide centrarse en hacer un disco o, por el contrario, te estimula?

Me podría afectar si hacer un disco fuese un proceso parecido al de escribir una novela, que imagino necesita de cierta estabilidad y disciplina de trabajo. En ciertas épocas de mi vida, he tenido esa especie de disciplina autoimpuesta. Nunca para hacer canciones, pero sí en lo que respecta al trabajo relacionado con la música y la escritura. En este caso, algunas de las canciones han surgido en situaciones alejadas completamente de un entorno de trabajo. Siempre ha sido así, y en este disco, mucho más, hasta el extremo de no necesitar una guitarra o un secuenciador para hacerlas. ¿Te acuerdas de aquella canción de Nacha Pop que decía “Y es que no hay nada mejor que componer sin guitarra ni papel” (se refiere a ‘Una décima de segundo’)? Pues esa metáfora se ha hecho realidad conmigo en este disco, como mínimo en ‘Himno del caminante kamikaze’ y ‘Sin cobertura’, el tema extra del CD. Y en alguno más. Surgieron sin tener a mano una guitarra, en situaciones de lo más accidental, y por eso están construidas sobre la melodía. Esa es la razón de que en este disco tenga tanta preeminencia la melodía. Todo está relacionado.

En 2009 preparaste un espectáculo para Abycine (Festival de Cine de Albacete) titulado “Habitación 237” e inspirado en las películas de Stanley Kubrick. Si no me falla la memoria, allí ya estaban algunas de las canciones de “La vida es extraña y rara”. ¿En qué medida fue un campo de pruebas para el nuevo material?
Precisamente los dos temas que te he comentado ya estaban incluidos en aquel repertorio. Lo llamo así porque, en realidad, lo que hice fue un espectáculo pop al uso, más que una banda sonora con música incidental para un montaje de imágenes de Stanley Kubrick. Ya tenía bastantes canciones de este disco, y aun sabiendo que terminarían grabadas, porque eran dos canciones importantes, decidí incluirlas en “Habitación 237” porque encajaban perfectamente en el ambiente y el espíritu del espectáculo. Cuadraban con la sucesión de imágenes y el guión interno del show. Estaban ligeramente adaptadas a las circunstancias del montaje, pero practicamente ya tenían su forma original y la que han terminado teniendo en el disco.

Entonces elegiste a Kubrick, pero parece que este disco está marcado por otro director de cine, Luis Buñuel. ¿Es así? ¿Te mueves más últimamente entre referencias cinematográficas que musicales?
Kubrick fue propuesta de Abycine. Siempre me habían gustado sus películas y acepté encantado. Buñuel también me gusta mucho, y si “El ángel exterminador” me ha influenciado, lo ha hecho desde hace mucho tiempo. La vi cuando era muy joven y me impresionó. El cine siempre ha tenido presencia en mis canciones. Me pasa como con la literatura, e incluso también con la música. Que mis vivencias en los tres ámbitos son de aficionado, en el sentido de que disfruto de ello, pero no me considero entendido, es puro entretenimiento. Precisando más, en el caso de la música, para mí no tiene nada que ver el hecho de escucharla con el de hacerla. Son cosas distintas. Lo que pasa es que hay una influencia directa entre la música que escucho y la que termino haciendo. ¿Cuándo entran en juego las referencias? En el momento en que me pongo a trabajar sobre una canción de una manera más definitiva: La producción, los arreglos, el tipo de rítmica que va a tener… Pero el puro hecho de hacer la canción es un acto separado. Con el cine me pasa los mismo. Disfruto de ver películas y de leer, y seguro que me influencia. De alguna forma, nos dedicamos a transformar lo que absorbemos. Eso es crear, en mi opinión.

Hemos hablado de cambios, y uno de los que se ha producido, de dominio público, afecta a tu vida sentimental. ¿Por eso hay tantos mensajes de amor en el disco?
Sí, es evidente. Aunque utilizo la ficción, siempre aprovecho para contar la verdad, y en este disco hay ficción, pero también mucha realidad, sentimientos verídicos. Creo que para hacer una canción de amor tienes que estar enamorado. Es cierto que estos cambios en mi vida se notan en el disco, en uno u otro sentido. Es normal. Siempre he intentado dejar parte de mí mismo. Así como te decía que crear, en cierto modo, es interpretar lo ya hecho, falta añadir que es para decir algo nuevo. Y aún diría más: Para dejar algo tuyo en lo que haces. En este caso, un disco. Y para hacerlo, tengo que contar, de alguna forma, aunque sea utilizando historias, lo que me pasa. Y lo que me pasa en los últimos tiempos es lo que has comentado.

Has dicho que llevabas tiempo queriendo trabajar con Raül Fernández (Refree). ¿Por qué?
La mitad del disco está compuesto el último año y medio. Es el resultado de una selección de temas sobre más del doble de los que han quedado al final. Y las canciones me pedían un tipo de producción que, por lo que conozco a Raül, creía que podía funcionar muy bien. Veía que, a nivel técnico y profesional estaba trabajando muy bien en sus últimas producciones. Aunque yo sabía que mi disco no tenía que sonar igual, porque es esencialmente diferente de lo que había hecho. Necesitaba más carne. Por las letras, por la preeminencia de la melodía, donde el apoyo armónico debía funcionar como una especia de orquesta un poco marciana, con una serie de referencias al pop clásico, que sonara muy vintage… Y que estuviera lleno de claroscuros, como los textos. También me pedía que sonara bastante más acústico de lo que había estado haciendo últimamente, pero que a la vez tuviera guitarras eléctricas casi aberrantes. Me pareció que era la persona adecuada y no me equivoqué.

«Aparecen en el álbum sonoridades latinas, diría que hay hasta aproximaciones a la cumbia y el son. Gracias a Radio Futura, todos nos introdujimos un poco en el son. Hay discos de Benny Moré que no hubiera descubierto sin ellos. Hicieron un camino paralelo a los británicos, pero en lugar de ir hacia Jamaica, terminaron en Cuba»

¿Encuentras conexiones con los aires brasileños de Chucho?
Ya en “Hermanos carnales”, el tercer LP de Surfin’ Bichos, estaba ‘Abrazo en un terremoto’. Particularmente, la música brasileña, y desde hace muchísimo tiempo, me tiene secuestrado. El otro día, por ejemplo, me hice con una reedición del disco que grabaron en los estudios MGM de Los Ángeles Elis Regina y Antonio Carlos Jobim, que no lo tenía (“Elis & Tom”, 1974). Creo que es una cumbre de la música popular, y particularmente de la bossa nova. También aparecen en el álbum otro tipo de sonoridades latinas, diría que hay hasta aproximaciones a la cumbia y el son. Gracias a Radio Futura, todos nos introdujimos un poco en el son. Hay discos de Benny Moré que no hubiera descubierto sin ellos. Hicieron un camino paralelo a los británicos, pero en lugar de ir hacia Jamaica, terminaron de forma equivalente en Cuba, descubriendo toda su música. Es algo que termina apareciendo, influenciándote, si es la música que aprecias.

¿Hablamos de cosas como el piano de ‘Camisa hawaiana de fuerza’?
Sí, o del ambiente general y la primera parte de ‘Teléfono de atropellados’. Como decías antes, esta vertiente viene apareciendo en mis discos hace mucho tiempo.

¿El inicio de ‘Los héroes podridos’ está inspirado en el ‘Golden brown’ de Stranglers? Además, hablas de héroes podridos, una idea que se puede asociar a ‘No more heroes’, uno de sus mayores éxitos.
Es un guiño, claramente. Cuando pensamos en el sonido de un clavicordio, la referencia que manejaba era ‘Golden brown’. La hicimos diferente, más aguda, pero sí. Y la idea general de ‘No more heroes’ es igual que la de ‘Héroes podridos’.

En las canciones hay varias correspondencias entre texto y tratamiento sonoro. En ‘El último crooner santo, el último lobo’, por ejemplo, haces referencia a un crooner y el sonido recrea los años cincuenta.
Sí. De hecho, la segunda parte del título se corresponde con los aullidos sonoros de la canción. Quería que en este disco todo estuviera muy claro, aunque también tiene su lado oscuro. Deseaba que, pese a las capas de sonido que se van descubriendo, como siempre, también fuera asumible a la primera escucha. Que todo estuviera más presente y claro, con un mayor juego de contrastes. En esa dirección entra lo que comentas: Una cierta relación descriptiva entre letra y música. En ‘Camisa hawaina de fuerza’ también ocurre. De hecho, en todas las canciones, en mayor o menor medida. Hay una intención muy concreta.

¿Explícame cuál es la de incluir el famoso riff de ‘Tequila’ (popularizada en 1958 por The Champs) en ‘Hijo de perra’?
‘Hijo de perra’ es el tema más antiguo del disco. Desde el principio, mentalmente, tenía claro que esos metales entraban en la canción. Hubo una primera versión que tocábamos en la última época de Chucho. De hecho, empezamos a grabarla, pero no terminamos de concretarla. Entonces, le metíamos un sampler de una versión que creo que era de Pérez Prado, y que también encajaba perfectamente. En este caso, lo hicimos con trompetas reales y funciona muy bien, porque no te estás dando cuenta de que es la misma base armónica de ‘Tequila’, la canción suena a Fernando Alfaro de toda la vida, y cuando entra descoloca bastante, en el buen sentido.

¿Cómo ves “Carnevisión”, el disco con Los Alienistas desde la distancia que otorga el tiempo?
En este nuevo disco, “Hermanos carnales” o “Tejido de felicidad”, consigo que a la primera escucha se note el carácter del disco. Otros, como “Carnevisión” o “El amigo de las tormentas”, y quizá “78”, son discos cuya primera escucha está un poco sacrificada por todo lo que tienen por debajo. Hay que darles tiempo. Ese es, para mí, el punto que tiene. Aparte, es un disco mucho más descriptivo que confesional. Lo que en ese momento me tenía un poco secuestrado era hablar sobre la condición humana basándome en capítulos de la historia española reciente. Me despierta muchos sentimientos, pero es un disco más arisco.

Lo editó Los Enanos Gigantes, que parecía el sello perfecto para ti. ¿Por qué abandonarlo por Marxophone, que parece regirse por las mismas coordenadas?
En realidad, Los Enanos Gigantes era una iniciativa muy parecida a Marxophone: Crear un sello discográfico ad hoc, que no era una compañía ni una empresa propiamente dicha, y apoyarme en mi oficina de contratación. Es la misma idea. La única diferencia es la infraestructura, el tamaño y la forma de trabajar. Hice una valoración y me di cuenta de que para poder tirar adelante con ciertas garantías necesitaba un apoyo mayor. I’m An Artist está demostrando que lo es. Lo ha sido para Nacho Vegas y para Refree, y yo ya lo estoy comprobando. No solo a nivel de directo, sino en el apoyo promocional, que es básico.

¿Con qué banda vas a girar? ¿Serán músicos catalanes? ¿Es cierto que te acompañarán Caio Bellveser y el propio Raül Refree?
El único miembro fijo es el batería, Xavi Molero, que es quien ha grabado el disco y con quien ya iba a contar para una serie de conciertos que quería hacer el año pasado en formato muy básico: Batería, guitarra eléctrica y voz. Pero me rompí el brazo y no pudimos hacerlo. Mi idea era trabajar con Caio como bajista y con Raül al piano y guitarra, pero ambos están demasiado ocupados. Caio está con Josh Rouse, con Refree y con Alondra Bentley, así que finalmente voy a tener que buscar otra persona. Y para el caso de Raül, lo mismo. Esatmos hablando, y él mismo me está ayudando a encontrar un músico que le sustituya. No sé hasta qué punto será definitivo. Estamos en ello todavía. Al fin y al cabo, se trata de música, así que no debería ser difícil.

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