Extravagante: Fabio Concato

Autor:

Fabio Concato
Storie di sempre

SAAR, 1977


Una sección de VICENTE FABUEL.


Pocos motivos ha dado por estos pagos el milanés Fabio Concato para que alguien llegue a interesarse por sus intrigantes  canciones. Ni por él ni por muchos de sus colegas, dado esa lamentable rotura de relaciones que con la Italia musical se viene sufriendo desde hace tiempo. Desde 1977, fecha de edición de su deslumbrante disco de debut que hoy se tiene a bien celebrar, a la reciente publicación de Oltre il giardino (doble CD en el que regraba sus favoritas de antaño), ninguno de sus discos ha tenido por aquí el menor eco. No se cree –por otra parte– que el hecho de que en el tan relamido como estéril Viva Italia con el que recientemente Ana Belén homenajea la canción italiana con uno de sus pequeños clásicos, “Canto” (del álbum Fabio Concato, 1982) haya sido de utilidad como para hacer una presentación en regla. Ahí está esperando este italiano doliente y amable, un regalo en exclusiva, pues, para hincarle el diente.

Delatado por el corte que lo abría, “A Dean Martin”, emotivo e irónico homenaje imitando el fraseo vocal del desaparecido crápula, en este inicial Storie di sempre, Concato establecía ya sus propias reglas, y aunque parecía seguir la gran tradición de música norteamericana como una gran mayoría de sus compatriotas, el cantante miraba más a Brasil y a sus fusiones, a la saudade de Chico Buarque, al susurro de la Vanoni, todo ello parapetado siempre tras un leve distanciamiento personal capaz de sobreponerse a los más comunes lugares de la canción sentimental. Una  perfecta dualidad presente en varias perlas del disco, prácticamente clásicas ya desde el primer día: “Misto de poesia”,  “Breve sogno”, “Festa nera”…

Formalmente canción de autor, pero con notables intenciones musicales, entiéndanme, nada que ver con esos discos en que los arreglos parecen convidados de piedra, a Fabio no le falló la cobertura en su debut. Storie di sempre lucía esa rara impresión en discos primerizos en los que el artista ya parece dominar todos los elementos en juego, desde los textos a la producción o los arreglos. Y sin embargo, de Fabio no hay que esperar grandes aspavientos ni mayúsculas, esa cosa hoy tan extravagante de la amabilidad –aunque en grado exquisito– es lo que lo ha definido siempre. Como suele repetir él mismo para ayudar a que lo situemos correctamente, Concato solamente hace canciones de amores discretos, mares y nostalgia.

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