“England’s Dreaming. Los Sex Pistols y el punk-rock”, de Jon Savage

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LIBROS

“Días y días de amena lectura para el interesado y una selección de discos que aunque uno quisiera no lograría escuchar en varias vidas”

 

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Jon Savage
“England’s Dreaming. Los Sex Pistols y el punk-rock”
RESERVOIR BOOKS

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Hace veinticinco años que Jon Savage publicó el mayor y más completo análisis de lo que representó la explosión punk –musical, sociológica, estética– y por fin se ha cubierto el hueco que dejaba y podemos disponer del volumen en castellano, tanto más jugoso en cuanto en la traducción se precisan y añaden datos que han cambiado en estos cinco lustros. Un hueco bastante evidente, puesto que estamos hablando del texto más importante sobre el fenómeno –por lo menos desde la vertiente inglesa– entre decenas y decenas de obras, como prueban a las claras las quince páginas de bibliografía. Para que entiendan el nivel de detalle, los menos de tres años que abarca –es una historia de sus orígenes, no de su evolución– completan más de ochocientas páginas. Casi va día a día.

La apertura –tras una introducción en la que se insiste en el carácter político del movimiento– se centra en Malcom McLaren, verdadero centro, al que focaliza como creador de los Sex Pistols, que en principio iban a ser como The Archies, una banda prefabricada para anunciar y potenciar su tienda Sex. Las ideas artísticas que fue recopilando en las diversas escuelas de arte por donde pasó, mayo del 68 y el situacionismo hicieron germinar en él la idea de revuelta y de pasado. Sobre todo un viaje a América, invitado a presentar las colecciones de su tienda, hizo que conociera a los New York Dolls –también diseñadores– y que asistiera en posteriores viajes a los primeros tiempos del CBGB. Imagen y música ya se plantearon fundidas en su cabeza. De hecho, en los primeros momentos, los punks cultivaban con esmero una elegancia exquisita en el vestir: en varias de las fotos fechadas en el 76 no hay diferencia entre ellos y la generación glam.

Solo le quedaba convencer a cuatro granujillas a punto de ser delincuentes –robaban sus instrumentos, el mayor golpe fue el equipo completo de Bowie– para inventar lo que pensaba sería un grupo masivo para adolescentes, como los Bay City Rollers, de éxito en la época. Pero construir un grupo para adolescentes conscientemente inadaptados tenía sus riesgos. En todo caso, el editor del fanzine “Punk”, en una de las cientos de declaraciones integradas en el texto, lo deja claro: “Queríamos recuperar la diversión y la energía”.

A partir de aquí se centra de manera detallada –casi exclusiva– en los Pistols. Sus conciertos y sus relaciones con la industria son lo fundamental, dejando de lado al resto de los grupos que cuentan, eso sí, con notas integradas. También aborda brevemente la new wave –el primer nombre que idearon para el punk, cuyo inicio lo sitúa en Cleveland, con Pere Ubu– y la escisión que se produjo entre arties –representados por Magazine– y realistas sociales.

Se ve compensada esta falta de recorrido, eso sí, por una discografía impresionante. Cien páginas –veintidós de ellas dedicadas a los Pistols– en las que repasa los antecedentes desde los años 50, los grupos principales y todas las sucesivas oleadas hasta el 80 en una guía que aunque no es del todo completa, sí que filtra los discos que Savage considera más representativos e interesante. Dos objetivos, pues, cumplidos: días y días de amena lectura para el interesado y una selección de discos que aunque uno quisiera no lograría escuchar en varias vidas.   

Anterior crítica de libros: “Siempre quise ser uno de Los Cinco”, de Guillem Medina.

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