“Elle”, de Paul Verhoeven

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CINE

 

 

 “Es llamativo que sea un director que roza los 80 años quien haya firmado una de las películas más incómodas, provocadoras y despiadadas que hemos visto en los últimos años”

 

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“Elle”
Paul Verhoeven, 2016

 

Texto: HÉCTOR GÓMEZ.

 

Resulta bastante significativo (y también un poco cómico) ver cómo muchos de aquellos críticos que masacraron a Paul Verhoeven a finales de los años 90 y que calificaron de basura películas como “Showgirls” (1995) o “Starship troopers” (1997), contribuyendo a que no pudiera levantar un proyecto de largometraje desde “El libro negro” (2006), ahora se suman de forma ostentosa a la corriente general que señala que el director neerlandés ha vuelto en plena forma con “Elle” (2016), aplaudida de forma unánime en el festival de Cannes y estrenada ahora en salas comerciales.

Ya sea por simple postureo de surfear la ola del hype o bien por sincero reconocimiento de las virtudes de la película, lo cierto es que “Elle” merece, sin duda alguna, todas las alabanzas que ha recibido. Y nos hace descubrirnos, una vez más, ante un director cuya trayectoria profesional se ha visto marcada por la fluctuación entre grandes éxitos comerciales y sonoros fracasos, que le han hecho transitar por varios lugares (Países Bajos, Estados Unidos y ahora Francia) en una fina línea de reconocimiento y rechazo que ha provocado una filmografía irregular pero llena de momentos brillantes.

Es llamativo que sea un director que roza los 80 años quien haya firmado una de las películas más incómodas, provocadoras y despiadadas que hemos visto en los últimos años. Como en todo el (buen) cine de Verhoeven, sus filmes ocultan lecturas mucho más profundas, casi siempre en la línea de criticar la cara oculta de la sociedad bienpensante y ponerla frente a frente ante sus miedos, obsesiones y secretos inconfesables. En “Elle”, la retórica políticamente correcta del deseo se dinamita de una forma brutal, y se manifiesta en formas que pueden llegar a escandalizar pero que, indudablemente, están presentes en nuestro entorno, justo detrás de las cenas entre vecinos y los belenes en el jardín.

Esta película no puede entenderse sin la presencia de Isabelle Huppert en un papel que muchas actrices rechazaron, pero que la parisina encarna con esa mezcla arrolladora de fragilidad y fortaleza, al estilo de las protagonistas de los mejores thrillers de Brian De Palma. El suyo es un personaje deliberadamente ambiguo, con el que el espectador tiene muy difícil empatizar a pesar de sufrir una violación en el primer minuto del metraje. Pero esa es precisamente la virtud de “Elle”, resultar un escupitajo en la cara de las convenciones burguesas (y por extensión, cinematográficas) poniendo en tela de juicio todo lo que solemos opinar, porque así nos lo han enseñado, sobre cómo deben ser las relaciones humanas. Verhoeven, ya desde sus primeros trabajos, se ha encargado siempre de navegar en las complicadas aguas de una provocación que no solo se queda en lo visual, sino que va mucho más alla. Y no siempre se le ha entendido como merece.

 

 

 

Anterior crítica de cine: “Captain Fantastic”, de Matt Ross.

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