El divorcio de Graham Nash y The Hollies en la era psicodélica

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«Había que guardar los trajes y las corbatas en el armario y vestirse con camisas de estampados imposibles. Había que evolucionar o morir. Pero no todos los miembros de The Hollies eran conscientes de ello»

 

“Evolution” y «Butterfly” fueron dos de los mejores discos de los Hollies. Reeditados recientemente en vinilo en su versión mono por el sello Guerssen, supusieron un cambio en la orientación artística del grupo y motivaron algunos desencuentros entre Graham Nash y el resto de la banda que culminaron con la marcha de este.

 

Texto: ÀLEX ORÓ.

 

1967 fue un año crucial para la mayoría de los grupos pop británicos de los sesenta. Los Hollies del cantante Allan Clarke, los guitarras y vocalistas Graham Nash y Tony Hicks, el batería Bobby Elliot y el bajista Eric Haydock no fueron una excepción. El paradigma psicodélico se implantaba a pasos agigantados tras la irrupción de Pink Floyd en la escena musical y la evolución de The Beatles del beat a sonidos más barrocos y elaborados que culminó con “Sgt. Peppers”. De nada servían las estructuras musicales de la era beat ni la temática de las canciones. Había que ir más allá de las canciones de amor adolescente. Había que guardar los trajes y las corbatas en el armario y vestirse con camisas de estampados imposibles. Había que evolucionar o morir. Pero no todos los miembros de The Hollies eran conscientes de ello. Solo Graham Nash se dio cuenta de lo que se les venía encima y eso le fue distanciando del resto de Hollies. Pero no adelantemos acontecimientos.

La banda había iniciado su carrera discográfica en 1963 a la sombra de The Beatles, como el resto de formaciones británicas de la época. The Hollies fueron una formación de gran impacto comercial en las listas de éxito de las islas y también de los Estados Unidos. Las armonías vocales influenciadas por los Everly Brothers que impregnaban sus discos se convirtieron pronto en su marca distintiva, aunque nunca pudieron competir con los Beatles en ventas e innovación artística. Esta afirmación no es un demérito ni un insulto. The Hollies no fueron un caso aislado, nadie podía seguir la estela creativa de los de Liverpool, ni siquiera The Kinks, The Who o The Rolling Stones, sobre todo durante la primera mitad de los sesenta.

Es precisamente la búsqueda de nuevas formas y paradigmas para el pop por parte de los Beatles y el lanzamiento de los tres LPs más arrebatadores de John, Paul, George y Ringo (“Rubber soul”, “Revolver” y “Sgt. Peppers”) lo que obliga al resto de grupos a ponerse las pilas para estar a la altura de los cuatro fabulosos.

 

 

LA GESTACIÓN DE «EVOLUTION»

The Hollies eran una empresa seria. Cada mes de enero entraban en los estudios para grabar nuevo material. Habitualmente en Abbey Road, no en vano formaban parte de la escudería Parlophone, uno de los sellos de EMI. Trabajaban a destajo. En esa etapa de la década de los sesenta, la mayoría de los grupos entregaban dos LPs por año a sus discográficas y algún single de éxito que no se incluía en los microsurcos de 12 pulgadas.

En el caso de The Hollies el primer tema que grabaron en los primeros días de 1967 fue ‘On a carousel’, editado como single en febrero de ese mismo año y, como era habitual en el caso del quinteto de Manchester, subió como la espuma en las listas de éxito británicas (4º puesto) y en los Estados Unidos (11º), lo que en esa época suponía vender miles y miles de discos. Pese a ser un gran tema, ‘On a carousel’ no aporta ninguna novedad en el estilo del grupo de Nash, Clarke, Hicks y compañía. Es una canción de amor como tantas que grabó el grupo. Es en la cara B que en la que encontramos las primeras pistas de la transición hacia un pop de tintes psicodélicos en ‘All the world is love’.

Fue Graham Nash quien llevó al quinteto hacia los territorios lisérgicos, aunque siempre con una propuesta sonora más moderada que algunos de sus compañeros generacionales. Nash se relacionaba con Mama Cass, de Mamas and The Papas, quien a su vez le presentó al “Byrd” David Crosby y a Stephen Stills, quienes serían sus futuros compañeros en Crosby, Stills and Nash. Estos tres músicos fueron fundamentales en la evolución personal de Nash. Los veía como más “diferentes y avanzados” que sus compañeros en The Hollies, execelentes músicos y compositores pero anclados en un reciente y exitoso pasado e incapaces de evolucionar estilísticamente ya que estaban más preocupados por cuestiones crematísticas que creativas. Como explica Fernando López Chaurri en “The Hollies. Con estilo propio” (Milenio, 2006), Nash era el único Hollie que consumía drogas: marihuana habitualmente y LSD de forma ocasional. El resto de la banda se limitaba a consumir su habitual ración de pintas de cerveza o copa en el pub de la esquina. Graham estaba viviendo nuevas experiencias consecuencia de los estados modificados de la consciencia que le aportaba el consumo de estupefacientes y las quería reflejar en sus canciones. El resto de los Hollies se conformaba con vivir en el bucle grabación-promoción-ventas-gira-grabación-promoción-ventas-gira… en el que el grupo estaba inmerso desde 1963 y que tan buenos resultados les había propoorcionado hasta ese momento.

Así las cosas, The Hollies vuelven a entrar en el estudio en marzo del 67. El objetivo era grabar material para un nuevo álbum: “Evolution”, el que se ha considerado el disco más accesible que mezcla pop y psicodelia de la segunda mitad de los sesenta. El batería Bobby Elliot, convaleciente de una peritonitis, solo pudo participar en la grabación de tres temas: ‘When your lights turn on’, ‘Have you ever love somebody’ y ‘Lullaby to Tim’. Elliot fue sustituido por músicos de sesión pero no fue el único Hollie de la formación clásica ausente en estas sesiones. Bernie Calvert sustituyó en el bajo a Eric Haydock. Todas las canciones de “Evolution” están firmadas por el trío Clarke-Hicks-Nash que contaron con la colaboración del ex Manfred Mann Mike Vickers para los arreglos y acompañamientos.

El LP se abre con ‘Then the heartches beguin’, una composición sobre la soledad y la tristeza. La canción arranca con una guitarra acústica a la que rápidamente se suma la sección rítmica y un portentoso riff de guitarra de Hicks, que se convierten en el envoltorio ideal para el crescendo vocal de Allan Clarke. En ‘Stop right there’ Nash narra ya alguna de sus experiencias con las drogas. En esta ocasión el grupo incorpora un solo de violín, una propuesta inédita hasta ese momento en universo Hollie. ‘Water on the brain’ es otra de las canciones que aporta novedades sonoras. En esta ocasión unos bongos que se pueden oír al inicio del tema, en su parte central y al final. De esta manera, una composición de orientación beat obtiene una cierta pátina psicodélica.

Pero si hemos de destacar alguna de las aportaciones lisérgicas de “Evolution”, nos debemos detener en ‘Lullaby to Tim’, una canción que Allan Clarke compuso para su hijo pero que Nash se apropió porque “tenía algunas ideas especiales sobre como cantar la canción”, según el relato de López Charri. Nash apuesta por cantar con la voz distorsionada, como si estuviera debajo del agua con un bonito acompañamiento orquestal. De esta manera, un relato infantil sobre princesas y dragones se convierte en una canción sobre experiencias lisérgicas. La primera cara del LP se cierra con ‘Have you ever love somebody’ y ‘You need love’, dos temas pop en la mejor línea de The Hollies a los que la guitarra distorsionada de Hicks aportan algo más de rudeza y contemporaneidad al primero de ellos y un aire más folk-rock en el segundo.

La cara B comienza como ‘Rain on the window’, una canción que se puede relacionar estilísticamente con ‘Bus stop’, uno de los mayores éxitos del grupo, aunque este tema de “Evolution” es mucho más melancólico que la alegre ‘Bus stop’. ‘Heading for a fall’ es uno de los temas más psicodélicos del disco en el que el grupo experimenta con un banjo al que le consiguen obtener una sonoridad próxima a la del sitar. En ‘Ye oldee toffe shoppe’ Graham Nash vuelve a la infancia para recordar la época en la que ahorraba todos los peniques que podía para comprar caramelos el sábado. Los recuerdos de la infancia son, precisamente, uno de los temas recurrentes en la letras de la psicodelia británica y como recurso sonoro, The Hollies utilizan unos teclados de aire barroco, otra de la marcas distintivas de las producciones musicales de esa época. ‘When your light’s turned on’ y ‘The games we play’ son dos de los temas que encotramos en la recta final de “Evolution». Ambos son cortes festivos, que hubieran podido ser singles de éxito. Pero debemos detenernos en ‘The games we play’, que denota un cierto aburguesamiento de la banda. En esta canción, el grupo desmitifica la revolución sexual de los sesenta. No en vano varios de ellos ya estaban casados y tenían hijos por lo que la promiscuidad juvenil les quedaba algo lejos. Es un primer síntoma del alejamiento de The Hollies de la primera línea de la vanguardia creativa del pop ya que se alejaban de los intereses del principal público potencial de sus canciones.

Pese a que “Evolution” es un disco sobresaliente que contaba con una cuidada, impactante y lisérgica presentación, solo alcanzó el número 13 de las listas de ventas, por lo que fue un pequeño fracaso comercial. Los singles del grupo se vendían como churros pero sus LPs se quedaban algo más retrasados. Se editó el 1 de junio del 67, el mismo día que “Sgt. Peppers”, con lo que la lucha por el espacio en los medios de comunicación debió decantarse hacia los Beatles, que debían ser la prioridad principal para su compañía que, como ya hemos comentado, era la misma que la de The Hollies.

 

EL FRACASO DEL REY MIDAS

Poco a poco, Nash iba marcando más su personalidad artística y se sentía más incomodo y encorsetado dentro del grupo. Su mentalidad más abierta le había facilitado tener muchas amistades más allá del universo Hollie y frecuentaba los ambientes “underground” del “swinging London”. Nash estaba decidido a dar un giro a la carrera del grupo pero no todos los componentes de la banda lo tenían tan claro. Como dijo Allan Clarke a toro pasado, “cuando salió ‘Sgt. Peppers’ todo el mundo quería incorporar orquestas, grabaciones, ruidos de desagües… Para ser honestos, todo el mundo quería seguir a los Beatles pero nadie tenía ni una idea fresca”.

El primero de agosto del 67, The Hollies vuelven al estudio de grabación para registrar un nuevo single. El tema elegido para la cara A es ‘King Midas in reverse’, una composición de Nash y una apuesta personal del guitarra y cantante para reorientar la carrera de la banda. La canción es un reflejo de todas las experiencias que estaba acumulando Graham en ese momento y que le impulsaban a modificar temáticas y estilo compositivo. El resto no lo veía claro, y lo cierto es que The Hollies se llevaron un gran disgusto al ver la respuesta del público a su nuevo single. En Gran Bretaña solo pudo situarse en el puesto 18 de las listas mientras que en los Estados Unidos no pudo ni entrar en el Top-50 del Billboard.

El fracaso provocó tensiones en el seno de The Hollies. Por una parte, Nash estaba seguro de que iba en la línea correcta. En cambio, el resto de miembros del grupo, con Tony Hicks a la cabeza, pensaba que se estaban alejando de su público natural, que se estaban metiendo en camisas de once varas y que peligraba la salud financiera de la empresa.

 

EL VUELO DE LA MARIPOSA

No obstante, entre septiembre y octubre, The Hollies se encierran de nuevo en los estudios de grabación para dar forma a “Butterfly” su siguiente LP, un trabajo que contará con una docena de excelentes canciones y que intenta acercarse al máximo al paradigma psicodélico sin olvidar las raíces pop del grupo.

La portada ya denota un cambio estilístico. Es la primera vez que no aparecen en ella los miembros del grupo, a los cuales se les reserva un espacio en la contraportada. “Butterfly” es un LP musculado, con preciosos e innovadores arreglos de cuerda, instrumentos exóticos y las armonías vocales marca de la casa. El disco se abre con ‘Dear Eloise’ a la que sigue ‘Away, away, away’, una composición de Nash que incorpora flautas y otros instrumentos poco habituales. Otra canción de Nash es ‘Maker’, quizás el tema más psicodélico del microsurco con sus influencias orientales y una letra intimista. Graham la compuso en un viaje a Marruecos en el que también creó ‘Marrakesh express’, tema que formaría parte del repertorio de Crosby, Stills and Nash. La temática psicodélica sigue con ‘Pegasus’, la historia del caballo alado de la mitología griega recreada por Tony Hicks. ‘Would you belive’ coincide con el título de uno de los anteriores LPs del grupo y destaca por sus detallistas arreglos orquestales. ‘Wissyouawish’ es una muestra de las ganas de experimentar de Nash. Quería que la canción sonara como un susurro y lo consiguieron… ¡metiendo la cabeza en una funda de batería!

‘Postcard’, el tema que abre la cara B, fue otro de los compuestos por Nash en su viaje a Marruecos. Esta masiva aportación del guitarra y cantante solo hacía que alimentar la tensión con el resto del grupo, que le recriminaba su obsesión por los nuevos sonidos y no por las esencias históricas de la banda y la calidad de las canciones. No obstante, Clarke también aportó temas fuera de lo habitual; es el caso de ‘Charlie and Fred’, una costumbrista historia de un trapero. ‘Try it’ tiene algunos trucos sonoros destacables pero encaja mejor en la trayectoria de The Hollies, es algo más previsible, al igual que ‘Elevated observations?’. La vena pop del grupo se mantiene en ‘Step inside’ mientras que ‘Butterfly’ cierra este disco de título homónimo. Es una intimista composición de Nash en la que relata algunas de sus visiones “triposas” a través de la historia de una mariposa, quizá un reflejo de su propio estado de ánimo y su voluntad de volar, de irse de The Hollies.

“Butterfly” registró peores resultados comerciales que “Evolution”, ya que no consiguió entrar en las listas de ventas. Durante 1968 la tensión entre Nash y el resto del grupo no dejó de crecer y el cantante seguía estrechando sus lazos con Stephen Stills y David Crosby. El proyecto de The Hollies de grabar un disco de versiones de Dylan fue la excusa perfecta para irse de la banda. Tras la marcha de Nash, The Hollies iniciaron una lenta y larga decadencia mientras que Nash se alió con sus nuevos amigos del otro lado del Atlántico para iniciar una nueva y exitosa carrera, pero esa es otra historia.

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