El disco del día: Vinicius Cantuaria

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«Es esa forma de entrar y salir de la bossa-nova, de revisitarla con mucho respeto y esmero, pero con nuevas formas –tremendamente contemporáneas (en todos los sentidos de la palabra)–, lo que la mantiene tan viva, tan actual.»

Vinicius Cantuaria
«Indio de apartamento»
NAÏVE

 

 

Texto: GERNOT DUDDA.

 

 

Que en el centenario del nacimiento de Vinicius de Moraes haya otro gran Vinicius, Cantuaria, publicando puntualmente su disco anual, es una magnífica noticia. Y una dosis que no puede faltarnos. Es esa forma de entrar y salir de la bossa-nova, de revisitarla con mucho respeto y esmero, pero con nuevas formas –tremendamente contemporáneas (en todos los sentidos de la palabra)–, lo que la mantiene tan viva, tan actual. En esto mismo se ha afanado siempre el carioca, que no dejó nunca de descubrirnos nuevos ángulos, pero sin perder de vista la naturaleza del libro de estilo primigenio del único género con fecha de nacimiento.

El título del álbum no hace sino corroborar el sentimiento de muchos años de carrera vividos desde la nostalgia de un apartamento de Manhattan, que le ha permitido alimentarse con tanta riqueza de dos fuentes fundamentales: esa “saudade” que da la lejanía, por supuesto, y el poder frecuentar a músicos tan estupendos como Bill Frisell o Ryuichi Sakamoto, cuya constante presencia en sus discos te hace pensar que desde la amistad es fácil producir cosas que van ciertamente mucho más allá de un mero formalismo entre colegas.

Ahora sabemos que esos “nuevos ángulos” son su propia expresión de la melancolía, su aportación más personal. Empezando por la de su propia voz de encantador de serpientes, que sabe cómo penetrar hasta el fondo en esa epidermis en piezas como ‘Humanos’, la maravillosa ‘Chove la fora’ que escribió Tito Madi, o ‘Moça feia’. Esta última es también una bossa nova como la copa de un pino (a lo Joao Gilberto, por supuesto), pero ojo a los detalles que van aquí más allá, como el piano del mencionado Sakamoto, que entre su cristalina pureza también sabe colar elementos tan vanguardistas como el de pellizcar las cuerdas graves del piano dentro de su propia caja. En ‘Acorda’ también le tenemos de nuevo al piano y con la letra de Arnaldo Antunes (¿se estará cociendo una colaboración a tres bandas entre Cantuaria, Sakamoto y Antunes? Porque sería la leche). Y si nos salimos del “libro de estilo” de la bossa-nova, nos encontramos con una tierna balada llamada ‘This time’, compuesta y cantada a medias con Jesse Harris, que perfectamente podría entrar en la categoría de lo que siempre ha hecho gente como James Taylor o Jackson Browne. Pero quedan más invitados: el piano de Norah Jones en la igualmente emotiva (pero fugaz) ‘Quem sou eu’ (otra ‘bossa-nova’, ¿por qué será?). Y no, esta vez no hay ni una sola versión de Jobim. No lo ha necesitado.

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