El disco del día: Vinicius Cantuaria & Bill Frisell

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«El gran renovador de la bossa nova y el guitarrista que ha hecho de su forma de tocar y de encarar el jazz y la música tradicional norteamericana un vital ejercicio de estilo, han unido fuerzas en un trabajo sumamente latino, pero sin esas rancheras ni corridos que bien podría sugerir un título como éste»

Vinicius Cantuaria & Bill Frisell
«Lágrimas mexicanas»
NAÏVE


Texto: GERNOT DUDDA.


No es la primera vez que tocan juntos, pero sí la primera que firman un disco al alimón. El gran renovador de la bossa nova y el guitarrista que ha hecho de su forma de tocar y de encarar el jazz y la música tradicional norteamericana un vital ejercicio de estilo, han unido fuerzas en un trabajo sumamente latino –no cabe duda–, pero sin esas rancheras ni corridos que bien podría sugerir un título como éste. Ante tal suma de firmas, uno podría esperar una espectacularidad de concepto que pudiera justificar una unión de tal calibre, pero más allá de esto los dos han logrado un trabajo muy directo y contenido en las formas, dejando que sean las propias canciones las que alumbren por sí solas el camino.

El álbum comienza con la sensacional ‘Mi declaración’ y con dos “científicos” trazando pautas sobre la ruta sonora, pero al poco se convierten en dos simples amigos tocando juntos, mano con mano, con el único ánimo de disfrutar de la experiencia y, encima, sacando adelante muy buenas piezas (la propia ‘Lágrimas mexicanas’ es un buen ejemplo de ello). No es extraño. La “espectacularidad” de Frisell siempre ha estado en sus detalles sutiles, casi rayanos en el silencio. Y Vinicius es ante todo un cantautor que canta lo que toca y toca lo que canta. Perogrulladas aparte, aquí hay mucho tema. Canciones maravillosas como ‘Lágrimas de amor’ o ‘Aquela mulher’, interpretadas en portugués con su maravillosa voz y un sentir único. O breves instrumentales luminosos que apuntan a la sencillez del choro brasileño, como ‘Cafezinho’ o la primera parte de ‘Briga de namorados’.

También hay, por supuesto, momentos más sofisticados y contemporáneos (‘El camino’), pero no desvían la atención de los propósitos latinos del álbum, que empezaron al comienzo del CD con el propio Vinicius cantando en castellano y homenajeando al crisol hispano que se encuentra todos los días en Nueva York cuando sale por la puerta de su casa.

Anterior entrega del disco del día: Los Peyotes.

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